China

Xi Jinping pide convertir el ejército chino en una Gran Muralla de acero

El nuevo primer ministro, Li Qiang, defiende un "desarrollo de alta calidad"

El presidente chino, Xi Jinping, aplaude durante la sesión de clausura de la Asamblea Popular Nacional

Pekín"Seguridad" ha sido una de las palabras más repetidas en el breve discurso con el que el presidente Xi Jinping ha cerrado la Asamblea Popular Nacional (APN). La seguridad será un imperativo para el desarrollo de China: el concepto no solo se aplica a la defensa del país, sino también a todos los ámbitos de la gobernanza social, desde el crecimiento seguro hasta la seguridad alimentaria y financiera.

Xi Jinping incluso ha llegado a hablar de desarrollar un marco de “seguridad nacional holístico” y ha insistido en que China necesita seguridad para desarrollarse. Por eso, cree, tiene que modernizar su ejército hasta convertirlo en una "Gran Muralla de acero".

El otro gran objetivo es un “desarrollo de calidad” y para conseguirlo se impulsarán mejoras en ciencia y tecnología. Durante su intervención, Xi Jinping se ha comprometido a convertir China en una gran potencia respetada internacionalmente. Y ha vuelto a destacar el conflicto con Taiwán: ha lanzado un guante asegurando que buscará activamente una solución pacífica al conflicto, pero ha insistido en que China nunca renunciará a la reunificación ni tolerará injerencias extranjeras.

La reunión de la sesión plenaria del Parlamento (APN) ha sido especialmente importante este año porque ha marcado grandes cambios. Primero, porque Xi Jinping accede a un tercer mandato histórico, rompiendo la tradición de no superar los diez años de gobierno, y se convierte así en el hombre más poderoso de China desde Mao. Y, segundo, porque se ha aprobado una gran reestructuración de los órganos del partido y del estado.

Xi Jinping ha consumado las reformas para acaparar el control del país. Representa el final de la época de “reforma y apertura” iniciada por Deng Xiaoping, que separaba partido y estado para impulsar la economía sin los vínculos de la ideología. La nueva era de Xi Jinping está marcada por el control del Partido Comunista sobre todos los ámbitos.

Momento difícil para la economía

El nuevo primer ministro Li Qiang, en su primera comparecencia en los medios, ha insistido en confirmar una gran parte del discurso de Xi Jinping. De hecho, en la primera respuesta se ha esforzado en repetir el nombre del presidente y la importancia de sus pensamientos. Aún así, no ha dudado a la hora de reconocer que no será fácil lograr un crecimiento del PIB alrededor del 5%. Los problemas internos, sumados a la difícil coyuntura internacional, no ayudan y por eso China impulsará políticas de estímulo. Ha admitido, en un intento de parecer próximo, que a la mayoría de la población no le interesa el PIB, sino los problemas cotidianos como la vivienda, la ocupación, la reducción de ingresos y los servicios médicos.

Ha insistido en el objetivo de lograr un “desarrollo de alta calidad” que se centre más en mejorar la vida de la población y ha lanzado un guiño al sector privado calificando de “inadecuados” los comentarios sobre la falta de apoyo del gobierno. Ha asegurado que China protegerá el sector privado y creará nuevas oportunidades para la inversión. Incluso ha sido insistente a la hora de asegurar que el desacoplamiento con los Estados Unidos no interesa a nadie y que los dos países tienen que cooperar.

Cuando le han preguntado por el covid-19, el que fue responsable del largo confinamiento de Shangái ha defendido que la estrategia para combatir la pandemia estaba bien concebida y dio tiempo al país para desarrollar vacunas y medicamentos. Ahora bien, en ningún momento ha utilizado la expresión "covid cero", la polémica política de confinamientos que generó protestas inéditas en el país. De hecho, el término se ha evitado durante toda la asamblea.

Preguntas pactadas

En su debut ante la prensa, Li Qiang ha sido vehemente y enérgico en las respuestas, marcando distancias con el tono moderado y asertivo de su predecesor, Li Keqiang. Hay que tener en cuenta que las preguntas de los periodistas a los que se les permite interpelar al primer ministro son pactadas: el ministerio de Exteriores invita a los medios extranjeros que le interesa a enviarle, semanas antes, las preguntas, e incluso intenta negociarlas.

Se espera que la buena relación y confianza que hay entre Xi Jinping y Li Qiang permita más margen de maniobra que a su antecesor y tenga más libertad para diseñar los planes de estímulo económico.

Se han realizado numerosas propuestas para ser debatidas durante el año. Entre estas hay reducir el número de horas de estudio de inglés en las escuelas –una propuesta que no dice mucho del deseo de abrirse al mundo– o que las mujeres solteras puedan congelar sus óvulos, una opción hasta ahora prohibida.

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