Turismo

De turismo con las brujas catalanas: visitamos el pueblo más mágico de la Noguera

El municipio de Tiurana reivindica su patrimonio natural, con talleres conducidos por descendientes de las sabias medicinales

Talleres en el municipio de Tiurana.
5 min

TiuranaLas brujas existieron ciertamente en Tiurana, un pequeño municipio en el extremo este de la Noguera, rozando los límites con el Alt Urgell. Lo certifica su propia toponimia, que, desde hace décadas, tiene identificada laera de las Brujas, un lugar muy cerca de la ermita de Sant Ermengol. En esta era, dicen los entendidos, se puede encontrar una gran variedad de plantas medicinales, las mismas que utilizaban antiguamente las mujeres sabias para preparar sus medicinas.

El término bruja, en otros lugares llamada curandera, hechicera o trementinaire, nos transporta a aquella mujer que, siglos atrás perseguida o menospreciada, tenía amplios conocimientos sobre plantas, sus usos medicinales y sus principios activos, y la capacidad de utilizarlos para propósitos curativos de todo tipo.

Por su parte, una era, en el sentido más agrícola del término, era un lugar que históricamente servía para batir el cereal, un espacio de tierra plano y firme, sobre el que se ponía el cereal o las legumbres para batirlos y separar el grano de la paja.

De estos dos términos se puede sacar la conclusión de que la era de las Brujas venía a ser un lugar donde estas sabias realizaban sus operaciones manuales con las plantas como, por ejemplo, elegirlas, secarlas o hacer las mezclas más adecuadas.

Hoy en día, este espacio de Tiurana se está recuperando. Las brujas han regresado gracias a Tiuranatura, un proyecto turístico del Ayuntamiento que inicialmente quería recuperar el patrimonio natural (flora y fauna) y dinamizar actividades de ocio, sobre todo con rutas de senderismo y BTT. Pero cuando los técnicos municipales empezaron a dibujar las rutas sobre el mapa, descubrieron un curioso triángulo.

plana del Roc

de les Bruixes

pantà de Rialb

Tiurana

serrat de les Bruixes

antiga Tiurana

era de les Bruixes

1 km

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pantà de Rialb

Tiurana

serrat de les Bruixes

antiga Tiurana

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de les Bruixes

pantà de Rialb

Tiurana

serrat de les Bruixes

antiga Tiurana

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"Nos dimos cuenta de que, muy cerca del núcleo de Tiurana, en municipios vecinos, aparecían otros lugares con nuevas referencias de brujas", explica Lluís Isanta, responsable de promoción turística de Tiurana. Se refiere al Roque de las Brujas (en el municipio alto-urgellense de la Baronía de Rialb) y al aserrado de las Brujas (en Bassella). Se trata de dos lugares muy cercanos de los que, trazando líneas rectas con la era, sale un triángulo equilátero en el que la antigua villa de Tiurana (la que está inundada desde 1999 por el embalse de Rialb) queda adentro. Con todo esto, esta área ha pasado ahora a llamarse el Triángulo de las Brujas.

Con este descubrimiento, el Ayuntamiento de Tiurana puso en marcha iniciativas que ahora le permiten diversificar su oferta turística. En primer lugar, realizó la Ruta Familiar del Romero, una de las plantas silvestres y medicinales más abundantes de la zona, con la instalación de diez paneles informativos a lo largo de dos kilómetros de ruta circular.

En segundo lugar, está terminando en una sala municipal lo que se llamará el Herbario de la Era de las Brujas, que contará con una treintena de cuadros con plantas locales secadas y un código QR con información sobre cada una.

Y, finalmente, por primera vez este verano, Tiuranatura ha impulsado actividades que han permitido que las propias brujas, las de hoy en día, hayan vuelto a su antiguo emplazamiento. Al menos, de forma lúdica.

Una de las primeras en llegar fue Olga Domingo. Ella se reivindica como una auténtica trementinaire. Su bisabuela lo fue y ella, de joven, tomó la decisión de tomar el relevo. Natural de Bellver de Cerdanya, se documentó y formó para emular a sus antepasadas. "Eso sí, yo me traslado en coche y no a pie como hacían siempre ellas", admite.

Olga Domingo con un grupo de participantes de su taller.
El taller de plantas medicinales de la Bruixa Verda.

Olga Domingo huye del término bruja y recupera con trementinaire la palabra tradicional del folclore catalán que define a las mujeres medicinales del Pirineo que cosechaban plantas para hacer aceites esenciales para ungüentos, cremas e incluso como alimento. El legado trementinaire ha ido desapareciendo y, por eso, Olga Domingo ha tenido interés en recuperarlo. "Enseño una manera de sentir la naturaleza para que la gente disfrute de su entorno, esté donde sea", concluye Domingo. Este verano lo ha hecho en Tiurana, con una salida matinal por sus bosques y varios talleres con plantas para hacer aceites para masajes e incluso pasta de dientes. Eso sí, la inmensa mayoría de participantes eran mujeres. ¿Y por qué? Ella no sabe dar respuesta.

Quien sí se atreve a razonarlo es otra bruja, Estela Tarridas, que, con el nombre de la Bruixa Verda, visitó también Tiurana a mediados de julio para organizar una jornada entera de talleres. Casi todas sus participantes eran también mujeres. "Es un fenómeno intuitivo de nuestro género, lo llevamos muy arraigado, que nos conecta con las antiguas medicinales, que no tenían otra educación que la que ofrecía la misma naturaleza", argumenta la Bruja Verda.

Tarridas lleva también la brujería en el ADN. Limpia de medicinales del Montseny, ella estudió química en la universidad e incluso trabajó durante un tiempo en un prestigioso laboratorio. Pero poco a poco vio el interés que despertaba entre la gente el poco conocimiento que ella había heredado de sus abuelas hasta que acabó haciendo su estilo de vida en Hostalric. Aparte de las plantas, también domina el poder de las velas y los minerales y un gran abanico de rituales.

La iniciación a la brujería, uno de los rituales del atardecer.

De hecho, en Tiurana acabó su intervención con una ceremonia-bautizo de bienvenida en el mundo de la brujería. Las participantes, vestidas con sombreros de bruja, bailaron al ritmo de su música, que celebraba el comienzo de un viaje espiritual y la conexión con la naturaleza.

Plantas con poderes

La lavanda para las picaduras de mosquito y como ungüento para evitar el insomnio; el romero para los dolores musculares y las articulaciones y para fortalecer el cabello, y las rudas, que, pese a su hedor, alejan las malas influencias. Todas estas plantas se pueden encontrar en la era de las Brujas de Tiurana. "Esta zona y el pueblo están en el top catalán de los lugares con mejores vibraciones", asegura la Bruixa Verda. El pantano de Rialb, los antiguos restos del pueblo inundados y unas vistas espléndidas desde la villa reconstruida son algunos de los encantos mágicos que ella esgrime.

Con la magia de Tiurana también está de acuerdo Macarena Herrera del Sol, una chilena afincada en una casa ocupada de una zona boscosa de Gavà. Maestra del tarot y también gran conocedora de las plantas, reivindica a Tiurana como "un pueblo que tuvo que marcharse de su lugar original debido al embalse y que, sin embargo, persiste en cuidar sus tradiciones y en proteger la naturaleza". "Para mí esto es supermágico", explica.

Tiuranatura le invitó a conducir unas sesiones sobre amuletos, bendiciones, magia, esoterismo, cartas e, incluso, escombros. Ella conoce muy bien las plantas y sabe que hay algunas como la salvia, muy común en Tiurana, que "permite la purificación y ayuda en todo lo que rodea a la mujer".

Con un discurso convencidamente feminista, la bruja Herrera reivindica el mundo rural como el único espacio habitable. "La ciudad no es buena para nada, y para hacer magia menos", asegura. La contaminación, la falta de respeto y la normalización de la violencia son algunos de los elementos que le han rehuido el mundo urbano.

"Cada año espero con anhelo volver a Tiurana", dice Herrera, que lleva ya dos visitas al pueblo. "Tiurana lo tiene todo", asegura. Tiene piedras ancestrales, plantas medicinales, agua (mucha agua), una extensa zona forestal y unas personas "respetuosas" con la naturaleza. "Todo esto es lo suficientemente espiritual", concluye Herrera.

Quizá alguien dirá que no cree en las brujas. Pero hay, hay. Al menos, en Tiurana.

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