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El BCE vuelve a subir los tipos y asfixia aún más a los hipotecados

El organismo monetario incrementa el precio del dinero en 0,25 puntos, hasta el 4,25%

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Suyo central del Banco Central Europeo, en Frankfurt.

BruselasLa inflación sigue bajando y la concesión del crédito se ha frenado, pero el Banco Central Europeo (BCE) sigue subiendo el precio del dinero y este jueves ha anunciado que vuelve a incrementar sus tipos de interés en 0,25 puntos, hasta el 4,25% . De este modo, el organismo monetario europeo ha seguido los pasos de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, que este miércoles puso fin a la tregua del pasado mes —llevaba 15 meses de subidas agresivas— y aumentó otra vez los tipos en 25 puntos básicos. "La inflación sigue disminuyendo, pero todavía se espera que siga siendo demasiado elevada durante demasiado tiempo", ha destacado en rueda de prensa la presidenta de la institución monetaria, Christine Lagarde.

En este sentido, el objetivo de la subida abrupta de los tipos en la zona euro, que de estar al 0% han pasado al 4,25% en un año, es combatir la inflación. Sin embargo, esta decisión tiene contrapartidas claramente negativas. Los bancos comerciales deben pagar más al banco central para pedirle dinero y esto se refleja en subidas de los intereses que estas entidades cobran a sus clientes –familias y empresas– por los préstamos que les piden. De hecho, los altos niveles de los tipos se han notado directamente en el Euribor, el índice de referencia en la zona euro para los créditos –por ejemplo, las hipotecas.

Este endurecimiento del crédito hace que las familias y las empresas tengan menos acceso a liquidez y, por tanto, tengan que reducir el consumo y la inversión. Es decir, si una familia tiene que pagar más por su hipoteca o le sale más caro endeudarse con su tarjeta de crédito, tendrá menos dinero a final de mes y podrá gastar menos, lo que hará que las empresas vendan menos y tengan que recortar precios para atraer a más clientes.

Lagarde en la rueda de prensa de este jueves.

Esto, claro, ralentiza la demanda y hace caer los precios, pero al mismo tiempo también frena el crecimiento económico. "Las anteriores subidas se siguen transmitiendo con fuerza: las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y se está frenando cada vez más la demanda, un factor importante para que la inflación vuelva al objetivo", ha constatado la presidenta del BCE .

Las dos Europas

Sin embargo, no todos los estados de la moneda única se encuentran en la misma situación. Mientras Alemania, que es la locomotora de Europa, ha entrado en recesión técnica y está dispuesta a sacrificar su crecimiento económico para reducir el aumento de precios, España es uno de los países que más crece y tiene la inflación más domesticada. Y, además, cuatro millones de familias de todo el Estado que tienen una hipoteca a tipo variable están viendo cómo cada vez deben pagar más a fin de mes por su casa. "Esto demuestra la heterogeneidad de los veinte países de la eurozona. Los números de España, por suerte, con la inflación por debajo del 2% y con las tasas de paro más bajas que nunca, son muy buenos para el país, pero no ocurre lo mismo en todos los estados miembros", ha dicho Lagarde.

Sin embargo, tal y como ha subrayado, el mercado laboral se mantiene "fuerte", especialmente en el sector servicios, y el paro se mantiene en mínimos históricos en los países de la moneda única, al 6,5%. En cuanto a Cataluña, el porcentaje también ha alcanzado la cifra más baja de los últimos 15 años y ha descendido hasta el 8,4%, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicadas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el Estado, el paro también está en un nivel de mínimos y se ha situado en el 11,6%.

La duda es ahora si el organismo monetario después del verano seguirá subiendo los tipos o, en un contexto en el que la inflación va a menos y la zona euro está al límite de la recesión técnica, decidirá finalmente frenar. Al respecto, la presidenta de la institución monetaria ha repetido literalmente lo que ya había dicho al principio de la rueda de prensa: "Las decisiones futuras del consejo del BCE se asegurarán de que los tipos de interés se fijen a niveles suficientemente restrictivos durante tanto tiempo como sea necesario hasta conseguir que la inflación se sitúe en el objetivo del 2%”. En la misma línea, este miércoles el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, a quien normalmente el BCE sigue el rastro, ya avisó de que, aunque la inflación "se ha moderado", queda "un largo camino por recorrer".

La inflación en la eurozona va descendiendo y el pasado junio alcanzó la tasa interanual más baja desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, un 5,5%, según el instituto de estadística de la Unión Europea, Eurostat. Ahora bien, la inflación subyacente, que es la que excluye los precios más volátiles como los de la energía o los alimentos frescos, se mantiene más estancada y el pasado junio incluso se incrementó en una décima respecto a mayo, hasta al 5,4%. Por este motivo, Lagarde ha subrayado que las próximas decisiones del organismo monetario "seguirán basándose" sobre todo en factores como "la dinámica de la inflación subyacente", que es una de las máximas preocupaciones del BCE.

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