Australia defiende la alianza con los EE.UU. y el Reino Unido

Scott Morrison asegura que avisó a Francia sobre la posibilidad de cancelar el contrato de los submarinos

El primer ministro de Australia, Scott Morrison
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BarcelonaCrece la crisis diplomática entre Francia y Australia y –sobre todo– los Estados Unidos. El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha salido a defender este domingo la alianza anunciada el miércoles entre su país, los EE.UU. y el Reino Unido, que ha causado la ira de París, puesto que el acuerdo ha supuesto la suspensión de un contrato multimillonario para la venta de submarinos que los franceses tenían pactado con los australianos.

Morrison ha asegurado en una comparecencia ante la prensa que había dejado claro ante el país europeo que tomarían una decisión basada en su "interés nacional estratégico". Según Australia, Francia sabía desde el mes de junio que el gobierno de Morrison tenía "serias y graves preocupaciones" sobre si los submarinos convencionales franceses podían "satisfacer" sus "intereses estratégicos". "Dejamos muy claro que tomaríamos una decisión teniendo en cuenta estas preocupaciones", ha añadido el mandatario. "Evidentmente que es una cuestión de gran desilusión para el gobierno francés, así que entiendo su decepción. [...] Pero Austràlia, como cualquier nación soberana, tiene que tomar decisiones que respondan a nuestros intereses de defensa nacional", ha continuado.

El primer ministro también ha rehusado las acusaciones de París, que había dicho que tanto Washington como Canberra habían mentido y que en ningún caso habían informado al gobierno de Macron sobre sus intenciones.

Las palabras del mandatario australiano parece que ni mucho menos han calmado los ánimos en territorio francés. París se considera traicionada por sus aliados: tanto por los australianos, con los que tenían el pacto, como por los norteamericanos, impulsores de la alianza que permitirá a Australia desarrollar, con ayuda norteamericana, submarinos de propulsión nuclear para patrullar la zona. Y no solo por el impacto económico –se calcula que la venta de los 12 submarinos acordados tenía un valor de 56.000 millones de euros–, también por una cuestión de orgullo: aliados históricos del Elíseo se conjuran y pasan por encima de los intereses franceses, que, además, salen ninguneados desde un punto de vista geopolítico. Después de, el viernes, llamar a consultas a sus embajadores de los EE.UU. y Australia, desde el Elíseo han apuntado que Macron llamará "en los próximos días" a Joe Biden para hablar.

La nueva alianza entre los EE.UU., Australia y el Reino Unido fue anunciada la noche del miércoles desde la Casa Blanca. El objetivo es defender los intereses de los tres países en los mares del Pacífico y el Índico y, sobre todo, frenar la expansión de China en esta región. Pero lo que tenía que ser una conjura contra el expansionismo de Pekín ha acabado generando la peor crisis diplomática entre Francia y los Estados Unidos de la historia reciente.

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