El oráculo Draghi riñe a la Unión Europea: "Hay que romper tabúes"
El expresidente del BCE reclama más "rapidez" y "compromiso" a los dirigentes europeos para avanzar hacia una UE "federal"
BruselasMario Draghi, el conocido como el salvador del euro, es un nombre de consenso en los pasillos de las instituciones de la Unión Europea. Se ha erigido en una especie de oráculo y, por eso, Ursula von der Leyen le va encomendar un informe que marcara el camino a seguir del bloque europeo durante los próximos años. Hace justo un año que el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) presentó este estudio en Bruselas y que, entre otras medidas, aboga por una gran inversión –hasta 800.000 millones de euros– para recortar distancias respecto a la competitividad de la industria de Estados Unidos y China, ganar autonomía energética y militar y salvaguardar.
Sin embargo, en un discurso este martes, el ex primer ministro italiano ha vuelto a regañar a los dirigentes de la Unión Europea y ha criticado que, un año después de la presentación del famoso informe, casi todo lo más caliente todavía está en el fregadero. "El camino a seguir comporta romper tabúes muy arraigados", ha dicho Draghi desde la capital belga y acompañado de Von der Leyen. "Los ciudadanos europeos están expresando una creciente frustración", ha advertido.
En algunos puntos incluso se ha mostrado aún más pesimista, sobre todo en lo que se refiere al comercio internacional. Draghi lamentó el incremento de los aranceles de Donald Trump, si bien aseguró que "no es realista a corto plazo" desacoplar el mercado comunitario del estadounidense. "Los fundamentos del crecimiento de Europa -la expansión del comercio mundial y las exportaciones de alto valor- se han debilitado aún más", ha alertado. Sin embargo, ve en el acuerdo comercial de la UE con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) un "cierto alivio" por los exportadores europeos.
En primer lugar, Draghi ha vuelto a pedir avanzar hacia una Unión Europea más "federal" para ser más competitiva ante otros grandes actores internacionales, especialmente Estados Unidos y China. Así, instó a los líderes europeos a caminar hacia un mercado más unido y reducir los "muros" entre estados miembros en diversos campos, como es el de la ciencia y la innovación. También reivindicó grandes pasos en este sentido, como la adopción del euro, y llamó a recuperar ese "compromiso" europeísta.
El expresidente del BCE también ha criticado que la UE ya vaya tarde con la carrera tecnológica sobre la inteligencia artificial (IA). En su turno, Von der Leyen se mostró optimista y dijo que es una competición que acaba de empezar, pero Draghi le enmendó casi toda la llanura y constató que la potencia estadounidense y china van por delante del bloque europeo. Sin embargo, aplaudió las inversiones de la Comisión Europea en IA y especialmente en lo que se refiere a las gigafactorías, como la de Barcelona.
En cuanto a la energía, la visión de Draghi y Von der Leyen también ha distado bastante. La presidenta de la Comisión Europea ha defendido sobre todo que el bloque europeo cada vez consume menos combustibles fósiles y que avanza hacia la transición energética, mientras que el ex primer ministro italiano ha remarcado que la industria europea aún tiene que afrontar una energía mucho más cara que sus competidores directos. "Los precios de la energía industrial son de media más del doble en la UE que en EEUU", recordó Draghi.
Draghi también ha cargado contra la poca capacidad de reacción de la Unión Europea en general y ha insistido en que hay que "moverse más rápido". Da un toque de atención a los líderes europeos y les pide que dejen atrás la "complacencia", que no pueden justificar la "lentitud" de sus movimientos por la complejidad del bloque europeo y en la burocracia. "Un camino distinto pide ahora rapidez, ambición e intensidad", indicó.
La gran inversión pública cae en el olvido
Una de las propuestas estrella de Draghi fue lanzar una gran inversión pública que, junto con financiación privada, alcanzara los 800.000 millones de euros, y planteó emitir más deuda común de forma conjunta a toda la UE. Sin embargo, existe una gran oposición histórica por parte de los Estados miembros más partidarios de la austeridad, como Alemania, Países Bajos o los nórdicos en general. Por eso, de momento, Von der Leyen sólo ha lanzado una financiación en forma de préstamos por un valor de 150.000 millones de euros y estrictamente destinados a la defensa.