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El gran reto de la UE: compensar la pérdida de 2 millones de trabajadores al año

El blog busca la forma de compensar la pérdida ingente de mano de obra y salvar su modelo social

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Vista de la planta Ford de Valencia

BruselasLa Unión Europea prevé que de hoy en 2040 perderá cerca de dos millones de trabajadores cada año y que la proporción de personas que cotizan con las que están jubiladas pasará de 3:1 a 2:1. ¿Es sostenible esta situación? Según el informe que ha presentado esta semana el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi el blog comunitario debe de espabilar en materia de competitividad y productividad para compensar la pérdida constante de mano de obra y salvar su modelo social. "Los niveles de deuda pública de la UE podrían volverse insostenibles", alerta el documento presentado por el también ex primer ministro italiano.

El documento de Draghi, que se ha ganado el apodo de salvador del euro, también recuerda que el crecimiento económico en Europa siempre ha ido muy ligado a un incremento de los ciudadanos en edad de trabajar. Sin embargo, en el bloque comunitario este aumento de mano de obra empezó a ralentizarse a partir de los años 90 y esta década será la primera en la que está previsto que los ciudadanos que cotizan empiecen a reducirse. Esta evolución contrasta, por ejemplo, con una de las principales potencias rivales de la UE, Estados Unidos, donde se estima que la población seguirá creciendo, aunque también a un ritmo más lento que hasta ahora.

Una de las soluciones que a menudo se ponen sobre la mesa ante este reto demográfico es la llegada de inmigrantes. Sin embargo, Draghi no cree que el recibimiento de recién llegados a la Unión Europea pueda llegar a compensar el declive de las personas en edad de trabajar. Además, el discurso antiinmigración va ganando cada vez más fuerza entre los dirigentes de los estados miembros y del bloque comunitario, lo que puede restringir su llegada en un futuro y, por tanto, la capacidad del fenómeno migratorio de corregir el desequilibrio entre ciudadanos que cotizan y cobran las pensiones.

Relacionado con ello, la investigadora Duygu Güner, del think tank Bruegel, responde al ARA que no considera que la entrada de inmigrantes sea imprescindible para la economía europea. La experta admite que tiene una opinión "controvertida", pero se distancia de posicionamientos antiinmigratorios y, más allá de consideraciones políticas o humanitarias, remarca que la cantidad de mano de obra no es determinante para el futuro de la economía europea y tan sólo es uno de los factores. "Es posible mantener la producción y nuestro estilo de vida con menos trabajadores", responde.

En la misma línea que el informe Draghi, la experta del centro Bruegel asegura que se puede mantener la competitividad de la UE con mayor tecnificación, y niega que el hecho de que el sector servicios gane cada vez más peso en la economía europea lo dificulte. "Es la evolución natural de las economías desarrolladas y la tecnología también está llegando, llegando aún más al sector servicios", afirma.

Duygu Güner también apuesta por dejar de centralizar el cobro de impuestos en el consumo y la fuerza del trabajo. Aunque no se aventura a recetar cómo deberían hacerlo los estados miembros, la experta apuesta por realizar cambios estructurales en los sistemas de recaudación que permitan a las arcas públicas ingresar dinero suficiente para garantizar, por ejemplo, las pensiones. En este sentido, indica que, si la tecnología aumenta la productividad y los ingresos, debe poder incrementar la recaudación impositiva, aunque haya menos mano de obra detrás.

Falta de profesionales

Otro de los problemas que afronta la UE es la falta de profesionales bien preparados, sobre todo en los países del centro y norte del bloque. Por eso el informe Dragui propone aumentar la inversión y mejorar los sistemas educativos, y adaptarlos a las necesidades del mercado laboral. Asimismo, remarca la necesidad de luchar contra la brecha de género en algunos sectores profesionales e incrementar la presencia femenina. De hecho, hace tiempo que la Comisión Europea pretende potenciar y facilitar la entrada de trabajadores de terceros países de algunos ámbitos concretos, si bien de puertas afuera ha endurecido el discurso contra la inmigración.

Duygu Güner añade que "hay que cambiar la percepción" de algunos trabajos, y no ve con muy buenos ojos la voluntad de la UE de "captar talento" de países con menos recursos. "Al final, ellos se gastan dinero para educar a buenos profesionales y nosotros nos beneficiamos", asegura. También critica que muchas empresas y sectores productivos se sustenten gracias a la contratación de inmigrantes con unas condiciones laborales que trabajadores comunitarios difícilmente aceptarían, lo que acaba perjudicando al modelo social europeo. "Hay que garantizar que tengan los mismos derechos laborales, por su bien y el de todos", concluye.

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