Macroeconomía

Turismo y consumo de las familias, motores del crecimiento catalán en 2024

La inversión, las exportaciones y el gasto público también impulsan el PIB catalán, que creció un 3,6% en 2024

Turistas en el Parc Güell una de las zonas más masificadas de turistas.
ARA
20/03/2025
3 min
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BarcelonaLa economía catalana confirma su buena marcha en el 2024: el producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica) de Catalunya cerró el año pasado un 3,6% por encima de los niveles del 2023, una cifra superior en cuatro décimas en la media española, impulsado sobre todo por el turismo, el consumo de las familias, el gasto público y la inversión, según datos de la Generalitat.

La recuperació de l’economia catalana des de la pandèmia
Evolució del PIB català. Índex 100 = segon trimestre del 2019

El Idescat confirma así las cifras que ya había avanzado el pasado mes de enero, cuando ya apuntó que la economía catalana crecería muy por encima de la media de la zona euro, que cerró el pasado año con un modesto 0,7%. Además, por primera vez el PIB catalán superó la cifra simbólica de los 300.000 millones de euros, y concretamente alcanzó los 316.728 millones.

Variació anual del PIB català
Dades trimestrals en percentatge

El turismo y el consumo interno han sido los grandes motores del crecimiento, aunque en general la actividad creció en todos los sectores y ámbitos. Destaca el crecimiento de los servicios -que representan casi el 70% del PIB-, que en 2024 aumentaron un 4,1% respecto al año anterior.

Más muestras de "consolidación del modelo competitivo"

En este sentido, el consumo de los extranjeros en territorio catalán (esencialmente turistas) se incrementó un destacado 11% respecto a un año atrás, algo que ya se esperaba teniendo en cuenta que 2024 fue "un año espectacular para el turismo", según Josep Lladós, profesor de economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). El turismo, pues, se mantiene como uno de los pilares de la economía, y el hecho de que Cataluña tenga un mayor sector turístico que la media española explica, en parte, por qué Cataluña crece más que el conjunto del Estado.

Además, el consumo de los hogares también creció a un ritmo fuerte, del 3,5%, algo habitual en momentos en que cae el paro y se crea empleo. Estos datos (turismo y gasto familiar) explican que, dentro de los servicios, el comercio, la hostelería y el transporte (actividades, en general, de menor valor añadido y que dependen del consumo de las personas) también incrementaron la actividad un 3,5%.

Ahora bien, destaca que los servicios profesionales e inmobiliarios subieron un 4,8%. Esta diferencia de crecimiento entre actividades profesionales y actividades de comercio y hostelería es buena señal para la economía catalana, que confirma el incipiente cambio de modelo económico que, según algunos expertos y los datos de empleo, experimenta desde el final de la pandemia. Así, sectores de mayor valor añadido (y, por tanto, con sueldos más elevados), como la tecnología, los servicios de apoyo a la industria o las profesiones de carácter liberal estarían ganando peso dentro del tejido económico catalán. Sin embargo, Lladós hace un matiz: "No sé si se puede hablar de cambio de modelo, pero sí se está consolidando el modelo competitivo", con turismo, pero al mismo tiempo con una industria exportadora y unos servicios que se diversifican.

De hecho, más allá del comercio, la industria mostró también un buen estado de salud, con un incremento anual del 3,9% y las manufacturas creciente a mayor ritmo, del 4,4%, otro elemento diferenciador de la economía catalana, donde la industria tiene un peso más destacado que en la mayoría de comunidades autónomas españolas. Por el contrario, la construcción fue el gran sector que menos creció, un 1,7%, pese a mantenerse claramente en cifras positivas. Por último, la agricultura rompió con la racha negativa de la sequía e incrementó su producción un 4,2%.

El comercio exterior también dio buenas noticias, con un saldo positivo de 27.000 millones de euros entre las ventas de bienes y servicios catalanes en el extranjero (incluido el turismo) y las importaciones. En cuanto a sólo mercancías, el saldo fue también favorable a Catalunya en casi 13.500 millones. La balanza con el resto del Estado es también positiva, de más de 20.000 millones.

Sobre este punto, Lladós remarca la fortaleza industrial y exportadora de Cataluña "en un contexto muy complicado" internacionalmente, con tensiones geopolíticas, tensiones comerciales, y los principales socios comerciales —sobre todo Alemania— con crecimientos muy magros o directamente en recesión. "La industria está resistiendo pese a todo lo que cae", remacha.

Inversión al alza

La inversión fue otro de los pilares del crecimiento del pasado año, con una subida del 3,2%. Al igual que con los servicios, la inversión productiva en bienes de equipo y otros activos productivos (un tipo de inversión de tipo esencialmente industrial y empresarial) aumentó más, un 4,8%, lo que Lladós achaca a "la digitalización" de las empresas. La inversión en construcción se incrementó un 2,5%.

En este aspecto, de hecho, el consumo de las administraciones públicas aumentó un 3,5%, ya que la buena marcha de la economía ha incrementado la recaudación de impuestos, lo que se ha traducido en un mayor gasto. Tanto en el consumo público como en la inversión, "juega un papel" la entrada de fondos Next Generation de la Unión Europea, recuerda el profesor de la UOC.

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