¿Y ahora qué? Los partidos negocian una coalición, y Merkel no podrá marcharse tan pronto como quería

No hay un límite de tiempo para llegar a un acuerdo: en 2017 pasaron cinco meses y medio

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La líder  del partido verde Annalena Baerbock, durante la reunión de hoy

Barcelona"Empieza la partida de ajedrez", decía esta noche el semanario Der Spiegel. Los ganadores de las elecciones, los socialdemócratas del SPD, quieren formar gobierno y los grandes derrotados, los conservadores de la CDU/CSU, tampoco renuncian a ello. Este lunes ha arrancado el baile de negociaciones en el que verdes y liberales pueden tener la llave de la gobernabilidad. Hasta que no se pongan de acuerdo, la cancillera Angela Merkel, que ha estado 16 años en el cargo y lo deja por voluntad propia, tendrá que seguir en su lugar, en funciones. Expertos como el profesor de la UPF Klaus-Jürgen Nagel ya advierten de que "seguramente la veremos haciendo el discurso de Fin de Año".

El canciller alemán es escogido por el Bundestag, el Parlamento, una vez se ha formado gobierno. Después de años de gobiernos bipartidos, los escenarios más posibles ahora parecen coaliciones a tres. En el código que usa la prensa germánica (jugando con los colores de cada formación y la bandera que formarían), son los llamados Semáforo (SPD, Verdes y Liberales) y Jamaica (CDU, Verdes y Liberales).

Fase exploratoria

En la mayoría de democracias parlamentarias, el jefe de estado (sea presidente o monarca) nombra al partido encargado de formar gobierno, que suele ser el más votado. Si no consigue suficiente apoyo, el encargo puede pasar al siguiente o a quien esté en mejores condiciones de forjar alianzas. Pero en el caso de Alemania los partidos pueden embarcarse en las llamadas "conversaciones exploratorias". Es una primera fase que no tiene un límite de tiempo y la tradición dicta que el partido más votado invita a los otros a hablar, pero no hay un protocolo claro.

El jefe de lista conservador Armin Laschet lanzó una bomba el domingo, a pesar de haber obtenido los peores resultados de la historia de la CDU, fundada después de la II Guerra Mundial: no renuncia a "hacer todo lo que haga falta" para formar gobierno. Su rival, Olaf Scholz, también dejó claro que "los alemanes quieren que el próximo canciller sea del SPD y se llame Olaf Scholz". Los Verdes, que serán decisivos, han convocado un congreso extraordinario este sábado. Los liberales del FPD, que también pueden tener la llave, han dicho que prefieren la coalición con los conservadores y los Verdes, pero los ecologistas han apostado por los socialdemócratas. El nuevo Parlamento se constituirá el 26 de octubre, un mes después de las elecciones.

Negociaciones formales

Cuando dos o tres partidos se pongan de acuerdo para formar una coalición de gobierno, empezarán las negociaciones formales, que tienen que decidir las grandes líneas políticas y el reparto de carteras. Todo tiene que quedar recogido en un "contrato de coalición", un documento extenso y detallado. Esta segunda fase tampoco tiene un límite de tiempo y hasta que no hay un acuerdo final el gobierno tiene que seguir en funciones. El último precedente es el de 2017: Merkel fue formalmente confirmada para su cuarto mandato el 17 de marzo de 2018, cinco meses y medio después de haber ganado las elecciones. Y eso que el gobierno no cambiaba de color.

¿Y si no hay acuerdo?

La Constitución alemana establece que si los partidos son incapaces de formar una coalición de gobierno viable, el presidente (que tiene un papel meramente institucional) tiene que proponer un candidato, que lógicamente tiene que ser el más votado. Los diputados lo tienen que ratificar en votación secreta y por mayoría absoluta. Si no lo consigue, la votación se repite dos semanas más tarde, y si tampoco la supera se hace una tercera votación en la que basta con mayoría simple. Entonces el presidente decide si inviste a un gobierno en minoría o si convoca nuevas elecciones.

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