Colin Farrell explica cómo la enfermedad de su hijo le ayudó a superar el alcoholismo
El actor bebía tres botellas de whisky, doce botellas de vino y 60 cervezas en una semana
BarcelonaDurante años, Colin Farrell fue uno de los "chicos malos" de Hollywood. Toda esa etapa hace tiempo que quedó atrás y uno de los responsables de la mejora vital del actor es su hijo James, que sufre el síndrome de Angelman, una enfermedad de origen genético que afecta al sistema nervioso y provoca, entre otras muchas cosas, discapacidad intelectual y problemas motrices. Según ha explicado el actor irlandés en una entrevista reciente en Daily Mail, el diagnóstico del chico, que ahora tiene 21 años, fue el "impulso" que necesitaba para dejar definitivamente el alcohol y las drogas.
"James tenía dos años cuando volví a estar sobrio y parte del empuje que utilicé para dejar el alcohol, las drogas y todo aquello fue saber que él tenía problemas mucho más graves de salud", ha explicado el protagonista de la miniserie El Pingüino. James Padraig Farrell es fruto de la relación del actor con la modelo Kim Bordenave. Aunque ya es mayor de edad, la custodia del chico la tienen Farrell y su expareja porque James no puede tener una vida autónoma. El futuro de su hijo es una de las máximas preocupaciones del protagonista deAlmas en pena de Inisherin y, por eso, ha creado una fundación por él y otros chicos en su situación.
"Todos los niños necesitan que sus padres, o uno de sus padres o abuelos, o quien sea, lo cuiden. Una de las cosas que James me enseñó fue encontrar dentro de mí el deseo de vivir, hasta y todo si en un principio se trataba más de que yo pensara que quería seguir con vida para estar cerca de él", ha añadido Farrell a la entrevista.
El actor, que tiene un segundo hijo de 15 años, ha hablado en muchas ocasiones de sus problemas de adicciones, que le han llevado a pasar por varios procesos de desintoxicación. La primera vez que el nominado al Oscar buscó ayuda para dejar de beber fue en el 2005, pero en el 2018 volvió a entrar en rehabilitación. Farrell ha detallado que antes de conseguir dejar el alcohol era capaz de beber tres botellas de whisky, 12 botellas de vino tinto y 60 cervezas en una semana. "Dejar el alcohol es mi legado porque estoy dejando atrás una problemática generacional en mi familia biológica. Será lo mejor que haré en mi vida, si consigo estar sobrio. Muchas generaciones han tenido vidas gobernadas y arruinadas por el alcoholismo y las drogas. Para mí la sobriedad es lo primero. Vanity Fair.