Milei anuncia "la liberación" de Argentina: adiós a la vid cambiaria
El ultraliberal levanta las restricciones a la compraventa del dólar y niega la devaluación del peso, mientras repunta la inflación
Buenos AiresEl gobierno de Javier Milei ha iniciado lo que llama la tercera fase de su política económica. El pasado viernes por la noche, el presidente de Argentina hizo un anuncio por la cadena nacional donde comunicaba a la ciudadanía que ponía fin a la llamada cepa cambiaria para las personas, una regulación que limita la compra de dólares –la moneda en la que suelen ahorrar a los argentinos que pueden– a un total de 200 dólares por mes.
A partir de ahora, tendrán derecho a comprar una cantidad ilimitada de divisa al valor que establezca el mercado entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar. Si fluctúa fuera de este rango, el gobierno ha garantizado que el Banco Central intervendrá para corregir su cotización. "Hemos podido sacar la última espina que nos infligía un dolor profundo, nos hemos deshecho de la vid cambiaria que era una aberración que nunca debería haber existido", dijo Milei, flanqueado por su gabinete. El mismo día se había conocido el dato de inflación de marzo: 3,7%, el más alto desde agosto del año pasado.
La expectación para el lunes era enorme. ¿Cómo reaccionaría el mercado cambiaría a la nueva medida? sinceridad" del peso para los partidarios de la medida, y como una devaluación en toda regla para quienes estaban en contra.
El mismo lunes, Milei recibió en la Casa Rosada al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el que alabó las medidas económicas del gobierno ultraliberal. "Quería venir aquí hoy para mostrar mi apoyo al presidente Milei ya su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo", dijo el funcionario del ejecutivo de Donald Trump, que no descartó —pero tampoco concretó— la posibilidad de llegar a un acuerdo de arancel cero con Argentina.
Cuevas, las casas de cambio clandestinas
"Argentina está recuperando la libertad económica", dice al ARA el economista Ramiro Castiñeira, y destaca las ventajas de unificar el mercado cambiario: "Quiere decir acabar con el oportunismo y con la expresión más evidente de la casta, donde algunos tenían derecho a comprar y vender los dólares a un precio, y otros no". Castiñeira se refiere al mercado paralelo de la divisa o al conocido como dólar blue, que se compra y se vende en las llamadas cuevas, casas de cambio clandestinas fuera del sistema financiero.
Fuentes de cuevas de Buenos Aires han confirmado al ARA que, posiblemente, muchas de ellas tendrán que cerrar porque esta semana han vendido poco. "Ahora es fácil y más barato comprar el dólar oficial", dicen, pero todavía se mantienen prudentes, observando. Castiñeira reconoce que es probable que, a corto plazo, haya un aumento de los precios, pero insiste en que esto son "golpes" de la emisión monetaria que llevó a cabo el gobierno anterior.
El economista Fabián Medina lee este momento desde un ángulo completamente distinto. "Se le puede decir como se quiera, pero esto es una devaluación", dice, y considera inevitable que ésta se traduzca en un aumento de los precios, algunos de los cuales ya han subido esta misma semana. A su juicio, el levantamiento de la vid cambiaria es una mera estrategia electoral cara a los comicios de medio plazo que tendrán lugar el próximo mes de octubre. Este mes, la inflación puede haber vuelto a bajar. Sin embargo, hasta entonces tanto él como otros expertos auguran que los meses que vienen volverán a ser duros para la capacidad de compra de los argentinos, que ya está mermada.
Además, Medina recuerda que en el 2015 el expresidente Mauricio Macri ya eliminó la vid cambiaria, pero tuvo que reinstaurarla cuando perdió las elecciones ante el peronista Alberto Fernández, lo que le mantuvo a 200 dólares mensuales y además sumó un impuesto del 30%.
La cepa cambiaria se instauró en 2011 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuyo objetivo original era evitar la fuga de capitales y cuidar las reservas de dólares del Banco Central. Argentina tiene un problema histórico para generar la divisa que necesita, sobre todo en el sector industrial, donde gran parte de los suministros son importados. Por eso, Milei ha pedido un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI): 20.000 millones de dólares, de los cuales un 60% ya han sido desembolsados esta semana para engordar las reservas del Banco Central y que éste pueda hacer de back up en el nuevo modelo cambiario.
Sin embargo, Argentina es el mayor deudor que tiene el FMI, y con el préstamo actual deberá un total 64.000 millones de dólares al organismo de crédito. En el pasado, Milei había sido crítico de los gobiernos que contraían deuda externa; en el presente, busca cumplir con su bandera política. El acuerdo con el FMI servirá "para que la inflación sea tan sólo un mal recuerdo del pasado", como dijo en su discurso.