PERFIL DE LOS NEGOCIADORES

David Frost, un converso caído del caballo debido a la burocracia de la UE

El negociador británico del Brexit aterrizó en Bruselas en 1993

David Frost Un convers caigut del cavall a causa de la burocràcia de la UE
Quim Aranda
26/12/2020
2 min

LondresLa mejor forma de combatir al enemigo, en este caso sin ánimo de hacer más sangre de la necesaria, es conocerlo lo mejor posible. David Frost, diplomático de carrera, de 55 años, ahora miembro de la Cámara de los Lores desde que el primer ministro Boris Johnson le concedió la gracia a finales de junio de este año, se formó en Oxford, en St John’s College, donde se especializó en estudios de francés, de historia medieval europea y también de historia medieval francesa. Parece que el negociador británico, que ha sido el artífice del acuerdo post-brexit, ya entonces, universitario en los primeros años 80, tuviera perfecta conciencia de que buena parte del ser y no ser del Reino Unido pasa por la relación de amor-odio que empapa la historia compartida entre París y Londres.

Mucho tiempo antes de que fuera nombrado embajador en Dinamarca (2006), en 1993 Frost aterrizó en Bruselas. Era un alto funcionario británico en el corazón de las instituciones comunitarias, lleno de entusiasmo, cuando estaba a punto de entrar en vigor el Tratado de Maastricht, firmado en 1992. Frost se plantó pocos meses antes de que Johnson, entonces corresponsal del Daily Telegraph -un especialista al exagerar tanto los titulares como los textos que los envolvían- volviera a Londres habiendo dejado sembrada de fake news la prensa más euroescéptica de Fleet Street.

Es su paso por la maquinaria europea junto con otros destinos en el continente -el ya mencionado Copenhague, pero también París- lo que le hará ser, 23 años después, uno más del equipo brexiteer de la campaña del Leave. Entremedias, desde 2013 cuando abandonó la carrera diplomática, y hasta su regreso a la política (2016), cuando Johnson se lo lleva al ministerio de Exteriores, Frost hizo de consejero delegado de la Asociación de Productores de Whisky Escocés.

Una fórmula fallida

En 2015, después de que David Cameron ganara las elecciones y el referéndum del Brexit se hiciera realidad, Frost todavía no había ingresado a las filas de los conversos más apasionados. Entonces todavía escribía informes sobre cómo el Reino Unido tenía que abordar las conversaciones en las que Cameron tenía que renegociar las condiciones de pertenencia a la Unión Europea previas al plebiscito. La fórmula de Frost se fundamentaba, básicamente, en el hecho de que cualquier negociación exitosa con la UE se basaba en conseguir suficientes aliados.

Año y medio después de que Boris Johnson lo nombrara enviado especial para diseñar el acuerdo comercial del post-Brexit (julio del 2019), y a diferencia de lo que pensaban y confiaban los brexiteers más entusiastas, el bloque de los Veintisiete ha negociado como un ente monolítico detrás del francés Michel Barnier. Frost ni siquiera ha conseguido una alianza estratégica con Dublín. El negociador británico también predijo en 2016 que el Reino Unido tendría que hacer concesiones para conseguir algún acuerdo con la Unión. Solo en las fantasías más irracionales de los brexiteers se podía pensar que fuera del club de Bruselas tendrían las mismas ventajas que formando parte de él.

Ahora lo que cuenta es el relato de quien ha cedido más.

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