La princesa Mako se casa por lo civil y con discreción

Al formalizar el enlace, la sobrina del emperador Naruhito se desvincula de la familia imperial y renuncia a más de un millón de euros de dote

ARA
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La princesa japonesa Mako y el príncipe Akishino se casan

BarcelonaSin banquete ni grandes celebraciones, la princesa Mako de Japón se ha casado este martes con su prometido, Kei Komuro, y se ha desvinculado así de la familia imperial nipona. La pareja se ha casado en el registro civil a las diez de la mañana, según ha confirmado la Agencia de la Casa Imperial y recoge la agencia Efe. Para formalizar el enlace, la princesa ha elegido un vestido azul pastel, un collar de perlas y un ramo de flores de color rosa pálido. Komuro ha optado por un vestido con americana negra, camisa blanca y corbata. Al poco de la celebración, Mako ha abandonado el domicilio imperial y se ha despedido de la familia. La princesa ha dedicado numerosas reverencias a sus padres, los príncipes herederos Fumihito y Kiko, y se ha abrazado profusamente con la princesa Kako, su hermana pequeña. Este ha sido el gesto más cariñoso visto durante la jornada, que se ha caracterizado por la austeridad y la ausencia de ambiente festivo.

"Para mí, Kei es una persona imprescindible. Casarnos era la única opción que teníamos para vivir siendo fieles", ha dicho la princesa Mako en una rueda de prensa que ha tenido lugar después del casamiento. La pareja ha hecho frente a los periodistas con sobriedad y con sonrisas incómodas. "Quiero a Mako. Quiero pasar mi vida con ella. Hasta ahora hemos estado apoyándonos en los momentos felices y en los que no lo han sido tanto", ha afirmado Kei Komuro en directo ante las cámaras de televisión. El esposo de Mako ha leído un comunicado lleno de elogios y agradecimientos a la gente que los ha apoyado. "Habrá momentos duros, pero, como hasta ahora, uniremos fuerzas y avanzaremos juntos", ha añadido Mako.

El matrimonio de la princesa ha sido sometido al escrutinio público y a la presión mediática, que llegó a poner en entredicho el enlace y afectó la posible celebración. Al casarse con un hombre que no pertenece a la familia imperial, Mako renuncia a la tradicional ayuda económica que otorga el estado nipón a las mujeres de la familia y se desvincula así de la institución. Mako y Kei anunciaron su compromiso matrimonial en 2017, y desde entonces han recibido fuertes críticas desde el sector más conservador de Japón. Mako también anunció que al contraer matrimonio renunciaba a los 150 millones de yenes (1,16 millones de euros) que suelen concederse a las mujeres de la familia imperial que contraen matrimonio y abandonan la institución. De este modo, Mako Komuro –como pasará a denominarse a partir de ahora– se convierte en la primera integrante femenina de familia imperial en saltarse las dos tradiciones en Japón desde la posguerra hasta hoy. 

"Horrorizados" por "las informaciones falsas"

La pareja no ha querido responder este martes a las preguntas de los periodistas. Han justificado la decisión alegando la presión a la cual se han visto sometidos por el rifirrafe monetario. Sí que han contestado por escrito a varias preguntas enviadas previamente por los medios, centradas en la controversia de su enlace. Mako y Kei se han mostrado "horrorizados" y "entristecidos" por "la difusión de historias infundadas y porque se hayan dado por hecho informaciones falsas".

Momento de la rueda de prensa posterior a la alianza matrimonial.

La pareja, ambos de 30 años, tiene previsto trasladar su residencia a Nueva York, donde Kei ha estado estudiando los últimos tres años y se ha presentado al examen que le permitirá ejercer la abogacía en los Estados Unidos. Mientras Mako tramita su primer pasaporte (los miembros de la familia imperial nipona no tienen) y ultiman la mudanza, el matrimonio todavía vivirá un tiempo en Japón. Sobre los planes de Mako en los Estados Unidos aún no ha trascendido nada. La joven ha cursado estudios de Arte y ha trabajado como investigadora en el Museo Universitario de la Universidad de Tokio.

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