Golpe de estado

Represión indiscriminada en Birmania en la jornada más sangrienta desde el golpe

Al menos 91 muertos, entre los que hay varios niños, después de que el ejército amenazara de disparar "a la cabeza y por la espalda" en el Día de las Fuerzas Armadas

ARA
3 min
Una familia llora la muerte de un chico en la represión de las protestas de hoy en Rangún.

BarcelonaLa policía y el ejército birmanos han matado al menos a 91 personas, incluido un niño de 5 años, en la que puede ser la jornada de represión más sangrienta desde el golpe de estado del 1 de febrero. Los manifestantes han salido a las calles de una cuarentena de ciudades desafiando la amenaza de los militares de que los dispararían "a la cabeza y por la espalda", coincidiendo con el Día de las Fuerzas Armadas. El número total de civiles muertos en las protestas contra la junta militar puede elevarse ya a los 400, según la prensa local.

Entre las víctimas mortales habría un niño de cinco años y una niña de 13, así como un joven de 21, identificado como Chit Bo Nyein, capitán del equipo de fútbol del Hantharwady United, que recibió un disparo de las fuerzas de seguridad cuando ayudaba en la teteria de su familia en la localidad de Insein, en Rangún, según han informado un testigo a DPA. Un niño de un año habría sido herido en el ojo con una bala de goma.

En un vídeo captado por una una cámara de seguridad y difundido en las redes sociales se puede ver cómo unos soldados disparan sin ningún motivo contra los ocupantes de una moto, en un lugar donde no había protestas, y se llevan a un hombre herido, mientras que dos más consiguen huir. En otro vídeo se ve a un hombre abrazado a un chico herido gritando desconsolado dentro de un coche que han matado a su hijo.

Además, la embajada de los Estados Unidos ha confirmado en las últimas horas un ataque de disparos contra el Centro Americano de Rangún, a pesar de que hoy por hoy no se han identificado los responsables. El ataque no ha causado víctimas mortales.

Desfile militar con apoyo internacional

Después de presidir un desfile militar en la capital, Nay Pyi Taw, para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas, el general Min Aung Hlaing, jefe de la junta militar golpista, ha vuelto a prometer que convocarán elecciones, pero no ha fijado la fecha. "El ejército quiere darse la mano con el conjunto de la nación para preservar la democracia", ha dicho en un discurso televisado. Rusia, China, India, Pakistán, Bangladesh, Vietnam, Laos y Tailandia han enviado representantes al desfile.

Viernes la televisión estatal, controlada también por los golpistas, había advertido a la gente que no participara en las protestas convocadas: "Tendríais que aprender de la tragedia de las muertes feas que ya se han producido y saber que os exponéis a que os disparen a la cabeza o por la espalda".

Los militares querían evitar las protestas, que no se han parado en todo el país desde el 1 de febrero, para conmemorar el Día de las Fuerzas Armadas en recuerdo de la resistencia a la ocupación japonesa de 1945, que precisamente fue dirigida por el padre de Aung San Suu Kyi, la dirigente pro democracia que fue depuesta por el golpe y ahora está detenida en un lugar desconocido –como la mayoría de sus compañeros de la Liga Nacional por la Democracia, y sometida a un juicio por corrupción y fraude electoral orquestado por los militares–. Aung San, considerado el padre de la nación y fundador del ejército, fue asesinado en 1947.

Viernes la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos cifró en 328 los manifestantes asesinados en las protestas, una cuarta parte de un disparo a la cabeza. También hay unos 3.000 detenidos.

"Este 76 aniversario del Día de las Fuerzas Armadas de Birmania quedará grabado como el día del terror y el deshonor. La matanza de civiles desarmados, incluidos niños, es indefendible", ha dicho en un comunicado la delegación de la UE en el país, que reclama el final de la violencia y la restauración de la democracia. La embajada británica ha acusado a los militares de practicar ejecuciones extrajudiciales, y los Estados Unidos también han denunciado los asesinatos de civiles en manos de policías y soldados.

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