Sydney Clara: "Tienen ducha con agua caliente en el avión"
Azafata de primera clase
El primer vuelo fue en Kuwait en el 2013, y no sabe decir cuántas horas ha acumulado ya en el aire. Sydney Clara -sí, ese es el nombre compuesto que acordaron su madre inglesa y su padre español- asegura que mantiene unos horarios estrictos para combatir el jet lag: "Me organizo para dormir durante el día cuando sé que vuelvo de noche". Nacida en Benidorm hace 35 años, dice que le gusta vivir en Dubai, donde se encuentra la base de Emirates, la compañía aérea donde trabaja como azafata de primera clase.
Para trabajar en primera clase debes saber que…
— El caviar se sirve con una cuchara especial. Mother of Pearl, lo llamamos.
Madre de perla.
— Tienes que tener claro el protocolo en cubertería, saber cómo se presenta una botella, cómo se cogen los platos. Todo son pequeños detalles.
¿Qué es el lujo?
— Que no les falte nada de lo que quieren. A veces eso significa mucha atención y otras dejarles tranquilos.
¿Qué lujo puedo pedirme?
— Un champán Dom Pérignon.
He hecho búsqueda rápida de un vuelo a Dubai en primera clase. Eran unos 5.000 euros. ¿Lo vale?
— Te puedes estirar, en algunas cabinas puedes cerrarte como si estuvieras en una habitación, hay ducha...
Ducha?
— Tienen 25 minutos de ducha con spa y 5 minutos de agua caliente. Y el suelo tiene un sistema para mantenerse caliente.
¿Y realmente la utilizan?
— Sí, muchos.
¿No le parecen 'pisadas' de ricos?
— No, no me planteo estas cosas cuando estoy trabajando.
¿Quién viaja en primera clase?
— Gente del mundo de los negocios que cuando aterriza debe ir a una reunión y por eso se prepara bien en el avión. A veces hay familias enteras.
Famosos.
— También. No le daré nombres.
¿Consiguen que la comida sea buena?
— Lo preparan chefs reconocidos y tienen siempre varias opciones para elegir.
¿Y pueden comerlo los trabajadores?
— Para la tripulación hay uno distinto. Yo normalmente llevo táper.
Las azafatas van siempre impolutas.
— Tardo 35 minutos en arreglarme, y soy de las rápidas.
¿Qué les piden?
— Lo importante son los labios rojos. La manicura debe estar bien hecha, la ropa limpia y planchada y el pelo recogido.
¿Le gusta?
— Me he acostumbrado a ello.
¿Cuál es su sitio favorito?
— El bar lounge del A380. Tiene forma de círculo, puedes estar de pie tomando algo… No da la sensación de estar en un avión.
¿Por qué se hizo azafata?
— Necesitaba un cambio en mi vida, en ese momento trabajaba de entrenadora de papagayos y...
Disculpe, ¿ha dicho entrenadora de papagayos?
— Sí, estuve unos siete años en Mundomar, el parque de animales de Benidorm. Pero quería vivir cosas nuevas y fui a Londres. Tengo la suerte de que mi madre es inglesa y hablo perfectamente el idioma.
¿Qué se debe saber para ser azafata?
— En la formación inicial, a mí me enseñaron unas nociones básicas de cómo realizar el servicio y cómo actuar en casos de reactivación cardiopulmonar.
¿Y se necesita algo muy diferente en primera clase?
— Para estar en primera clase haces, por ejemplo, formación con simuladores que se mueven, y debes conseguir que no se caiga la comida. Y debes estudiar mucho protocolo.
¿Lo más bonito que ha visto desde el aire?
— Las montañas del Himalaya y los glaciares de la Antártida. Y alguna vez, pasando por Noruega, las auroras boreales.
¿Qué planes tiene mañana?
— Iré a Entebbe, en Uganda, y regresaré el mismo día.
¿Sabe cuántas horas ha pasado en el cielo?
— Prefiero no pensar en ello.