La agenda social y climática de Biden, en la cuerda floja
El rechazo del senador demócrata moderado Joe Manchin puede ser el fin del paquete de medidas 'build back better'
Las dos almas del Partido Demócrata norteamericano están más enfrentadas que nunca, después de que el senador de Virgínia Occidental, Joe Manchin, amenace con enterrar la agenda legislativa progresista del presidente Joe Biden. Después de meses de negociaciones, Manchin, del ala conservadora del partido, soltó la bombea el domingo: piensa votar no al paquete de inversiones sociales y climáticas que Biden ya ha recortado a la mitad en el intento de conseguir su voto. Su no se sumará al de los 50 senadores republicanos y ni siquiera el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris podrá hacer nada, porque sin Manchin la propuesta se queda con un 49 a 51 (esto si no se suma también el rechazo de la senadora demócrata de Arizona, Kyrsten Sinema, también reticente). Ahora, los miembros más progresistas del Partido Demócrata reclaman ignorar a Manchin y sacar adelante las reformas por la vía ejecutiva, una fórmula que parece más fruto de un pronto de indignación que de una estrategia realista. Este anochecer del martes, madrugada en Catalunya, está prevista una reunión virtual de senadores demócratas que será virtual pero muy tensa.
"No puedo votar para continuar con esta ley, simplemente no puedo. He intentado todo loque es humanamente posible; no puedo llegar", decía Manchin por sorpresa este domingo, en una entrevista televisiva a la cadena Fox, nada más y nada menos. "Esto es un no; he intentado todo lo que sé", añadía. Hace apenas un mes, el 19 de noviembre, la Cámara de Representantes había conseguido aprobar finalmente este paquete de reformas sociales y medidas para combatir la crisis climática, por un valor de 1,75 billones de dólares, bastante menos de los 3,5 billones que formaban parte de la propuesta inicial de Biden.
Conocida como la ley reconstruyamos mejor (build back better), el paquete incluye varias medidas para ampliar la cobertura sanitaria de los norteamericanos con menos recursos, ayudas para el cuidado de los niños, y también inversiones para impulsar la transformación energética que tiene que reducir al 55% las emisiones de gases de efecto invernadero en el país en los próximos diez años.
"Creo que el senador tendrá que explicar muchas cosas a la gente de Virgínia Occidental para decirles por qué no tiene el coraje de enfrentarse a las farmacéuticas y reducir el coste de las medicinas con prescripción médica, y por qué no está dispuesto a expandir los servicios sanitarios cuando es uno de los estados más pobres del país", advertía el senador de Vermont y líder de la rama más progresista del partido, Bernie Sanders, que apostaba por llevar el proyecto a votación en el Senado igualmente para enfrentar a Manchin con su decisión. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, también se ha mostrado partidario de llevar el paquete a votación a principios de 2022, como estaba previsto.
No está claro, sin embargo, si esta será la salida. La confusión dentro del partido después del inesperado portazo de Manchin es máxima. La portavoz demócrata en la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi, todavía creía el lunes que era posible convencer al senador de Virginia y seguir negociando para encontrar un punto de consenso. Pero los demócratas más a la izquierda ya han dejado claro que no están dispuestos a recortar todavía más la propuesta. La congresista Pramila Jayapal, que lidera el Caucus Congresional Progresista, formado por unos 100 legisladores demócratas, apostaba por sacar adelante las medidas incluidas en la ley a través de órdenes ejecutivas del presidente Biden.
Este grupo ve ahora confirmados los temores que expresaban cuando reclamaban vincular la negociación del BBB a la del paquete de infraestructuras, que sí tenía apoyo bipartidista. Las votaciones, sin embargo, se acabaron separando y el plan de infraestructuras, por 1,2 billones de dólares, se aprobó a principios de noviembre.
Quizás todavía no se resolverá en la reunión de este martes, pero antes de que se retomen las sesiones en el Congreso, que está en receso navideño hasta el 3 de enero, será necesario que el partido de Biden se ponga de acuerdo al menos en cómo quiere afrontar esta nueva crisis interna. Una crisis que pone en peligro muchas de las promesas electorales del presidente demócrata, empezando por las políticas de lucha contra la crisis climática a las que se comprometió ante la comunidad internacional en la COP26 de Glasgow.