Masificación turística

Cita previa para visitar Venecia a partir de este verano

El ayuntamiento pone en marcha un sistema de control de los flujos y cobrará entrada a partir del año que viene si no se pernocta en la ciudad

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Imagen de archivo de turistas en Venecia

RomaVenecia se convierte en un auténtico museo al aire libre, con control de entrada. Después de que la pandemia de covid-19 vaciara la ciudad durante más de dos años, los turistas han vuelto en masa a la ciudad de los canales: los vaporetti circulan ya al máximo de su capacidad, mientras los restaurantes despachan cicchetti sin tregua. Es por eso que, para evitar los errores del pasado y tratar de proteger un patrimonio tan único como frágil, la ciudad se prepara para inaugurar un sistema que permita controlar el flujo de personas que entran cada día. A partir de este verano, los turistas que quieran ingresar en Venecia deberán reservar por adelantado su visita. La entrada será gratuita hasta el 2023, pero a partir de esa fecha está previsto que para poder acceder los turistas tengan que comprar un billete, que rondará entre tres y 10 euros, en función de la época del año.

A los visitantes se les exigirá haber reservado una estancia en una de las muchas instalaciones de la ciudad o haberse registrado en una plataforma online, en el caso de que no pernocten. El objetivo de las autoridades locales es poner un techo al número máximo de visitantes para evitar la masificación. “Venecia está bajo presión y para entrar será necesario hacer una reserva” como se hace con los museos o los restaurantes, defendió el presidente de la región del Véneto, Luca Zaia. La obligación de reservar la visita será introducida de manera experimental a partir de julio y durante los próximos seis meses. A partir del 2023 el billete de entrada dará derecho a descuentos en museos y otras actividades, y estarán exentos los visitantes que pernocten al menos una noche en la ciudad.

Con esta medida, las autoridades locales esperan limitar la entrada de turistas hasta los 40.000 o 50.000 al día; es decir, entre 14,5 y 28 millones al año, ante los más de 30 millones que visitaban Venecia cada año antes de la pandemia.

La prohibición el año pasado del paso de cruceros de grandes dimensiones frente a la Plaza de San Marcos para proteger la laguna ha permitido reducir significativamente la llegada masiva de turistas. Sin embargo, en Semana Santa las autoridades locales contabilizaron la presencia de más de 100.000 personas en un sólo día. Y, de nuevo, saltaron las alarmas. “Estamos al límite”, lanzó el comandante del cuerpo de la guardia urbana de Venecia, Marco Agostini. Sólo el Viernes Santo la policía contabilizó cerca de 80.000 turistas de los que al menos 20.000 no aparecían registrados en ninguna estructura hotelera, a pesar de que sí pernoctaron en la ciudad.

Cámaras de vigilancia

La esperanza de las autoridades locales es que la obligación de reservar acabe en el futuro con otro de los grandes problemas de la Sereníssima: el turismo en negro. Los primeros pasos en este sentido ya se han dado. Para controlar el acceso y evitar el fraude, el Ayuntamiento ha desplegado una red de casi 500 cámaras a circuito cerrado colocadas en puntos estratégicos y ha puesto en práctica un polémico sistema de rastreo de teléfonos móviles, que permite distinguir a los turistas de los residentes y controlar los movimientos de todos ellos.

En la sede de la policía local se ha instalado una sala de control donde los funcionarios rastrean y monitorizan con detalle los datos de los móviles. La ciudad también medirá cuántas góndolas y otras embarcaciones navegan por sus canales y a qué velocidad. En la práctica, un Gran Hermano a cielo abierto que permitirá obtener cada 15 minutos una radiografía completa del estado de la ciudad para evitar el hacinamiento. “Existe una limitación física en el número de personas que pueden estar en la ciudad al mismo tiempo”, defiende Marco Bettini, director general de Venis, la compañía de telecomunicaciones responsable del sistema de monitoreo. “Pero no queremos impedir a nadie venir a Venecia. Queremos que reserven con anticipación y nos digan qué quiere visitar para brindar un mejor servicio”. En las próximas semanas será presentada una plataforma online donde podrán registrarse todos aquellos que quieran visitar la ciudad, incluidos los ciudadanos de la región del Véneto que no residan en Venecia.

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