El gobierno español insufla optimismo: mayor crecimiento y recursos

MadridDespués de que distintos organismos supervisores hayan insuflado optimismo sobre la evolución de la economía española, este martes lo ha hecho el gobierno español. El ejecutivo de Pedro Sánchez no ha querido quedarse atrás y ha actualizado su cuadro macroeconómico. En cuanto al crecimiento del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica de un territorio) este 2024, ahora el ejecutivo lo sube hasta un 2,4%, tal y como ha detallado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en rueda de prensa este martes después del consejo de ministros. Esto supone una revisión al alza de 4 décimas respecto a la última previsión, pero también equipararse a la previsión del Fondo Monetario Internacional. De hecho, el organismo con sede en Washington ha confirmado este martes que mantiene su pronóstico para España: un crecimiento del PIB de un 2,4% este año. De cara a 2025 el gobierno también prevé que el PIB crezca más de lo previsto: un 2,2% (tres décimas más).

Pero la mejora no termina aquí. Esta vez el gobierno español ha querido ampliar el foco y ha dado pistas de cómo prevé que evolucione la economía española hasta el año 2027. Entre el período 2025 - 2027 estima crecimientos de alrededor del 2%. Se trata de un ritmo más que correcto si se tienen en cuenta los últimos choques económicos (la crisis sanitaria, energética y de precios), pero también el hecho de que antes de la pandemia de la covid-19 la economía española y la de principales socios comunitarios mostraba signos de desaceleración. "Los escenarios catastrofistas no se han cumplido y no prevemos que se cumplan en los próximos cuatro años", ha manifestado Cuerpo.

Es esta buena marcha de la economía lo que permitirá al ejecutivo de Pedro Sánchez sostener el plan fiscal estructural para los próximos cuatro años (2025-2028, aunque se puede ampliar hasta 2031) y que debe presentar ante la Comisión Europea este otoño. Este plan es fruto del retorno de las reglas fiscales a Europa, que a partir de ahora ponen el foco en el gasto primario neto de los estados miembros. "Estamos en conversaciones con la Comisión Europea para cumplir con los objetivos", ha explicado la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Mercado laboral y turismo

Sin embargo, el grueso de este buen pulso se explica por el dinamismo en el mercado laboral, sobre todo gracias a la llegada de trabajadores extranjeros. De hecho, el ejecutivo confía en que el próximo año se rompa la barrera de los 22 millones de ocupados. También por la buena evolución del sector exterior, fruto de la actividad turística y la menor dependencia energética por el despliegue de renovables, así como por el gasto público y el consumo privado. La productividad y la inversión empresarial son los elementos que siguen en el punto de mira de los principales organismos supervisores, aunque el gobierno español confía en los fondos europeos para reavivar ambas cosas.

Aparte del optimismo sobre el crecimiento económico, el gobierno español mantiene las previsiones sobre la reducción del déficit y la deuda. En cuanto al déficit público (cuando las administraciones públicas del Estado asumen más gastos que ingresos reciben), el Estado estima que en 2024 se situará en el 3% del PIB, mientras que lo reduce al 2,5% en 2025; al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027. Esta consolidación fiscal encaja con el cumplimiento de las reglas fiscales, pero también tiene que ver con conseguir superávit primario (lo que no tiene en cuenta el pago de intereses ), algo que España no ha hecho desde el boom inmobiliario.

La deuda pública del conjunto de las administraciones, siendo más alta que nunca en números absolutos, se diluye cuando se observa en relación con la dimensión de la economía. Por ello, la mejora del crecimiento económico supone automáticamente un balón de oxígeno para el ejecutivo español, que confía en cerrar el 2024 con una deuda pública que roza el 105% del PIB. Después, caería al 103,6% del PIB en 2025 y cerraría en 2027 por debajo del 100% del PIB (99,7%).

Presupuestos de 2025

El gobierno español también ha dado un paso adelante de cara a tener unos presupuestos del Estado para el año 2025. El consejo de ministros de este martes ha aprobado un techo de gasto (cantidad máxima que pueden gastar en un año el conjunto de las administraciones públicas del Estado) que vuelve a ser de récord: 195.353 millones de euros sin fondos europeos. Con la llegada de los últimos fondos europeos (sin tener en cuenta los préstamos), el techo de gasto se dispara hasta los 199.171 millones.

Se trata de un límite del gasto para 2025 un 3,2% superior al límite del año 2024 (189.215 millones). "Es prudente y realista", ha defendido Montero. Hay que tener en cuenta que este ligero incremento se aprueba en un contexto inflacionista, en el que la mayoría de organismos estimanuna inflación media de un 3% para este 2024 y del 2% en 2025. Esto provoca que, en términos reales, el gasto no crezca tanto. Menos aún si se compara con la evolución de los ingresos públicos: Montero prevé que la recaudación tributaria crezca un 6,5% en el 2025, es decir, el doble de lo que lo hará el gasto.

De cara al 2025, la Moncloa tiene entre ceja y ceja salir adelante unas nuevas cuentas. "Queremos presentarlos en tiempo y forma", ha dicho Montero. El ministerio de Hacienda comienza ahora la negociación dentro del gobierno de coalición, para iniciar después las negociaciones con los socios de investidura. A la aritmética parlamentaria ajustada se le añade la incertidumbre sobre el futuro en Catalunya. Las elecciones anticipadas en el Principado hicieron, precisamente, que Pedro Sánchez descartara aprobar unas cuentas públicas este 2024 y prorrogara las del 2023: "Tengo confianza absoluta en que se forme gobierno en Catalunya. Trabajamos para que los presupuestos respondan a las demandas de todos", ha llamado Montero.