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“¿Cuál es el trabajo de mis sueños? Ser la mujer sexy de alguien”

Chicas jóvenes que no trabajan y se dedican a cuidarse: quiénes son las 'stay-at-home-girlfriends', un fenómeno que crece en las redes

Anna Gonçalves Cerqueira
4 min
Una chica prepara un zumo de frutas en su casa, en una imagen de archivo

BarcelonaUna joven joven pasea por un apartamento impecable en un vídeo colgado en las redes sociales. Se ha levantado a las 8 de la mañana, hace la cama y prepara unos crepes para su novio antes de que él se vaya a trabajar. Después de tomar un zumo detox, llega el momento del cuidado personal: primero una sesión de pilates y después un tratamiento facial. Cuando termina la mañana, come con una amiga en un local de comida saludable, hace una larga caminata y escucha un podcast, antes de que llegue la hora de prepararse para la cita nocturna con su novio cuando acabe de trabajar. Vídeos como éste están invadiendo TikTok. Son las llamadas stay-at-home girlfriends o #SAHGF, y son exactamente lo que parece: mujeres jóvenes que se dedican a cuidar la casa y su marido ya estar siempre perfectas.

Hablamos de un fenómeno nacido en Estados Unidos pero que está teniendo eco en todo el mundo y está creciendo gracias a las redes sociales ya las conexiones con el movimiento de las tradwives –un fenómeno ultraconservador que ensalza las virtudes de las mujeres que se quedan en casa, sometidas a sus maridos y dedicadas a tener muchos hijos–. De hecho, la etiqueta #stayathomegirlfriend acumula actualmente más de 165 millones de visualizaciones en TikTok.

¿Pero quiénes son las SAHGF? Son en su mayoría mujeres jóvenes, blancas, entre los 20 y los 30 años y sin hijos. “Un día más en la vida de una chica que se queda en casa: tengo cita para hacerme las uñas, cita para probarme vestidos de novia, cita para un tratamiento facial hidratante…”, explica en uno de los suyos vídeos Yelena Sakara (@yelenalala), una stay-at-home girlfriend que tiene más de 127.000 seguidores en su perfil de TikTok y que resume bien el tipo de actividades que llenan la jornada de estas chicas.

“¿Cuál es el trabajo de mis sueños? Ser la mujer sexy de alguien”, declara la influencer Kendel Kay (@kendelkay), una de las que tienen más seguidores. Kay, en otro vídeo, confiesa como muchas de estas chicas que gracias al sueldo de su pareja ha podido dejar su trabajo de 9 a 17 h para dedicarse únicamente a estar siempre perfecto.

"Las SAHG representan el perfil de mujer que se queda en casa o hace de acompañante de su pareja y está todo el día ocupada por mantener su aspecto perfecto. La pareja es quien se preocupa de tener un trabajo fuera de casa y, por tanto, de ganar un sueldo y de mantener la economía de ambos", explica Sílvia Martínez-Martínez, directora del máster en social media de la UOC. La experta avisa del peligro de este tipo de contenidos porque las redes sociales sirven a menudo de inspiración para los jóvenes y estos vídeos "se pueden convertir en modelos de conducta a imitar", ya que este tipo de vídeos romantizan e idealizan la idea de quedarse en casa sin trabajar y encargarse sólo de tener un buen cuerpo.

Valores retrógrados

La antropóloga y profesora de la UAB Bruna Álvarez dice que los valores de este tipo de vídeos "representan un retroceso, y es probable que esto ocurra porque estamos en un efecto péndulo", ya que actualmente "detectamos que algunos jóvenes están recuperando valores muy tradicionales". Un ejemplo de estos valores nos lo da una de las SAHGF más controvertidas, Nia Chï (@niatoks), que contaba en una entrevista reciente en la cadena Fox News que cuando empezó a salir con su pareja el feminismo la abandonó y que ahora solo sueña con ser "un ama de casa sexy". Álvarez explica que "todas estas chicas que dicen que aspiran a ese rol más tradicional en realidad están luchando contra un sistema que las ha educado para hacer todo lo contrario: ocupar el espacio público y tener éxito profesional". Esta experta cree que el feminismo, en los últimos años, se ha convertido "en algo del establishment" y algunos jóvenes, con su espíritu de rebeldía y de cuestionar todo lo que ya esté establecido, se ahí posicionan en su contra. Silvia Martínez-Martínez, considera esta tendencia un peligro para la lucha feminista: “Este mensaje va en contra de la reivindicación de igualdad económica, de empoderamiento de la mujer que no debe tener una dependencia de un hombre y que, por tanto, puede marcar su desarrollo personal y laboral”.

¿Por qué tienen tanto éxito estos contenidos

Así pues, ¿por qué atraen tantas visitas estos contenidos? Según Martínez-Martínez debemos pensar que la dinámica de las redes sociales está basada en "hacer que la gente esté conectada el máximo tiempo posible", y esto se puede conseguir de muchas maneras: "Desde mostrar contenido afín a tus gustos finos a mostrar contenido totalmente contrario a tus valores ya tus ideales, porque esto generará una reacción emocional que te llevará a comentarlo, a compartirlo por criticarlo, etc. Por tanto, dedicarás más tiempo y más interacción".

¿Dependencia económica?

Por otra parte, uno de los temas más controvertidos de las stay-at-home girlfriends es su dependencia financiera de la pareja, pero en realidad muchas sí trabajan, aunque digan que no lo hacen. Son creadoras de contenidos, trabajan con marcas para las que hacen publicidad y como resultado generan beneficios. Lo explicó Kendel Key en una entrevista con la revista Newsweek donde reconocía que muchas chicas le preguntaban si no es muy arriesgado no trabajar fuera de casa, e incluso se puede hablar de abuso financiero. Ella apuntaba que "es muy importante que cualquier chica que decida llevar ese estilo de vida se asegure cierta autonomía financiera", que en su caso venía de unos ahorros que tenía. Sin embargo, ella misma dice que puede llegar a generar casi 2.000 dólares al mes por "no trabajar". "Solo enseñan en las redes una parte de su día a día, son sólo fragmentos de lo que están haciendo. No debemos olvidar que muchas sacan rendimiento económico de sus publicaciones y ésta es la gran paradoja, porque eso quiere decir que se rompe" la imagen de dependencia económica de sus parejas que ellas publicitan", alerta Martínez-Martínez.

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