Estados Unidos

Biden retirará las tropas de la Afganistán progresivamente hasta el 11 de septiembre

Lo hará meses después de lo anunciado por Trump y de forma coordinada con la OTAN

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Biden, durante su discurso en Atlanta, davan de Kamala Harris.

WashingtonEstados Unidos ha puesto ya fecha final a la guerra más larga de su historia, y tiene un alto valor simbólico. Para el día 11 de septiembre el ejército estadounidense deberá haber retirado de Afganistán todos los efectivos que todavía continúan sobre el terreno. Ese día se conmemorará el vigésimo aniversario de los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, tras los que Washington inició la denominada “guerra contra el terror”, que incluyó el inicio de la invasión de Afganistán menos de un mes después de los atentados.

Está previsto que Joe Biden anuncie en breve de forma oficial la decisión. El presidente elige así el simbolismo del aniversario de los ataques con los que su país justificó la ofensiva. El argumento fue entonces desmantelar las bases de al-Qaeda en territorio afgano mediante la retirada del poder a los talibanes, que controlaban en aquel momento la mayoría del país. Veinte años después, y tras sumar al menos cien mil muertos civiles afganos y más de 2.000 soldados estadounidenses, y con el país devastado tras sucesivas guerras, Washington pone fecha de salida de un país en el que los insurgentes siguen controlando gran parte del territorio y con las conversaciones en Doha entre el Gobierno de Kabul y los talibanes en punto muerto.  

El anuncio de la Casa Blanca es una enmienda al efectuado por la anterior administración, que a comienzos de 2020 anunció un acuerdo con los talibanes por el que Estados Unidos retiraría a todos sus soldados sobre el terreno para el 1 de mayo si se iniciaban conversaciones de paz en el país y cesaban los ataques. Las primeras están estancadas y los segundos no se han detenido.

Más de 3.000 soldados

Oficialmente quedan 2.500 uniformados norteamericanos en el país, aunque se estima que el número real es superior a 3.000, a los que hay que sumar unos 7.000 efectivos más de la coalición, la mayoría integrantes de la OTAN. El pasado viernes un portavoz talibán anunció que el incumplimiento de lo pactado con la administración Trump implicaría “la continuación de la yihad y de la lucha armada contra las fuerzas extranjeras”. En una llamada con periodistas, un alto cargo de la administración estadounidense afirmó ayer que los talibanes están bajo aviso. “Cualquier ataque contra las tropas de Estados Unidos mientras llevamos a cabo una retirada segura y ordenada se encontrará con una respuesta contundente”, aseguró este cargo bajo condición de anonimato.

En la misma llamada se explicó que Washington comenzará a retirar a los primeros soldados “antes del 1 de mayo”, una salida que tambíen implicará, según apuntó esta misma fuente, la del resto de socios de la coalición. La Casa Blanca considera que si el objetivo era evitar que Afganistán se conviertiera en “un refugio seguro desde el que atacar a Estados Unidos”, este se consiguió “hace años”. La administración Biden cree que cualquier amenaza contra la seguridad de Estados Unidos desde Afganistán “se puede afrontar sin una huella militar persistente en el país y sin seguir en guerra con los talibanes”. El mismo alto cargo subrayó la inutilidad de la presencia militar para resolver el que describió como “conflicto interno” entre el Gobierno de Kabul y los talibanes. 

Coordinación con la OTAN

La retirada no implica, sin embargo, que Washington se desentienda del curso de las negociaciones entre ambas partes, simplemente que “no lo haremos con nuestras tropas como fichas de negociación en ese proceso”. La administración Biden asegura que sus socios de la OTAN están al tanto de los planes de Washington y que la salida será coordinada. De hecho, tanto el secretario de Estado, Anthony Blinken, como el secretario de Defensa, Lloyd Austin, se encuentran en Bruselas.

Sobre el terreno solo quedará el personal militar necesario para proteger las delegaciones diplomáticas de Estados Unidos. De esta forma, Joe Biden buscará cerrar una presencia en Afganistán que se incrementó durante la presidencia de Barack Obama. Entonces como vicepresidente, Biden defendió sin éxito la opción de mantener sobre el terreno solo a un pequeño grupo de contraterrorismo.

La orden de Joe Biden se produce a pesar de los avisos de la comunidad de Inteligencia que ha advertido repetidamente que una salida antes de que Kabul y los talibanes lleguen a un acuerdo de paz podría significar la toma del poder por parte de los segundos y el posible fortalecimiento de al-Qaeda, aunque otros funcionarios estadounidenses consideran que es improbable que el grupo terrorista busque establecerse en Afganistán.

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