La crisis de precios

La inflación en Cataluña se modera, pero los alimentos siguen encareciendo

Los precios suben una décima respecto a diciembre y el IPC anual se sitúa en el 3,3%

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Gente comprando pescado en el Mercat del Ninot.

BarcelonaEn 2024 comienza con los precios más estables. Durante el primer mes del año, los precios de bienes y servicios de consumo en Catalunya marcaron un ligero repunte de 0,1 puntos respecto a diciembre de 2023, según los datos del IPC confirmado publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, en comparación con enero del año anterior, los precios aumentaron en Cataluña un 3,3%, y un 3,4% en el conjunto del Estado. La electricidad es uno de los elementos que más contribuyeron al repunte de la inflación, mientras que el coste de los carburantes continuó la tendencia a la baja de los últimos meses.

Del mismo modo, en el conjunto de España en enero los precios repuntaron tan sólo una décima respecto a diciembre. En concreto, el índice de precios de consumo creció 0,1 puntos respecto al último mes del año, mientras que en comparación con un año atrás los precios se situaron un 3,4% más elevados que en enero del 2023. Cabe recordar que en diciembre la inflación fue del 3,1% interanual en el conjunto del Estado y del 3,2% en Cataluña.

El repunte interanual del 3,3% en Cataluña se explica por un aumento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas (7%) –pese a que en el último mes sólo han aumentado un 0,5%–; hoteles, cafés y restaurantes (5,1%); bebidas alcohólicas y tabaco (4,4%); y ocio y cultura (3,5%). Sin embargo, respecto al mes anterior, la caída de precios del vestido y el calzado (-10,2%) y del ocio y la cultura (-2,5%) mantiene la inflación mensual bajo control.

De hecho, según la plataforma de defensa de los consumidores Facua, "tres de cada cuatro familias se han visto obligadas a reducir el gasto en productos y servicios de toda índole para poder hacer frente al aumento de los precios de los alimentos". Según la entidad, la inflación ha provocado incluso un cambio de hábitos de consumo en la alimentación, con una caída del consumo de la carne de ternera, el pescado y la fruta fresca.

Retirada parcial de las ayudas energéticas

A nivel estatal, el grupo que más influyó en el aumento de la tasa anual del IPC fue la vivienda, cuya tasa anual subió 7,4 puntos, hasta el 1,5%, principalmente por el encarecimiento de la electricidad, frente a la disminución de los precios de enero del año pasado. Cabe recordar en este punto que el tipo de IVA sobre todos los componentes de la factura de la electricidad ha pasado del 5% al ​​10% desde enero de este año, lo que ha tenido una clara incidencia en el repunte de los precios comparados con el mismo mes del año anterior.

Por su parte, el transporte bajó un 0,1%, cuatro puntos por debajo del dato del mes pasado, por el descenso de los precios de carburantes y lubricantes para vehículos personales; y las comunicaciones, con una tasa anual del 0,5%, 2,6 puntos por debajo de la del mes pasado, por el encarecimiento de los servicios de telefonía.

El ministerio de Economía ha destacado en un comunicado que estos datos "siguen el camino de normalización de los precios de los alimentos", aunque reconoce que "aún se mantienen elevados". Sin embargo, valoran que la inflación se haya reducido más de la mitad en el último año, desde el máximo de 16,6% alcanzado en febrero del año pasado.

La inflación subyacente afloja

Los datos publicados este jueves apuntan a una normalización de los precios. Es importante tener en cuenta la inflación subyacente –aquella que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos frescos, que son productos más volátiles–, que cayó 0,4 puntos respecto a diciembre, situándose en mínimos desde el marzo de 2022, cuando comenzó la guerra en Ucrania. Asimismo, en comparación con enero del año pasado, el indicador creció un 3,6%, sólo dos décimas por encima del IPC general.

En este sentido, desde la patronal Pimec aseguran que la disminución de la tasa anual de la inflación subyacente "favorecerá la estabilidad de los precios en los próximos meses". La patronal de las pymes asegura que, cuando los precios energéticos aumentan, "se trasladan con relativa rapidez al resto de sectores, pero que esto no ocurre cuando la tendencia es a la inversa". Sin embargo, desde Pimec alertan de que se observa un aumento del riesgo de una desaceleración económica más significativa. "Actualmente, existe una amenaza de ralentización económica y del empleo, lo que podría provocar una desaceleración que resulte más compleja de revertir que la propia inflación", explican.

Al margen de la variable energética, la entidad señala también los efectos de la sequía como elemento de riesgo para la inflación. "La mejora en la gestión del agua se convierte en una medida estratégica en la contención de los precios durante el próximo año por su incidencia en los precios de los alimentos sin elaborar –aseguran–, y se alerta de los riesgos de desencadenar un efecto inflacionario en otros sectores".

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