Biden dice que se tendría que expulsar a Rusia del G-20
El presidente de EE.UU. promete una respuesta "proporcional" a un hipotético ataque químico ruso en Ucrania
WashingtonUno de los objetivos de la cruzada de Estados Unidos y sus aliados para castigar a Rusia por la invasión de Ucrania es convertir al presidente ruso, Vladimir Putin, en un paria, aislarle de la comunidad internacional. La unidad occidental en este sentido ya se ha hecho notar con pasos concretos en Naciones Unidas, con un par de resoluciones condenatorias aprobadas en la Asamblea General –la última, este mismo jueves– que, aunque no tienen carácter vinculante, pintan un escenario desértico en las alianzas rusas. El presidente Joe Biden, este jueves, ha propuesto oficialmente otra: expulsar a Rusia del G-20.
Este ha sido un tema que el propio Biden ha puesto sobre la mesa, en una de las cumbres en las que ha participado en una jornada maratoniana de reuniones con líderes mundiales y aliados centradas en la situación en el territorio ucraniano. "He planteado la posibilidad de que se pueda hacer", confesó el mandatario estadounidense, consciente, sin embargo, de que a pesar del apoyo que pueda tener entre los aliados europeos, es probable que el país anfitrión de la reunión de este año (Indonesia) u otros miembros del grupo se opongan. En este caso, la propuesta estadounidense es que Ucrania esté presente.
No sería una acción que se pudiera tomar de forma unilateral, y necesita el apoyo de otros miembros del grupo de principales potencias mundiales. Y aquí se encuentra con la oposición de China, que en su equidistancia sesgada en favor de Moscú seguramente se opondría a la expulsión de su aliado.
Pekín es uno de los actores en la situación en Ucrania que ha cobrado mayor importancia en los últimos días. EE.UU. está convencido de que puede utilizar su influencia con Rusia para detener la guerra y hacer recapacitar a Putin, y Biden insiste en las consecuencias que podría tener para Pekín que decida ir del bracete ruso.
Es por ello que desde la sede de la OTAN, al igual que lo hizo el pasado viernes por teléfono, ha advertido al presidente chino, Xi Jinping, de las implicaciones negativas que podría tener que diera apoyo de cualquier tipo a Moscú. "China entiende que su futuro está mucho más ligado a Occidente que a Rusia", ha dicho Biden, quien ha advertido de que si da la espalda a EE.UU. y los aliados, comportará un "peligro significativo".
La amenaza de las armas químicas
Si de algo no tiene ninguna duda Joe Biden es que, si las amenazas rusas de utilizar armas químicas al final se hacen efectivas –una acción "inaceptable"–, habrá una respuesta "proporcional". "La naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del uso", indicó, enigmático, sobre qué límite se puede marcar y hasta dónde está dispuesto a actuar como represalia. La decisión se tomará cuando llegue "el momento", siendo uno de los temas centrales de las cumbres con la OTAN.
La presencia de Biden en Bruselas, un hito único en un momento de contexto histórico que desde EE.UU. se ve capital, ha llevado al anuncio de nuevas medidas punitivas contra Rusia y de apoyo a Ucrania. Por un lado, el gobierno estadounidense ha presentado un nuevo paquete de sanciones por insistir en el ahogo económico y evitar la financiación de la guerra: entran en la lista negra 328 congresistas de la Duma, el consejero delegado del principal banco ruso y empresas del sector del equipamiento militar; y el departamento del Tesoro prohíbe cualquier transacción que involucre a las reservas de oro del banco central ruso.
Unas sanciones que se acumulan en las que desde hace un mes se van imponiendo regularmente, y que Biden ha reconocido que "nunca disuaden". "Es el mantenimiento de las sanciones, el incremento del daño, [...] sostenerlas no solo el próximo mes, sino también el siguiente, durante el año. Esto es lo que hará detener [a Putin]", ha explicado.
En realidad, las medidas de castigo económico son, para Biden, una forma de demostrar lo que precisamente ha ido a hacer a Bruselas: emitir una imagen de unidad irrompible con sus aliados contra Rusia, y establecer mecanismos y confianza que hay que seguir en ese camino y, así, presionar para que Rusia cambie el rumbo. "Lo importante es que nos mantengamos unidos", ha reiterado, convencido de que la clave para tener éxito es demostrar a Putin que está equivocado si cree que la unidad de Europa se resquebrajará en las próximas semanas o meses. Sobre el tema de las sanciones, Biden ha anunciado que se está trabajando en la creación de un sistema para detectar a escala mundial quien viola o evade los castigos impuestos, y hacer que paguen sus consecuencias.
100.000 refugiados
En el otro punto, el apoyo a Ucrania, Biden ha anunciado nuevos compromisos de su país: un paquete de ayuda humanitaria por valor de mil millones de dólares, y el compromiso de recibir hasta 100.000 refugiados ucranianos.
Además, Biden reconoció que, de mantenerse la guerra, la escasez de productos "será real", especialmente en Europa, consecuencia del "precio" que hay que pagar por las sanciones a Rusia. Según dijo, el G-7 habló de las opciones para eliminar restricciones comerciales para garantizar el suministro, especialmente de productos como el trigo.