La crisis de precios

El incremento de los beneficios empresariales explica la mitad de la inflación en Europa

El BCE reclama a las corporaciones que absorban los aumentos de sueldo de los trabajadores

Cartel de precios en un supermercado.
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BarcelonaLos beneficios empresariales representaron, como mínimo, la mitad de las subidas de precios durante el pico inflacionario de 2022 y 2023 en Europa. Varios análisis de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), señalan que las empresas, sobre todo las mayores, subieron los precios de venta de sus productos por encima de los incrementos de costes de producción que les ocasionó el encarecimiento de materias primas o de la energía.

"Los crecientes beneficios corporativos representan al menos la mitad del aumento de la inflación de Europa durante los últimos dos años", indicó el Fondo Monetario Internacional en un artículo de junio del pasado año. Una conclusión a la que también llegó el Banco Central Europeo: en un discurso en Frankfurt el pasado mes de marzo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya apuntó que "la compresión de los márgenes de beneficios ha permitido a los sueldos atrapar [los precios] sin acelerar aún más en la inflación". Según Lagarde, los beneficios empresariales representaron un 50% del deflactor del PIB (el indicador que mide el crecimiento de los precios de toda la economía) en el cuarto trimestre de 2022, pero la cifra había caído hasta el 20% a finales de 2023 .

El máximo de la inflación coincidió también con el pico de los márgenes empresariales, según los cálculos del FMI del deflactor del consumo, un indicador que incluye todos los precios de una economía e incluye también los precios de las importaciones . Esta medida permite conocer qué proporción de los incrementos de precios se debe a subidas de los beneficios, costes de importación, costes laborales (salarios y cotizaciones) e impuestos.

Así, por ejemplo, el máximo se alcanzó en el cuarto trimestre de 2022, cuando los precios en el conjunto de países que comparten el euro aumentaron un 7,68% respecto a un año atrás. De esta cifra, 3,72 puntos se debían a aumentos de los márgenes de beneficios de las compañías. Las subidas de costes laborales representaron 1,9 puntos y las importaciones, 2,65 puntos. Por el contrario, los impuestos contribuyeron negativamente a la inflación –es decir, redujeron los precios– con 0,27 puntos.

La inflació a la zona euro
Aportació dels beneficis empresarials, impostos, costos laborals i preus d’importacions a la taxa de creixement interanual del deflactor del consum a la zona euro. Dades en punts percentuals

Impuestos e incrementos de sueldo

Aunque la inflación se ha moderado, no ha desaparecido y, en los últimos meses, se mantiene especialmente sólida en España, donde sigue por encima del 3% desde el pasado verano aunque la media de la zona euro se acerca ya al 2%. Una tendencia, pues, opuesta a la de 2022 y 2023, cuando los precios crecieron menos en el Estado que en la mayoría de los países del continente.

Una parte de esta moderación se debe justamente al menor impacto que los beneficios empresariales están teniendo sobre los precios. Este hecho puede deberse a dos factores: medidas para evitar que las empresas abusen y subidas de sueldo.

Con la subida de la inflación, algunos sectores estratégicos dispararon los beneficios, sobre todo los bancos y las compañías energéticas –gasistas, petroleras y eléctricas–, que aprovecharon el choque de precios del petróleo y el gas natural para inflar las facturas de los clientes. Asimismo, los bancos aprovecharon los incrementos de los tipos de interés aprobados por el BCE –que tenían como objetivo justamente reducir la inflación– para cobrar más por los créditos que prestan, pero no remuneraron al mismo nivel los depósitos de los clientes, lo que también disparó sus ganancias.

Los gobiernos de toda Europa detectaron estos beneficios "caídos del cielo" e impusieron impuestos extraordinarios para gravar este exceso de beneficios. En España, por ejemplo, el ministerio de Hacienda recaudó en 2022 más de 2.900 millones adicionales con los nuevos tributos, que además tienen el visto bueno simbólico del FMI, que los calificó de necesarios para repartir socialmente las ganancias derivadas de la crisis de precios.

La otra forma de repartir socialmente los costes y beneficios de la ola inflacionaria iniciada con el fin de la pandemia es con una actualización salarial. "Ahora que los trabajadores presionan para obtener incrementos salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido, las empresas tendrán que aceptar unos beneficios más bajos si la inflación debe seguir el camino para alcanzar el objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo para 2025", apunta el FMI.

De hecho, esta conclusión concuerda con la postura de Lagarde, que es la presidenta de banco central que más insiste en la necesidad de que, aprovechando los incrementos de márgenes de los últimos años, las empresas "absorban" las subidas de sueldo sin repercutir en los precios finales que pagan los consumidores.

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