América Latina

Venezuela vota dividida en las elecciones más inciertas

La migración masiva, la microeconomía nacional y las acusaciones de corrupción en el gobierno movilizan a la oposición antichavista

Elena Blanco hace un bolso con ropa para su hijo Fabian Matheus, diagnosticado de desnutrición, en la habitación donde vive y duerme toda su familia, en el barrio de Santa Rosa de Agua, en Maracaibo, Venezuela.

Caracas“Es como una relación tóxica en la que te han roto el corazón mil veces y todavía das una última oportunidad”. Así es como Gisela ve, desde la distancia, las elecciones presidenciales venezolanas de este domingo. Tiene 32 años y hace ocho que se marchó de su país, Venezuela. Vive en Barcelona, ​​donde trabaja de psicóloga y donde conoció a su compañero, también venezolano, con quien tienen una hija pequeña. En conversación con el ARA, reconoce que migrar es difícil, pero que, en un momento dado, sintió que "no tenía otra opción". Para ella, 25 años de chavismo en su país equivalen a “miseria y destrucción”. Por eso, este domingo estará en Caracas votando en persona: quiere garantizarse la participación en unas elecciones que, para muchos venezolanos, suponen un punto de inflexión y la esperanza de volver a Venezuela: “Quiero criar a mi hija en el mi país”, dice Gisela.

El regreso de la diáspora venezolana es uno de los compromisos del candidato deloposición antichavista, Edmundo González Urrutia, y una de las promesas que despierta más emociones entre los venezolanos que tienen familia y amigos en el extranjero. En los últimos diez años, casi ocho millones de personas han abandonado el país, buscando un futuro mejor o perseguidas por sus ideas políticas. Es el mayor movimiento migratorio que se ha registrado en un país que no ha sufrido una guerra ni una catástrofe natural. “Votaré para que vuelva mi hermano”, dice entre lágrimas Mía, de 18 años, que con su madre ha asistido este jueves al acto del fin de campaña de la oposición, en el barrio de Las Mercedes, el “pequeño Manhattan de Caracas”, como se llama por el auge inversionista que vive la zona. El hermano de Mía tiene 30 años y hace seis que se fue a estudiar a Madrid, donde ha decidido quedarse. “Votaremos por el regreso a la patria de nuestros hijos y nietos”, proclamó González Urrutia en medio de una enorme ovación. Le acompañaba la popular líder del antichavismo, María Corina Machado, inhabilitada por la justicia para concurrir a la presidencia.

En paralelo, en la zona céntrica de la ciudad, se celebraba el cierre de campaña de Nicolás Maduro, actual presidente y candidato a un tercer mandato. En uno de sus habituales discursos largos y cargados de consignas patrióticas y simbólicas, no mencionaba a los venezolanos migrados, pero sí prometía concordia en el país e invitaba por primera vez a un diálogo “de unión nacional” con “todos aquellos que fueron opositores ”. Entre sus fieles, se cuestionan los motivos para irse del país: “Quien se va a vivir fuera también está inoculado por la falsa idea de que en el extranjero se vive mejor”, dice Luis, militante chavista: “Con Chávez y Maduro hemos tenido la mayor prosperidad social y económica de Venezuela, y quien diga que aquí hay una dictadura, le invito a que venga a comprobarlo”. El chavismo goza de un amplio apoyo entre las clases populares, de una base organizada y de una enorme capacidad de movilización social. "Maduro nos representa, es el presidente que viene del pueblo, del barrio, y es el hombre que ha levantado Venezuela a pesar de los bloqueos económicos de las potencias extranjeras", argumenta en el ARA la Magaly, maestra y sindicalista.

La economía nacional es otro de los puntos clave de esta elección: en 2023 el gobierno negoció con Estados Unidos la flexibilización de las sanciones económicas que impone la potencia del norte, y gracias a ello Venezuela ha podido exportar más petróleo e invertir en un sector emergente como el de la hostelería. “En el primer semestre de 2024 observamos un cierto dinamismo económico y un leve crecimiento, pero todavía estamos recuperándonos de la crisis de 2013, en la que Venezuela perdió prácticamente el 75% de su PIB”, explica al ARA el economista Manuel Sutherland. Los tiempos de la escasez material han quedado atrás a raíz de una progresiva "dolarización informal que, desde 2017, ha permitido que el comercio fluya y que los precios tengan estabilidad", dice el analista. Pero sigue habiendo una brecha enorme entre el consumo y el salario real, que ha quedado "destruido" y que ha forzado a la mayoría de la población al pluriempleo, a menudo en la economía informal.

La hoja de ruta económica

En este sentido, ninguno de los dos candidatos ha revelado mucha información sobre cuál sería su hoja de ruta económica, pero lo que sí se sabe es que la conservadora María Corina Machado optaría por una “fórmula liberal clásica”, que fomentaría las privatizaciones, la inversión privada y abriría más la economía. Maduro, por su parte, promete cambios y transformaciones, “lo que resulta extraño porque normalmente los gobiernos que buscan una reelección prometen continuidad”, dice Sutherland: “Ambos prometen cambios, pero nadie especifica exactamente cómo serían estos cambios”.

La incertidumbre de la que ocurrirá el domingo está servida. En las últimas horas, en Caracas no se habla de otra cosa que de las elecciones: la calle está movilizada y las expectativas son enormes para todos, tanto chavistas como antichavistas.

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