La pandemia aumenta el riesgo de pobreza en España
La debilidad de las ayudas golpea el ahorro y deja al Estado como uno de los nueve países europeos con más precariedad
BarcelonaLa pandemia está afectando de forma más directa a las familias con rentas más bajas en España que a la mayoría de Europa. España es uno de los nueve países de la Unión Europea donde el porcentaje de adultos en edad de trabajar –de los 18 a los 64 años– en riesgo de pobreza subió entre el 2019 y el 2020.
El riesgo de pobreza entre la población adulta creció por la pandemia en nueve de los veintisiete estados de la UE. La mayoría, de la llamada periferia europea, como España, Grecia, Italia, Portugal o Irlanda, a pesar de que también se ha producido el mismo efecto en economías tradicionalmente más sólidas, como Suecia y Austria, según datos preliminares publicados este lunes por el Eurostat, la agencia comunitaria de estadística.
La caída de la actividad económica en España el año pasado fue más acusada que en el resto de las grandes economías de la Unión Europea. El producto interior bruto –que mide el tamaño de una economía– se contrajo un histórico 11%, la reducción más grande desde la Guerra Civil. Un hundimiento muy superior al registrado en el conjunto de los dieciséis países de la zona euro, donde fue del 6,8%.
Uno de los hechos que explican tanto la caída del PIB como los datos sobre la pobreza es la debilidad de los estímulos públicos aprobados en España. Esto se ha traducido, además, en una caída de la tasa de ahorro de las familias a partir de otoño del 2020 y que se mantuvo el primer trimestre del 2021, de acuerdo con los datos publicados también el lunes por el Eurostat.
En este sentido, España partía de una posición en la que las familias ahorraban, de media, mucho menos que en la mayoría de países con las que comparte la moneda común. Aun así, la pandemia disparó inicialmente el ahorro tanto en el Estado como todo Europa: el cuarto trimestre del 2019 –el último antes de la llegada del covid-19 al Viejo Continente– las familias españolas tenían una tasa de ahorro del 6,2%, y a la zona euro, del 12,7%. Al segundo trimestre del 2020, se disparó por encima del 25% en los dos territorios.
“Hasta ahora había una explicación muy asumida” sobre el ahorro familiar, explica Albert Carreras, catedrático de economía de la UPF: había aumentado por las restricciones. Las familias no podían gastar ni en ocio o ni en vacaciones o, por la incertidumbre, aplazaban compras de productos duraderos, como coches. Esto hacía que los hogares que no vieron muy alterados sus ingresos pudieran ahorrar más.
A partir de el verano del año pasado, con la apertura gradual de la economía en toda Europa, la tasa de ahorro fue cayendo a medida que el gasto volvía a ser posible. La diferencia, sin embargo, fue de magnitud, especialmente a partir del otoño y el invierno pasados, cuando las nuevas oleadas de contagios obligaron a imponer nuevas restricciones económicas a todos los países. En este contexto, la tasa de ahorro de las familias en la zona euro se situó en el 21,5% en los primeros tres meses de este año, mientras que en España ya se había hundido hasta el 10,6%.
Pocos estímulos públicos
En España “la protección ha sido más escasa y breve que en otros países”, apunta Carreras, sobre las ayudas de las administraciones a empresas y familias. Por lo tanto, pese a los “meses de confort” iniciales cuando se pusieron en marcha los ERTE y se dieron las primeras ayudas a la economía, la situación ha ido empeorando y el apoyo “se ha ido acabando”. De hecho, ya en noviembre un informe del Centro de Estudios de la Comisión Europea avisaba que España era el país donde las familias habían perdido más renta por culpa de la pandemia.
La incertidumbre que ha planeado en varias ocasiones sobre la prórroga de los ERTE, así como las pocas inyecciones de dinero al tejido productivo y a los trabajadores son, para Carreras, algunas de las razones que explican “la erosión del ahorro de las familias” españolas, mientras que en la zona euro el ahorro acumulado por los hogares durante los meses de máximo confinamiento todavía no se ha perdido.
En la mayoría de economías europeas los gobiernos han garantizado un mínimo de ingresos a las empresas y han dado ayudas muy notables a las más afectadas por las restricciones y el coronavirus, lo cual no ha pasado en España, donde el apoyo ha sido “menos sostenido”, sostiene Carreras. Asimismo, algunos países también tienen generosas líneas de ayuda a las familias. “Aquí somos más pobres”, añade, y recuerda en este sentido las palabras del actual conseller de Salud, Josep Maria Argimon, cuando era secretario de Salud Pública y le preguntaron sobre el equilibrio entre reabrir la economía y frenar los contagios.