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Tercera huelga general contra Milei: "No podemos seguir más tiempo así"

El gobierno habla de “casta sindical” mientras trabajadores y movimientos sociales piden un plan de lucha sostenido contra el gobierno ultraliberal

Trenes parados en una estación de Buenos Aires.
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Buenos AiresMiles de trabajadores en Argentina se han adherido a la huelga general de 24 horas convocada por los sindicatos que integran la Confederación General del Trabajo (CGT) este jueves. El transporte ha sido el sector más afectado, con un paro total de trenes, metros, taxis y aviones, mientras que en la ciudad de Buenos Aires han funcionado los autobuses, clave en la movilidad de la capital. Las escuelas públicas han abierto con normalidad, y algunas facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) han mantenido las clases –de forma telemática a causa del paro de transporte–, como ha sido el caso de la Facultad de Derecho. La de Filosofía y Letras –históricamente más combativa– ha suspendido las clases y ha cerrado sus puertas durante todo el jueves. El pequeño comercio y el sector privado por lo general no se han adherido a la medida de fuerza.

Es la tercera huelga en un año y cinco meses del gobierno ultraliberal de Javier Milei, que en 42 años de democracia es el presidente al que más rápido le convocaron una primera huelga general, sólo 45 días después de iniciar la gestión. Mientras el dirigente de la CGT, Héctor Daer, calificó la jornada de huelga de "rotundo éxito", el gobierno de Milei comparaba la dirigencia sindical con "animales salvajes" que "cuando están acorralados, contraatacan para sobrevivir".

Como antesala de la jornada de huelga, miles de personas se concentraron el miércoles en la plaza del Congreso de Buenos Aires, en una manifestación que buscaba mostrar apoyo a los jubilados en su concentración semanal en la que reclaman un aumento de las pensiones, que con el plan de austeridad de Milei han quedado reducidas a subsidio. Ana María, de 72 años, decía al ARA: "No podemos seguir más tiempo así", y exige al gobierno "una ley jubilatoria que nos permita vivir". Ella cobra la pensión mínima con la gratificación que ha implementado el gobierno, por lo que su ingreso mensual es de 314.000 pesos, unos 230 euros. Como tantos otros pensionistas, Ana María se ha visto obligada a seguir trabajando: "Por suerte todavía estoy bien, puedo trabajar, coso en mi casa y así me entra un ingreso extra, pero la situación es insostenible", y llama a la movilización a los trabajadores que hoy están en activo, o sea, los "futuros jubilados" que ".

"El gobierno estafador"

En este sentido, Soledad, de 46 años, operadora telefónica, acompaña la manifestación de los pensionistas cada miércoles: "Es un reclamo más que justo, y es muy necesario que, como trabajadores, les acompañemos". Tiene confianza en la huelga general como medida de fuerza, cree que es "una manera potente de poner la mano en el gobierno" así como "un mensaje a las centrales sindicales para que no dejen pasar todo lo que están dejando pasar". Porque hace meses que varias organizaciones sociales y sindicales reclaman a la CGT no sólo una huelga general, sino un plan de lucha sostenible en el tiempo, "hasta derrocar al gobierno estafador de Milei", dicen.

"Pero sabemos que la CGT ha estado colaborando con el gobierno", dice Soledad, con desconfianza. Los altos cargos sindicales, en Argentina, fueron señalados por gran parte de la opinión pública para negociar a puerta cerrada con la cúpula del gobierno. Juan Carlos, de 73 años, se suma a la crítica: "Los dirigentes de la CGT duermen demasiado cómodos", dice, "y parece que no se dan cuenta de la gravedad de la situación". Les acusa de ser "dubitativos y lentos", y lamenta que "después de la pandemia haya surgido un mundo tan desigual", en contra de lo que él esperaba que iba a ocurrir: "Me equivoqué de aquí a la luna", dice, haciendo que no con la cabeza.

Ariel es trabajador portuario y es afiliado a la CGT. Duda de que la huelga surta efecto en las políticas del gobierno, "porque estos dirigentes son ciegos, sordos y locos", pero no ve otra salida que "luchar en la calle por nuestros derechos, para poder comer hasta el último día del mes". No se cree las cifras macroeconómicas de las que sacan pecho Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo: "Pretenden controlar la inflación con los sueldos de los trabajadores", al tiempo que reconoce que la CGT ha tenido "demasiada paciencia".

La huelga en cifras

Según un estudio del Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la huelga general tendrá un impacto económico de cerca de 208.500 millones de pesos, es decir, unos 173.500 millones de euros. La cifra representa un 6,4% de lo que se habría producido en un solo día de actividad económica, siendo los sectores más afectados la industria manufacturera, la explotación minera y la construcción. El informe explica que el impacto no será mayor en comparación con huelgas anteriores debido a que el servicio de autobuses en la capital ha seguido en funcionamiento y ha permitido la movilidad de los trabajadores dentro de la ciudad, lo que no ha sido así con el conurbano bonaerense, el área metropolitana, de donde entran y salen miles de personas cada día, normalmente en tren, para ir a trabajar a la capital.

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