Feminismos

Más mujeres trabajadoras que nunca (pero una brecha que persiste)

La ocupación femenina se sitúa en Barcelona en máximos históricos aunque sigue teniendo más peso en los sectores más precarizados

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Rosario limpiando en una de las casas donde trabaja.

BarcelonaLas mujeres nunca habían tenido tanto peso en el mercado laboral español. Dicho de otra forma, la diferencia entre las mujeres y los hombres ocupados se sitúa en mínimos de la serie histórica. A nivel estatal, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2023 cerró con una media de 9,7 millones de trabajadoras, frente a los 11,2 millones de trabajadores masculinos. Es decir, había alrededor de 1,4 millones de mujeres con empleo menos que de hombres, mientras que en 2006 ese desajuste era de 3,6 millones de personas, más del doble. El empleo femenino en Catalunya también es de récord y en la última entrega de la EPA, en el cuarto trimestre del año pasado, había 1,7 millones de mujeres trabajando.

Este hito se repite en Barcelona, ​​donde el Ayuntamiento ha elaborado un informe con motivo del 8-M al que ha tenido acceso el ARA y que muestra un retrato suficientemente amplio sobre la situación laboral de las mujeres en la capital catalana . La ciudad cuenta con una participación femenina en el mercado de trabajo (con una tasa de ocupación del 77,9%) más elevada que la media catalana (68,8%), la española (62,5%) y la europea (65,9%). Así, se encuentra en máximos de la serie histórica, tras registrar un incremento interanual de casi 9 puntos.

Hay más trabajadoras que en ningún otro momento de la historia, pero todavía sufren más el paro y tienen más peso en los sectores de actividad más precarizados. La situación laboral de la mujer sigue siendo sinónimo de salarios más bajos, más jornadas parciales, más contratos temporales y una carga mental y física para asumir las tareas domésticas superior a la de los hombres. En diciembre del pasado año, había 35.026 mujeres sin empleo en Barcelona, ​​un nivel similar al de 2008, aunque esta cifra repuntó un 3,7%. La tasa de paro femenino era del 6,2%, bastante similar a la de la Unión Europea (6,4%) e inferior a la del resto de territorios.

"Las mujeres estamos en el mercado de trabajo, el tema es dónde estamos y cómo estamos. Hay sectores que están fuertemente feminizados y que son los que tienen las condiciones laborales más bajas, una peor valoración social, unos horarios más complicados y los que están más relacionados con lo que se considera femenino por naturaleza", explica a la ARA Raquel Gil, concejala de Promoción Económica, Trabajo, Feminismos y Memoria Democrática del Ayuntamiento de Barcelona. Los puestos de trabajo con mayor presencia de mujeres en Barcelona fueron las actividades en los hogares (83,2%) y las actividades sanitarias y de servicios sociales (74,1%), trabajos asociados al llamado tierra pegajoso, en las que las retribuciones son inferiores y las posibilidades de promoción laboral están mucho más limitadas que en otros ámbitos. En sectores con una elevada demanda de trabajo en la ciudad como la tecnología, con mejores condiciones laborales, las mujeres representaban un 35,3% del empleo.

El 'tierra pegajoso' de las mujeres extranjeras

Este suelo es aún más pegadizo para las mujeres extranjeras que ahora viven en Barcelona y que firmaron el 53,1% del total de contratos en las actividades de los hogares, el 31,4% en los servicios a edificios, jardinería y limpieza y el 21,7% en la hostelería. De hecho, el 70,1% de las contrataciones de mujeres foráneas corresponden a trabajos de restauración, personales y vendedores y ocupaciones elementales, una proporción más de 20 puntos superior a la del conjunto de las mujeres. "Nos sorprendió que entre las mujeres extranjeras el peso de la contratación indefinida es mayor que en el total de las mujeres [un 52,4% respecto a un 41,8%], y justamente lo atribuimos a que con la reforma laboral el aumento de los contratos indefinidos ha beneficiado a algunos sectores que eran de los más precarizados como el de los hogares", apunta Àngels Santigosa, jefe del departamento de Estudios de la Gerencia de Economía y Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona.

En 2022, el último año del que tiene datos el consistorio, las mujeres residentes en Barcelona superaron por primera vez los 30.000 euros anuales de salario medio (concretamente, 30.693 euros al año), una cantidad que sigue siendo un 17, 1% inferior a la de los varones (37.006 euros anuales). Esta brecha de género en la ciudad es inferior a la de Cataluña (17,6%) y ligeramente superior a la española (16,9%). Las autoras del informe explican que este indicador ha tendido a acortarse en la última década y ha caído ocho puntos respecto al período 2012-2014, cuando superaba el 25%. Esta reducción de la brecha la atribuyen al aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), que tiene un impacto especialmente positivo para las mujeres que ya partían de salarios inferiores a los hombres por el mayor empleo en sectores más precarizados.

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