Verano infernal

Restos calcinados en la carretera de Aldover, donde las llamas del incendio de Paüls siguen fuera de control con ráfagas de viento de hasta 90 km/h.
09/07/2025
2 min

El verano ha arrancado de la peor forma: con temperaturas extremas y uno incendio tras otro. Es el inicio de temporada con mayor afectación del fuego de los últimos tres lustrosPero estábamos advertidos y aún suerte que los pantanos están llenos. que, cuanto más va, más factualmente se manifiesta con fenómenos hasta ahora poco habituales, como el denso pirocúmulo que costó la vida a dos campesinos vecinos de Agramunt. setas urbanizaciones en medio de la nada –mal protegidas, con servicios deficientes, mal conectadas– y la gestión de los bosques se ha convertido en poco o nada rentable. tanto, una protección efectiva de los bosques. De esto habla hoy en este diario el experto Miquel Rafa.

En los últimos años, como reacción política y ciudadana al drama de los incendios forestales y agrícolas, el parque de bomberos sí se ha mejorado, dotándolo de más medios técnicos y efectivos humanos. Sin embargo, con la potencia y velocidad de los incendios de última generación, la labor de los vigilantes del fuego ha pasado a ser heroica pero al mismo tiempo conscientemente limitada. A menudo se trata de evitar el mal mayor: la pérdida de vidas humanas y la afectación de núcleos habitados. Y los propios bomberos insisten en que la clave está en la prevención más que en la actuación una vez que las llamas ya arden. Lo hemos visto en especial en el fuego del Parque Natural de Els Ports, una zona de difícil acceso. Y cuando el problema no es la orografía, lo es el viento o la temperatura. O todo.

El contexto climático hace pensar que las situaciones de riesgo irán a más. Justamente este martes se han dado a conocer dos informes que sitúan a Cataluña como región crítica en el calentamiento planetario: estamos situados en la zona cero de calor extremo, por delante de áreas como las de Nueva Delhi, Tokio o Atenas. Y en el cómputo de muertes por calor en las grandes ciudades europeas desde inicios de verano, Barcelona se sitúa en el segundo puesto, por detrás de Milán y por delante de París. No vale, pues, confiar en que la meteorología nos respetará. Al igual que hay que trabajar para asegurar el suministro de agua en los próximos años construyendo las infraestructuras necesarias, también es necesario avanzar en prevención contra los incendios con una gestión más eficaz de los bosques y de la ruralía en su conjunto. E incidiendo de forma contundente en la concienciación de una población mayoritariamente urbana y que, por tanto, desconoce la realidad natural, con toda su complejidad vital y económica.

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