Las bandas de Haití amenazan con dar un golpe de estado tras liberar a miles de reclusos
El asalto este fin de semana a dos cárceles de la capital ha forzado el desplazamiento de 15.000 personas
BarcelonaEl gobierno de Haití, inmerso en una crisis de seguridad, ha decretado el estado de emergencia tras una nueva ola de violencia en Puerto Príncipe, la capital del país. La decisión llega después de que Jimmy Cherizier, líder de una de las bandas criminales más activas del país caribeño, liberara a miles de reclusos en un asalto a dos prisiones. La oficina del primer ministro, Ariel Henry, ha dicho que el estado de emergencia, que incluye un toque de queda durante tres días, tiene como objetivo "restablecer el orden" y "tomar las medidas oportunas para recuperar el control" de la situación".
Cherizier, que es expolicía y se hace decir Barbecue, ha afirmado que el objetivo de los asaltos a los centros penitenciarios –que según Efe causaron una quincena de muertos– era capturar al jefe de la policía haitiana y derrocar así al primer ministro del país. La policía haitiana ha dicho que utilizará "todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a todos los infractores". Los enfrentamientos entre policía, bandas criminales y presos huidos en el área metropolitana de la capital han forzado a 15.000 personas a huir de la ciudad, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Aunque el Colectivo de Abogados por la Defensa de los Derechos Humanos apuntan a que el 97% de los presos se han escapado tras el asalto, unos 3.597 detenidos, algunos reclusos han decidido quedarse en las suyas celdas por miedo a morir en un intercambio de fuego. Entre los presos que decidieron quedarse los diecisiete soldados colombianos detenidos por el asesinato en el 2021 de Jovenel Moïse, que era presidente del país. Los presuntos magnicidas han sido ya trasladados a "otras instalaciones", según fuentes oficiales.
En el momento del asalto, Henry, que además de primer ministro es presidente interino desde el asesinato de Moïse, estaba en Kenia pidiendo al país africano que enviara refuerzos policiales a Haití para ayudar a revertir una situación de violencia que hace tiempo que dura y que, según la ONU, causó la muerte de 800 civiles sólo el pasado enero. Henry había prometido que dejaría sus cargos a principios de febrero y convocaría elecciones, pero aplazó la decisión alegando que antes de los comicios debía restablecerse la seguridad en el país.