Cuerpo y Mente

“Para y piensa”: cómo enfrentarnos a las decisiones importantes

Hablamos sobre cómo evitar actuar de forma precipitada y aprender a pensar con claridad

3 min
Cuerpo y Mente

Barcelona¿Cuántas veces nos hemos dejado llevar por la emoción del momento y hemos actuado de forma apresurada? Son aquellos momentos en los que, aunque una vocecita en nuestro interior esté dando señales de alarma, tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias.

Son muchos los libros y manuales que ofrecen técnicas para aprender a pensar de forma más racional. Pero, ¿qué pasa si no sabemos controlar los impulsos que no nos permiten dar un paso atrás, tomar aire y pensar con claridad? ¿Cómo podemos arreglarlo? Ésta es la premisa del libro Pensar con claridad (Columna Edicions, 2023), escrito por Shane Parrish, un exespía del servicio de inteligencia canadiense que ha querido ofrecer toda su experiencia a lo largo de los años a la hora de tomar decisiones en el día a día.

“No somos conscientes de que nuestras emociones nos hacen reaccionar de formas que más adelante nos crearán problemas”, explica Parrish en el libro. “Cuando alguien nos ofende, le arremetemos con palabras llenas de ira. Cuando alguien se distancia de nosotros, imaginamos que lo hace por malicia. Cuando las cosas van más despacio de lo que queremos, nos frustramos y perdemos la paciencia. Cuando alguien se muestra pasivoagresivo con nosotros, picamos el anzuelo y la situación se intensifica”, continúa.

Identificar los puntos débiles

Para no caer en la trampa, asegura Parrish, es necesario entrenarnos para identificar los momentos en que es necesario que hagamos uso de la razón y nos detengamos para crear un espacio que nos permita pensar con claridad. Y no es tarea fácil porque, según el exespía, esto implica contrarrestar nuestros instintos biológicos innatos que han evolucionado a lo largo de muchos siglos.

Algunos de estos comportamientos biológicos serían, como ocurre con los animales, la tendencia a defender nuestro territorio, que en el caso actual no sólo sería físico, sino también psicológico e identitario. “Cuando alguien critica nuestro trabajo, nuestra posición o el concepto que tenemos de nosotros mismos, instintivamente nos encerramos en banda o nos defendemos. Cuando alguien cuestiona nuestras creencias, dejamos de escuchar y pasamos al ataque. Sin pensar; por puro instinto animal”, ejemplifica Parrish.

Lo que está claro es que las personas que dominan sus instintos obtienen los mejores resultados en el mundo real. “No es que no tengan mal genio o ego; simplemente saben controlarlos y no permiten que los controlen a ellos”, sigue. Ahora bien, ¿cómo gestionar nuestros comportamientos más instintivos?

Detente a pensar

Algunas de las herramientas para no dejarse llevar por los instintos a la hora de actuar, según Parrish, son detenerse y pensar en las consecuencias que podrían tener tus actos en un futuro. Si hago o digo esto, ¿qué podría salir mal? “No te limites a imaginar el futuro resultado ideal. Imagina todas las cosas que podrían salir mal y cómo las superarás si salen mal”, dice el exespía.

Otra técnica es obligarse a analizar, al menos, tres posibles soluciones a un problema. “Si te das cuenta de que estás sopesando sólo dos opciones, obligado a encontrar al menos otra. Coge cada una de las opciones y, una a una, preguntado: ¿Qué haría si esto no fuera posible?”, aconseja. Esto iría ligado a lo que él llama el “principio del coste de oportunidad”: “Ten en cuenta a qué oportunidades renuncias cuando eliges una opción en vez de otra, y obsérvalo a través de estos tres prismas: En comparación con qué? Y después, ¿qué? ¿A cuenta de qué?”, continúa.

También puede que nos encontremos con la necesidad de pedir la opinión a los demás ante una situación determinada para ayudarnos a pensar con claridad. “Quizá obtengas la respuesta correcta, pero no habrás aprendido nada”, opina Parrish. Sin embargo, recomienda hacer siempre las preguntas adecuadas al interlocutor. Preguntas como: ¿Cuáles son las variables de las que te servirías para tomar esta decisión si estuvieras en mi sitio? ¿Qué sabes sobre este problema que yo u otras personas no sepamos? ¿Qué ves, gracias a tu experiencia, que alguien que no la tenga es incapaz de ver? ¿Cuál sería tu proceso de decisión si estuvieras en mi sitio? ¿Cómo le dirías a tu madre oa un amigo que procediera?

Por último, Parrish recomienda siempre tener en cuenta que, a la hora de pasar a la acción, si el coste de deshacer la decisión es bajo, es necesario tomarla lo antes posible. En cambio, si el coste de deshacer la decisión es elevado, es mejor retrasarla todo lo posible.

Gestionar los comportamientos instintivos y tomar buenas decisiones no sólo requiere fuerza de voluntad. También implica cultivar hábitos mentales como la responsabilidad, el conocimiento, la disciplina y la confianza. "El buen juicio no se puede enseñar, pero se puede aprender", concluye Parrish.

stats