El número dos del Opus Dei, acusado de tráfico de mujeres pobres para la explotación laboral en Argentina

BarcelonaEl número dos del Opus Dei, el vicario auxiliar Mariano Fazio, fue acusado formalmente de tráfico de mujeres para elexplotación laboral dentro de su orden religiosa en condiciones de semiesclavitud, una práctica que el Opus habría cometido durante cuatro décadas en Argentina. Lo afirma el escrito de ocho páginas al que ha accedido ElDiario.es, dentro del proceso judicial abierto contra los máximos responsables del Opus en Argentina. el Opus –es decir, el número dos de la orden a escala mundial– y vive en el Vaticano, pide que se le impute junto a cuatro responsables de la orden en el país que ya habían sido acusados ​​La petición la enviaron el 11 de junio al juez federal Daniel Rafecas los fiscales Alejandra Mángano_ incluido en un primer momento en la acusación, que sí imputaba a los tres sacerdotes que habían tenido el mismo cargo que él en años anteriores y posteriores: los exvicarios regionales de Argentina Carlos Nannei (1991-2000), Patricio Olmos (2000-2010) y Víctor Urrestarazu (2014) femenina del Opus en Argentina, Gabriel Dondo. Fazio también había sido vicario regional entre el 2010 y el 2014.

A raíz de la denuncia de hasta 43 víctimas, el proceso judicial investiga un sistema de tráfico de mujeres pobres la residencia de mujeres Lara, en Buenos Aires, las criadas que atendían a los altos cargos de la jerarquía del Opus no recibían ningún sueldo por su trabajo y vivían en condiciones de semireclusión. El sistema ha sido descrito como habitual del Opus Dei en varios estados, incluida España, en la serie documental de la periodista Mònica Terribas El minuto heroico. Mariano Fazio vivió durante muchos años en la sede del Opus Dei en Buenos Aires, donde se encuentra la residencia Lara.

Varias mujeres que trabajaron han denunciado la cúpula del Opus en el país. La mayoría lograron marcharse de la orden –algunas escaparon– antes del 2008, el año que entró en vigor en el país la ley de tráfico. De las 43 víctimas, sólo cuatro casos se enmarcan en esta ley, los únicos posteriores al 2008.

La acusación se centra en el caso de una mujer boliviana que fue captada cuando era menor y que sirvió como criada para el Opus durante 31 años. MIE, sus iniciales, fue llamada a declarar por segunda vez en abril del 2025 ante el juez Rafecas, y fue entonces cuando dijo conocer al "padre Mariano [Fazio]" y que, de hecho, entre 2009 y 2014 tuvo asignada la limpieza de la habitación de Fazio, mientras él era. El escrito de los fiscales destaca "la cantidad de tareas que le eran exigidas, la disponibilidad en todo momento, las jornadas interminables jornadas y el sometimiento psicológico", y señala una frase de la víctima: "Yo iba por la calle pensando que no quería vivir. Pensaba cómo podía ser que la gente sonriera, y entonces me enviaron al psiquiatra". Los psiquiatras de la organización religiosa le suministraron antidepresivos y somníferos.