Macroeconomía

Los robos de mantequilla, prueba de la economía de guerra de Rusia

La inflación de los precios de los alimentos básicos está relacionada con el aumento del gasto en defensa

Misil de la armada rusa en Kubinka (Rusia)
ARA
12/11/2024
3 min

BarcelonaEn Ekaterimburgo, la capital de la industria de defensa de Rusia, las cámaras de seguridad capturaron recientemente imágenes de dos enmascarados que entraban en una lechería. Uno atacó la caja registradora y el otro salió con 20 kilos de una sustancia grasa. Era mantequilla.

Los robos de este alimento han puesto de manifiesto el impacto del aumento de la inflación en la economía de guerra de Rusia, según explica el Financial Times. "Su fábrica media de mantequilla estaría más que encantada de satisfacer la demanda y trabajar también en tres turnos. Pero no hay gente suficiente para contratar. No se puede luchar contra la inflación y una guerra al mismo tiempo", dice una analista del Carnegie Rusia Eurasia Center de Berlín, Alejandro Prokopenko, según recoge el diario británico.

La inflación en Rusia podría alcanzar este año el 8,5%, según estimaciones del banco central ruso. Lo cierto es que los alimentos aumentan de precio cada vez más rápido: la mantequilla creció un 26% interanual. En algunas tiendas, ya se vende en cajas de plástico con cerraduras magnéticas.

El banco central de Rusia subió el tipo de interés clave hasta un récord de 21 puntos en octubre, pero parece que Putin no pretende reducir el gasto en defensa, fijado en una cifra récord de 13,5 billones de rublos ( 132.000 millones de euros) al presupuesto del próximo año. "Este es un caso clásico de disparar la economía más allá de su capacidad", dice Elina Ribakova, del Instituto Peterson de Economía Internacional, según el Financial Times.

Este nivel de gasto en defensa ha provocado la prisa por contratar al sector, donde muchas fábricas trabajan en tres turnos. Y ahora, el paro se sitúa en un mínimo histórico (2,4%), lo que ha derivado en un aumento de los sueldos por atraer a trabajadores y hace casi imposible aumentar la producción de bienes y servicios sin provocar grandes aumentos de precios.

Más demanda que producción

La gobernadora del banco central, Elvira Nabiúlina, dijo en el Parlamento a finales de octubre que la persistente alta inflación era una señal "de que la demanda ha superado significativamente la capacidad de producción de la economía". "En algunos sectores apenas hay equipos inactivos, ni siquiera maquinaria obsoleta", dijo, según el diario británico.

La dilapidación de dinero en defensa se ha producido a medida que los ingresos disminuyen por las exportaciones de productos básicos de Rusia, las dificultades para convertir el rublo y la presión de Estados Unidos que limita los pagos de mercancías y aumenta los costes del lado de la oferta de los artículos cotidianos, explica en el Financial Times. Esto ha dejado a Rusia en una situación cada vez más dependiente de las importaciones en un momento en que el país, en efecto, no tiene ninguna manera de limitar sus costes.

De hecho, en los últimos siete años, los salarios en informática, industria pesada y construcción han crecido un 170%, según el proveedor de estadísticas estatal ruso Rosstat. En educación y servicios municipales, por su parte, aumentaron entre un 10% y un 20%.

Ahora bien, esta política de aumentar el precio del dinero ya ha topado con grandes detractores: el director ejecutivo del conglomerado de armas estatal ruso Rostec, Sergei Chemezov, dijo en octubre que el alto coste del capital era un factor que limitaba la capacidad de su empresa para vender armas en el extranjero.

"¿Qué pasará si todo el mundo compra de repente máquinas con un crédito barato? No hay manos suficientes para hacer más", añadía Nabiúlina, según recoge el diario británico.

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