Rusia solo representa un 0,8% del comercio exterior catalán

Las sanciones por el conflicto con Ucrania vuelven a poner en alerta a los exportadores y al sector energético

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Rusia recibe el 20,8% de las exportaciones de melocotones y nectarines de producción catalana.

BarcelonaEn verano de 2014, el veto ruso a los productos europeos para responder a las sanciones de la UE convirtió al presidente del país, Vladímir Putin, en enemigo número 1 del sector catalán frutero y ganadero. Asociaciones de labradores se manifestaron contra el daño colateral de estas medidas en la venta de sus cosechas y exportaciones de carne de cerdo, una situación que el ejecutivo comunitario intentó suavizar con ayudas. Si hace ocho años la anexión de Crimea acabó afectando al sector primario catalán, ahora el comercio exterior vuelve a estar en alerta por la aplicación de nuevas sanciones en Rusia como condena del reconocimiento ruso de la independencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk.

"En general, de este tipo de sanciones siempre salimos perdiendo", explica el economista y catedrático de la UPF Albert Carreras. En su opinión, los exportadores catalanes que hacen negocios con Rusia saldrán perjudicados, así como las zonas turísticas que también acostumbran a recibir visitantes de este país, muy a menudo de alto poder adquisitivo. Este es el caso de la Costa Dorada y la Costa Brava, donde antes de la pandemia también se había notado la presencia rusa en las inversiones inmobiliarias.

El académico considera que la medida no nos beneficia "absolutamente en nada", puesto que la economía rusa está bastante integrada en la catalana, aunque tenga un peso bajo (del 0,8%) en las exportaciones. Carreras defiende que la amenaza de represalias comerciales está "totalmente vacía de contenido" y que puede provocar un efecto contraproducente, al reforzar un sentimiento de unidad nacionalista "mucho más vibrante". "Si se tienen que ajustar el cinturón, lo harán con la bandera", añade.

El otro sector que vigila de cerca las consecuencias económicas de estas sanciones es el de la energía. Aunque España depende básicamente del gas argelino, el economista recuerda que los giros en el suministro de gas siberiano también podrían generar tensiones. "Por ejemplo, si de repente Francia necesita más energía de sus nucleares y no nos puede vender", pone por caso. Para Xavier Ferrer, economista, politólogo y presidente de comisión de economía internacional y de la UE del Col·legi d'Economistes de Catalunya, el gas también es un "interrogante problemático". "Si en algún momento se bloquea la venta de gas ruso, los precios subirán", asegura.

No obstante, este experto considera que el impacto de esta primera tanda de sanciones no será muy notable. De hecho, afirma que Rusia ya se ha preparado para asumirlas y lo tiene "perfectamente controlado". Si se aplican más castigos económicos, sin embargo, los efectos en las empresas tanto rusas como europeas y de los Estados Unidos se agravarán. "Estas sanciones son importantes, pero no a gran escala", matiza.

Peso muy bajo sobre el total de las exportaciones

Hay que tener en cuenta que, según datos de ACCIÓ, el porcentaje que supone Rusia sobre el total de las exportaciones catalanas es muy bajo. Concretamente, en 2021 fue el 0,8%, con un volumen de 659 millones de euros. De hecho, el año pasado las ventas en Rusia de empresas del Principado aumentaron un 15%, después de haber caído casi un 14% en 2020, a pesar de que todavía no han recuperado los niveles previos a la pandemia.

En 2021 había 1.910 empresas catalanas que exportaban a Rusia, de las cuales 643 lo hicieron de manera regular durante los últimos cuatro años. Catalunya sigue sin vender ni fruta ni carne de cerdo en este mercado, puesto que el veto de Putin a los productos europeos continúa vigente, pero los principales sectores que sí que exportan son la ropa de vestir (25% del total), la maquinaria (12%) y los productos de perfumería y cosmética (8%).

Impacto "limitado"

Francia ha sido uno de los primeros países en salir a decir que el impacto de estas sanciones en Rusia en su economía será "limitado". Así lo ha asegurado el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, que ha remarcado que no se trata de ningún "mercado estratégico". No obstante, el dirigente francés no ha descartado que la crisis de Ucrania provoque un encarecimiento de la energía. En este sentido, ha destacado que este primer paquete de sanciones hará daño, pero que todavía habrá medidas "infinitamente más dolorosas" en caso de que Putin vaya más lejos en el conflicto. De hecho, más allá del freno en el Nord Stream 2 no se han aprobado sanciones en el ámbito energético y la Unión Europea hace semanas que trabaja con países como Catar, Azerbaiyán o Australia para encontrar alternativas en la dependencia del gas ruso.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el español Luis de Guindos, ha usado la misma expresión para referirse a la exposición directa del sistema financiero europeo en Ucrania y Rusia. El dirigente de la institución considera que el impacto será "limitado" y que los riesgos más importantes son los derivados de esta crisis en el precio de la energía y la confianza de los mercados.

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