Macroeconomía

Alemania no lo logra y profundiza su recesión

El país cerró el 2023 con una contracción de la economía que se repetirá en el 2024, según las previsiones oficiales

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, este miércoles en Berlín.
L.I.P.
10/10/2024
3 min

Alemania cerrará en 2024 el segundo año consecutivo con una contracción de la actividad económica en el país, si finalmente se cumplen las previsiones oficiales del gobierno federal. En una revisión de los pronósticos macroeconómicos para el conjunto del país, el ministerio de Economía germano calcula que el producto interior bruto (PIB, el indicador que mide el tamaño de una economía) se reducirá un 0,2% de media este año , frente a la previsión inicial, que auguraba un crecimiento del 0,3%.

Este recorte de medio punto porcentual en los pronósticos de crecimiento situaría al país –considerado tradicionalmente el motor económico de la Unión Europea– en un segundo año con caída de la actividad, ya que en 2023 el PIB germánico ya se contrajo un 0,3%. Este frenazo de la economía alemana golpea al conjunto de economías del continente, que viven en parte de exportar sus productos a la primera economía de la zona euro.

Las cifras de Alemania contrastan con la media de la UE y de la zona euro, donde en 2023 se registraron incrementos (modestos) de la actividad y donde en 2024 la mayoría de las previsiones de las grandes instituciones económicas también confían en que se cerrará el ejercicio con crecimientos. Sin embargo, Berlín es más optimista de cara al futuro, ya que espera un crecimiento positivo en 2025 y 2026, del 1,1% y el 1,6%, respectivamente.

"Las condiciones económicas no son satisfactorias en este momento, pero estamos en proceso de encontrar una salida", dijo el miércoles el ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck, en declaraciones recogidas por el Financial Times. Habeck asegura que Alemania ha hecho "progresos reales" para solucionar a corto plazo los principales problemas que limitan su crecimiento desde hace un par de años, como la inflación, los altos tipos de interés y el encarecimiento del energía a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

Además, el abaratamiento de la energía en el último año no ha dado los resultados que esperaba: "La recuperación se ha aplazado de nuevo", declaró Habeck. Así, el consumo de las familias sigue deprimido y la preocupación por un nuevo encarecimiento energético derivado de un conflicto a gran escala en Oriente Próximo ha hecho que muchas empresas detuvieran o redujeran las inversiones. Por tanto, la demanda interna sigue sin recuperarse.

A largo plazo, además, el país sufre el resultado de casi dos décadas de austeridad autoimpuesta que limitaron notablemente las inversiones públicas, algo que ahora se nota en la red de infraestructuras, que sufre un retraso en comparación con otros países de la UE.

Inestabilidad política

Habeck admitió que la inestabilidad política y las constantes disputas entre los partidos que forman parte del gobierno federal no ayudan a solucionar los problemas de la economía, dice el Financial Times. Actualmente el gobierno está liderado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, que gobierna en coalición con los verdes y liberales. Mientras socialdemócratas y verdes suelen ser partidarios de políticas fiscales expansionistas para recuperar la actividad, los liberales, que controlan la elaboración del presupuesto federal, quieren imponer recortes. De hecho, el pasado diciembre el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, logró introducir una reducción presupuestaria de 17.000 millones de euros a las cuentas de 2024. En este contexto, la extrema derecha ha ganado unas elecciones regionales por primera vez desde los años 30, en el estado oriental de Turingia.

Pese a las malas relaciones entre socios de gobierno y la inestabilidad política, Habeck dijo que los problemas económicos actuales son el resultado de los "fracasos, no de los últimos años, sino de las pasadas décadas". En este sentido, el ministro recordó que desde la introducción del euro (una moneda más competitiva que el marco alemán), el crecimiento alemán se había basado en exportar bienes industriales –especialmente a China y Estados Unidos– que se fabricaban a bajo coste gracias a la importación de gas y petróleo baratos de Rusia.

Con el conflicto en Ucrania, la energía rusa ha dejado de ser asequible, mientras que las crecientes tensiones comerciales entre Pekín y países occidentales han tocado el comercio exterior. "La mitad del crecimiento de Alemania provenía de las exportaciones, y ese pilar ahora está siendo atacado", dijo Habeck. Además, China ha sufrido un bajón del consumo fruto del estallido de una burbuja inmobiliaria que se había ido gestando durante más de diez años.

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