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Barron Trump, de menor sobreprotegido a artífice de la captación del voto 'bro'

En el año en que su padre regresa a la Casa Blanca, el hijo pequeño de Donald Trump ha llegado a la mayoría de edad convertido en un acertado asesor político de su padre

Donald Trump, su esposa Melania y su hijo Barron
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BarcelonaLa vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca se asemeja prácticamente en todo a su debut como presidente de hace siete años. Es evidente que el tiempo en la oposición no le ha servido ni para replantearse nada de su proyecto político ni tampoco para cambiar lo más mínimo su puesta en escena. Lo segundo, precisamente, quedó clarísimo el día en que escenificó su nuevo triunfo en su mansión de Florida con su extensa familia, la cual ubicó estratégicamente a su alrededor como si fueran sus guardaespaldas. Aunque esta postal de la unión familiar era idéntica a la que ya pudimos disfrutar en 2017, un elemento había cambiado sustancialmente: su hijo Barron, el único que ha tenido con Melania. Cuando le conocimos en la primera victoria presidencial de su padre era un niño de sólo 11 años que básicamente cumplía una función decorativa en el conjunto. Ahora, siete años después, ya es mayor de edad y esa criatura se ha convertido en más que un hijo para Trump, ya que también lo utiliza como asesor.

Con 2,06 metros de altura, Barron destacó poderosamente sobre el resto de su familia el día en que Trump salió a celebrar que había vuelto a ganar las elecciones. Pero no sólo llamó la atención por su altura, sino también por la pose de persona discreta y sobria que proyectaba. Días después de ese triunfo de su padre, la revista Time le ponía de nuevo bajo los focos al señalar que el joven, que cumplió los 18 años en marzo, habría jugado un rol clave a la hora de decidir a qué medios alternativos debía acudir el líder republicano para difundir su mensaje político . Según explica el medio en un artículo titulado How Trump won (Cómo ha ganado Trump), el magnate inmobiliario habría contratado a un consultor para proporcionarle una lista de podcasts y canales de YouTube a los que plantearse acudir. Al recibir la lista, Trump habría cedido la decisión final a su hijo, al que le habría demostrado así una gran confianza pese a ser un adolescente. "Llama a Barron, pregúntale qué piensa y me lo haces saber", habría dicho el presidente a su asesor.

Barron decide

La respuesta de Barron fue que apareciera –entre otros– en los podcasts de Theo Von y Adin Ross, dos personalidades de internet con gran repercusión entre los jóvenes de EEUU. Su padre le hizo caso y cuando visitó a Ross en agosto incluso lo mencionó. “Mi hijo me ha hablado de ti, y me dijeron lo grande que eras. Te manda saludos”, dijo al podcaster, adepto del movimiento trumpista. Ésta y otras recomendaciones habrían hecho crecer generosamente la penetración de Trump en el segmento del voto bro, que es como se llaman entre ellos en muchas ocasiones los hombres heterosexuales de las generaciones más jóvenes que tienen derecho a voto. De hecho, la posición de Barron habría sido determinante para Trump no solo para elegir dónde aparecer, sino para dar el paso de los medios tradicionales a los alternativos, lo que al principio generaba dudas en su equipo de campaña. Por último, la voz de Barron y de su amigo influencer Bo Loudon fue clave para hacer que Trump diera el paso para relacionarse con algunas de estas nuevas celebridades estadounidenses.

Con los resultados de las elecciones en la mano, los consejos de Barron se habrían demostrado acertados, ya que muchos jóvenes acudieron a las urnas para apoyar a Trump. Concretamente, según un informe de la cadena pública de EE.UU. PBS, Trump obtuvo de los hombres jóvenes un 58% de los votos, mientras que Kamala Harris se quedó en un limitado 42%. No cuesta imaginar que los más de 80 millones de reproducciones que tuvieron los vídeos de sus apariciones en algunos medios alternativos tuvieron un peso específico. Y eso que con alguno de esos anfitriones digitales, Trump tuvo que hablar incluso de ovnis.

"Save Barron"

Este debut del Barron adult dista mucho de la imagen que mucha gente se había construido sobre él en la anterior estancia de Trump en la Casa Blanca. Las pocas apariciones públicas que había protagonizado le habían mostrado en situaciones en las que se podía palpar el obvio aburrimiento que estaba sufriendo esa criatura en los carregosos y protocolarios actos políticos a los que le tocaba asistir. Tanto fue así, que las siempre ocurrentes redes sociales crearon una etiqueta que decía #savebarron.

Algunos de los vídeos de la etiqueta #savebarron

Pero las bromas con Barron como protagonista duraron poco. Melania Trump, que rara vez entra en conflicto pese a ser blanco de todo tipo de ataques, levantó la voz a través de un comunicado emitido. por su oficina de la Casa Blanca contra los ataques que estaba recibiendo su hijo, al que se ha dedicado en cuerpo y alma desde que abandonó su carrera de modelo. De hecho, su deseo de ser madre era tan grande que decidió quedarse embarazada como un proyecto prácticamente personal, ya que Trump no se presentó en el hospital el día del parte de Barron alegando que sería "más fácil" para su esposa el parto si él no estaba allí. Tampoco se le notó demasiado cariño el día en que en una declaración ante los medios dijo que su hijo tenía 17 años cuando en realidad ya tenía 18 desde hacía meses.

Pero si su padre, que tenía 60 años cuando él nació, le ha mostrado poco cariño, su madre le ha dado todo lo que le faltaba por compensarlo. De hecho, no han sido pocas las veces que se ha calificado a Melania de madre sobreprotectora porque ha hecho tantos esfuerzos como ha sido necesario para evitar que Barron saliera salpicado del barro político por el que se estrujaba su padre. Tanto ha sido así que para Melania la crianza de su hijo ha sido en todo momento un elemento de negociación central en el matrimonio. presentarse a las elecciones en 2016, Melania reclamó renegociar sus capitulaciones matrimoniales poniendo la protección de Barron como centro.

Melania habla de la maternidad en su reciente autobiografía

A estas alturas se nota mucho la mano de Melania en la trayectoria que se va conociendo de Barron, del que se puede equiparar su presencia pública a la de la siempre misteriosa y fría madre. Por ejemplo, fue elegido como delegado por Florida para la convención republicana de mayo y, por último, por boca de su madre se descartó su presencia en el acto "por problemas de agenda". Este hecho es muy relevante porque toda la familia Trump –formada por Barron y sus cuatro hermanos, fruto de los dos matrimonios previos del presidente– siempre se ha caracterizado por su proyección mediática. También huele mucho a Melania el hecho de que Barron sea el único hijo de Trump que no haya estudiado en la Universidad de Pensilvania y haya optado por la New York University, ubicada a tan sólo media hora del ático de la Trump Tower donde se encuentra crió y del que salieron a regañadientes él y su madre cuando Trump ganó las elecciones.

Barron, que fue el primer niño en 60 años que vivió en la Casa Blanca después de John-John Kennedy, parece que en esta ocasión hará poca vida. Ve que con esta excusa, su inseparable madre también tenga que estar menos aún que la última vez. Parece que tanto uno como otra saben que con Donald Trump lo único que deben hacer es cooperar, pero que su vida es otra cosa.

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