Asia

¿Se prepara Kim Jong-un para la guerra con Corea del Sur?

El líder de Corea del Norte aumenta la retórica belicista contra Seúl y admite que la reunificación no es posible

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Kim Jong-Un revisando ejercicios militares

PekínKim Jong-un ha intensificado la retórica de guerra en un momento en el que ha hecho más estrecha su colaboración con Rusia. Expertos estadounidenses advierten que la situación en la península coreana es la más peligrosa desde 1950. Hay que ver si estamos sólo ante una nueva provocación verbal del líder norcoreano o si realmente prepara al país para una guerra.

El pasado martes, en un discurso incendiario Kim Jong-un anunció que renunciaba a la reunificación con Corea del Sur y amenazó con la guerra. "No queremos la guerra, pero no tenemos intención de evitarla", dijo. Y ante la dirección del Partido Comunista pidió ampliar el arsenal nuclear. Se comprometió a aumentar las pruebas de misiles balísticos y anunció el lanzamiento de tres nuevos satélites espía en el 2024. Todo un mensaje belicista que dejaba atrás cualquier política de entendimiento con el vecino del sur. Al mismo tiempo hacía saltar por los aires la posibilidad de negociar con Occidente, que le reclama detener su programa nuclear para levantar las duras sanciones a las que le han sometido.

Los datos muestran que en los últimos años Pyongyang se ha rearmado: en 2023 lanzó una cantidad récord de misiles y un satélite espía. Además, sostiene que tiene capacidad para lanzar un misil balístico intercontinental que podría llegar a territorio de Estados Unidos. Incluso la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha certificado que se ha puesto en funcionamiento un segundo reactor nuclear en la central de Yongbyon, con capacidad para producir combustible y armas. Esta semana presionaba con el anuncio que había probado con éxito, por segunda vez, un dron submarino capaz de transportar armas nucleares.

Sin embargo, cuesta entender que realmente el régimen de Pyongyang amenace con la guerra. Un conflicto bélico sería difícil de ganar para Pyongyang, a pesar de la posibilidad de utilizar armas nucleares, que son un gran riesgo para la región. Además, a China, principal aliado y apoyo económico de Corea del Norte, no le interesa una guerra frente a sus costas que implique a Japón y Corea del Sur, países con los que intenta rebajar tensiones.

El informe de EEUU

En Estados Unidos discrepan. Conocidos analistas estadounidenses, en un alarmante artículo ya mencionado, advierten que la situación actual en la península de Corea "es más peligrosa que en cualquier otro momento desde principios de junio de 1950", cuando estalló la Guerra de Corea. El artículo se ha publicado en “38 North”, una página web especializada en análisis sobre Corea del Norte. Lo firman Robert Carlin, exjefe de la División de Asia Nordeste del Departamento de Estado de Estados Unidos, con experiencia en negociaciones entre Washington y Pyongyang, junto a Siegfried Hecker, científico nuclear y académico en el Instituto Middlebury de Estudios Internacionales de Monterrey.

Ambos analistas sostienen que Kim ha abandonado el objetivo de normalizar las relaciones con Estados Unidos, que su régimen mantenía desde 1990 y que él mismo persiguió en las cumbres de Singapur (2018) y de Hanoi (2019).

En el mismo medio, analistas como Thomas Schäfer han rebatido los argumentos del informe. Otros expertos rebajan el dramatismo e interpretan que el líder norcoreano reconoce que no hay posibilidad para avanzar hacia la reunificación.

Contención comunista

La realidad es que en Seúl ahora gobierna el presidente conservador, Yoon Suk Yeol, del Partido del Poder del Pueblo (PPP), que ejerce una política mucho más activa de contención del régimen comunista de Pyongyang que la liderada por el progresista Partido Democrático del anterior presidente Lee Myung-bak.

Donald Trump y Kim Jong-un, en la cumbre de 2018.

Las posibilidades de reanudar los contactos con el sur o la colaboración económica son nulas. Tras el discurso de Kim Jong-un, el actual presidente no dudó en aceptar el reto y contestar, con el mismo tono belicista, que tomaría represalias. Las amenazas del norte podrían influir en las elecciones legislativas que Corea del Sur celebrará en abril. También hay que tener presente que Estados Unidos vive año de elecciones y en Corea del Norte le interesa presionar, ya que se ha sentido más cómoda con un presidente como Donald Trump, mucho más voluble que Joe Biden.

No se puede negar la realidad de que la situación internacional ha cambiado y puede favorecer los intereses de Kim Jong-un. Ahora Estados Unidos está presionado por la invasión de Ucrania y la guerra en Gaza. Un tercer frente sería difícil de asumir para Washington.

Por otra parte, Pyongyang se ha aproximado más aún a Moscú y apoya la invasión de Ucrania con la venta de armas. Precisamente este factor dificulta que el país pueda hacer frente al desgaste de un conflicto. El líder norcoreano querría establecer una alianza entre Rusia, China y Corea del Norte que exija un nuevo orden mundial. Un riesgo aún más real es que la escalada de amenazas verbales y el ruido de sables provoquen un error técnico o un malentendido que desencadene un conflicto.

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