China

China apuesta por el crecimiento económico y un rearme ambicioso en medio de las tensiones globales

La Asamblea Nacional Popular refuerza el poder de Xi Jinping

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Vista de la ceremonia de apertura de la segunda sesión del Comité Nacional de la XIV Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC) en el Gran Salón del Pueblo de Pekín

PekínContinuidad y tranquilidad frente a la ralentización económica es el mensaje que ha transmitido el régimen chino a la apertura de la Asamblea Nacional Popular (ANP). El primer ministro, Li Qiang, ha presentado un informe con datos conocidos. El objetivo de crecimiento del PIB se sitúa en torno al 5%, como el año pasado, y el presupuesto militar también repite datos y crecerá un 7,2% anual. El gobierno chino se ha comprometido a impulsar la natalidad, crear empleo y desarrollar servicios para la gente mayor. También ha guiñado un guiño a la inversión extranjera prometiendo apertura y liberalización de sectores. La ligera nevada y el cielo gris han restado color a la cita política más importante del año. Cerca de tres mil representantes se han reunido en el Gran Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen, el centro de poder en China desde tiempo de los emperadores.

Las selfies en las escalinatas de acceso y los círculos en torno a los personajes conocidos de la política china se han visto oscurecidos por el mal tiempo. Sin embargo, la inauguración de la ANP es el único día en el que se puede vivir lo más parecido a una representación política en China. Muchas televisiones locales siguen a sus delegados, que hacen declaraciones más o menos espontáneas a los medios. Son imágenes habituales en Occidente, pero insólitas en el gigante asiático y que nunca protagonizan los altos mandatarios.

Los miembros de minorías adornados con los trajes típicos aportan color al evento, mientras que los militares y los trajes negros unifican la imagen del aforo. Una reunión en la que hay una escasa representación de mujeres en la cúpula del poder. También ha disminuido el número de representantes de las minorías étnicas.

Mensaje de autoconfianza

El mensaje transmitido por Li Qiang es que China sigue siendo ambiciosa y confía en su potencial, pese a la ralentización provocada por la pandemia y los problemas de deuda. Le aseguró que son conscientes del "peligro potencial en el sector inmobiliario, la deuda de los gobiernos locales y las pequeñas y medianas instituciones financieras", pero ha anunciado un aumento del gasto y un presupuesto de 3.649 millones de euros. El objetivo es transformar el modelo de desarrollo y apostar por la modernización industrial y la tecnología.

El crecimiento del PIB se fija en torno al 5% y es similar al de 2023, que oficialmente se consolidó en el 5,2%, cifra que muchos economistas creen inflada. Es una previsión bastante optimista y difícil de alcanzar sin una gran política de estímulos a la que hasta ahora se ha resistido el gobierno. El Fondo Monetario Internacional (FMI) limita el incremento del PIB al 4,6% y algunos analistas incluso lo reducen por debajo del 3%. La inflación también se mantendrá en igual rango, un 3%.

Para intentar seducir la inversión extranjera, le ha prometido abolir las restricciones en los mercados y en el sector servicios a las empresas con capital extranjero. La propuesta es atractiva, pero carece de concreción.

El gobierno también repite el mismo objetivo del año pasado de crear 12 millones de nuevos puestos de trabajo en zonas urbanas y mantener el desempleo en la tasa del 5,5%. Son datos muy cuestionables, porque las estadísticas chinas sólo contabilizan el trabajo y el paro en el entorno urbano y dejan fuera a la masa flotante de población que emigra a la ciudad y que ronda los 200 millones de personas. El paro juvenil está disparado, llega al 19% de la población, y el gobierno ha decidido dejar de publicar este indicador.

La mejora de la economía va ligada a despertar el consumo interno. La pandemia ha provocado que la población sea reacia a gastar por miedo al futuro y de momento los planes de estímulo no han funcionado. El proyecto del gobierno es desarrollar nuevos tipos de consumo relacionados con la salud, el entretenimiento y el turismo. Se han anunciado nuevas medidas para potenciar la natalidad y evitar que China sea uno de los países más caros para criar a un hijo.

El mensaje sobre Taiwán ha sonado más conciliador que otros años: no ha habido una referencia expresa a no renunciar a la fuerza militar para conseguir la reunificación. Eso sí, Pekín defiende el consenso de 1992 de “una sola China” y “se opone decididamente a las actividades separatistas” ya las interferencias extranjeras. El documento también hace un llamamiento a buscar un orden multipolar mundial equitativo y una globalización inclusiva, y defiende una "diplomacia con características chinas".

Refuerzo de Xi

Si algo queda claro en los documentos es que el pensamiento de Xi Jinping está presente en todas las acciones de gobierno. El año pasado, el nombre de Xi Jinping fue citado 30 veces durante el discurso, y este año Li Qiang le ha citado 36 veces.

También se ha introducido una novedad: la suspensión de la rueda de prensa del primer ministro al término de la ANP. Era una tradición con más de tres décadas de historia, y era la única rueda de prensa anual en la que comparecía el primer ministro. Aunque las preguntas estaban pactadas con semanas de antelación, era la única ocasión que tenían los periodistas de estar cerca y escuchar la voz del número dos del régimen.

Ha sido una decisión repentina, ya que se habían negociado preguntas y según el anuncio no es un cambio puntual, sino que se extenderá a otras ediciones.

La supresión provoca rumores sobre la relevancia del cargo y el poder que realmente tiene el actual primer ministro. El pasado año Li Qiang tomó el relevo de manos de Li Keqiang, que actuaba como contrapoder de Xi, ya que pertenecía a la facción de la Liga de las Juventudes Comunistas. Xi Jinping logró purgar el núcleo de poder y rodearse de personas totalmente fieles. La decisión refuerza el control de Xi sobre todos los estamentos de poder. Las reformas burocráticas que ha llevado a cabo en 2023 reducen el papel del Consejo de Estado (gobierno) y ponen al Partido Comunista de China por encima del estado.

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