Guerra en Ucrania

Blinken y Lavrov conversan frente a frente por primera vez desde el inicio de la invasión de Ucrania

El norteamericano pide al ruso que reconsidere la suspensión del New Start en una reunión de diez minutos en el marco de la cumbre del G-20

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El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en un descanso de la cumbre del G-20 en la India.

BarcelonaEl secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, han mantenido una breve conversación de 10 minutos este jueves en Nueva Delhi, en el marco de la cumbre de ministros del G-20. Desde el Kremlin se ha querido dejar claro que "no ha sido una reunión ni una negociación", sino una simple conversación frente a frente que se ha hecho a petición norteamericana. Solo un día antes, Blinken decía que no tenía ninguna intención de reunirse bilateralmente con Lavrov. El breve contacto es, de hecho, el primer encuentro frente a frente de los representantes diplomáticos de Rusia y Estados Unidos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Hasta ahora, solo habían hablado por teléfono, al menos una vez.

Fuentes norteamericanas han explicado a Reuters que Blinken había aprovechado el encuentro para pedir a su homólogo ruso que reconsidere la decisión de suspender el tratado nuclear New Start, que limita las cabezas nucleares de las dos potencias. También ha reiterado a Lavrov que el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a apoyar a Ucrania contra la invasión tanto tiempo como haga falta.

El breve encuentro de los dos políticos ha disipado ligeramente la tensión que amenazaba con hacer descarrilar la reunión del G-20, que estos días reúne en la India a los ministros de Exteriores de las principales economías mundiales. La cumbre ha acabado sin comunicado conjunto, a pesar de que había acuerdo en "un 95% de los puntos del texto" que se debatía, según el ministro indio, Subrahmanyam Jaishankar. El desacuerdo de China y Rusia con los dos párrafos finales que condenaban la invasión de Ucrania ha bloqueado el acuerdo. Un mal presagio para la cumbre de jefes de estado y de gobierno del G-20 que tendrá lugar a finales de año también en la India, que ocupa la presidencia del organismo.

Consciente de esto, el anfitrión del encuentro, el primer ministro indio, el populista Narendra Modi, ha querido hacer un llamamiento a los reunidos para que se esfuercen en "encontrar terreno común" que permita avanzar en cuestiones tan importantes como la crisis climática, la seguridad alimentaria o el terrorismo. "Os encontráis en un tiempo de profundas divisiones globales", les ha dicho, "no tendríamos que permitir que cuestiones que no podemos resolver juntos obstaculicen las que sí que podemos", ha dicho, sin mencionar explícitamente la guerra de Ucrania.

La posición de la India respecto del conflicto armado ha sido tan ambigua como la de China, sin condenar explícitamente la invasión rusa y absteniéndose en todas las resoluciones de la Asamblea General de la ONU que han querido señalar el aislamiento político de Rusia. Una equidistancia que comparten muchos países del Sur Global, a quien Modi decía representar en su discurso. Seguridad alimentaria, cooperación en el desarrollo, terrorismo y asistencia humanitaria son las prioridades para la reunión de este año, que en el inicio de la reunión de ministros de Exteriores estaban quedando eclipsadas por la retórica sobre la guerra.

Retórica de la división

"Por desgracia, esta reunión ha sido arruinada por la guerra injustificada y no provocada de Rusia contra Ucrania", ha dicho el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ante sus homólogos este jueves. También ha reclamado al Kremlin "que acabe su guerra de agresión y se retire de Ucrania por el bien de la paz internacional y de la estabilidad económica". En la misma línea, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha reclamado también a Moscú que vuelva a implementar el New Start, que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, suspendió la semana pasada.

"Desafortunadamente, uno de los miembros del G-20 no deja que los otros 19 miembros concentren sus esfuerzos en los temas para los cuales se creó el G-20", ha dicho también Baerbock, dirigiéndose al ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que también estaba presente. Mientras esto pasaba en Nueva Delhi, desde Berlín, el canciller alemán Olaf Scholz lanzaba también un mensaje claro a China para reclamarle que no envíe armamento a Rusia. Desde la Casa Blanca y otros gobiernos occidentales hace días que se apunta la posibilidad de que China se implique directamente en el conflicto enviando ayuda militar a su aliado ruso.

Aún así, Pekín aseguraba este jueves desde la cumbre del G-20 que pretende jugar "un papel constructivo" en el conflicto de Ucrania y que quiere actuar más bien como mediador, a través del plan de paz que presentó el gobierno chino el pasado viernes. "Nadie tendría que participar en la confrontación de bloques", decía el ministro de Exteriores chino, Qin Gang.

Por su parte, también poco antes de su conversación privada con Blinken, el ministro de Exteriores ruso ha criticado la actitud de los gobiernos occidentales en la cumbre como una "farsa" que pretendía "desviar las responsabilidades de sus fracasos económicos hacia la Federación Rusa".

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