Del desierto económico del Kurdistán a los gélidos bosques de Bielorrusia

Irak anuncia vuelos de repatriación desde Minsk a pesar de que 8.000 kurdos iraquíes tratan de llegar a la UE

David Meseguer
3 min
Migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

Erbil (Kurdistán iraquí)A pesar de que predominan conversaciones bastante triviales sobre fútbol o los últimos modelos de teléfono móvil, en las teterías del centro de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, también se habla del arriesgado viaje que han emprendido los compatriotas que están intentando llegar a la Unión Europea a través de Bielorrusia. Según el autogobierno kurdo de Irak, cerca de 8.000 ciudadanos de la región autónoma se encuentran atrapados en la frontera entre el país dirigido por Aleksandr Lukashenko y Polonia. “Durante décadas, los kurdos luchamos contra el régimen de Saddam Hussein para acabar con la dictadura y conseguir democracia, derechos humanos y una vida digna. Antes del 1991, teníamos una única familia déspota que lo controlaba todo, ahora en el Kurdistán tenemos dos”, lamenta al ARA el analista político Kamal Chomani. Hace referencia a los Barzani y los Talabani, que, al frente de las formaciones milicia del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), respectivamente, gobiernan la región desde la primera guerra del Golfo.

Lejos de mejorar la calidad de vida de la población, Chomani les acusa de haber sumido la región en una profunda crisis política y económica que está forzando a mucha gente al éxodo. “Esta élite ha tejido un sistema clientelar y ha hecho de la corrupción su forma de gobernar. Si no entras en este juego, quedas excluido. Y quedar excluido en un sistema sin recursos públicos te hace sentir que ya no perteneces en aquel país. Entonces, o vives resignado o tratas de marcharte para prosperar”, explica el analista kurdo iraquí, que vive en Alemania. 

Ambiciones “aplastadas”

Según datos del Banco Mundial, el paro juvenil en Irak supera el 25%, a pesar de que como señala el investigador Mera Bakr, muchos jóvenes no tienen un puesto de trabajo acorde a su formación. “En este sistema clientelar, por mucho que estés supercualificado nunca podrás encontrar un trabajo adecuado. El sistema aplasta las ambiciones y proyectos de mucha gente”, detalla este experto en seguridad, residente en Erbil. “En los últimos años la población ha protestado, ha creado nuevas formaciones políticas, la sociedad civil se ha movilizado y se han creado nuevos medios de comunicación. Pero aún así, el sistema se ha mantenido inalterable porque el PDK y la UPK se sienten fuertes al controlar las milicias peshmergas”, subraya Chomani.

El descontento de la población kurda iraquí quedó patente en las últimas elecciones al Parlamento iraquí, donde en muchas demarcaciones de la región autónoma la participación no superó el 50%. Mera Bakr destaca que las nuevas generaciones no han nacido bajo la dictadura de Saddam Hussein y, por lo tanto, no ven a las actuales familias gobernantes como símbolos de la liberación nacional.

Nueva oportunidad en Bielorrusia

“Estos jóvenes comparan su vida con la de la enorme diáspora kurda que hay diseminada por toda Europa. Todo el mundo en Kurdistán tiene un familiar, amigo o conocido que ha emigrado y con quien mantiene contacto y conoce su nivel de vida”, señala el investigador, que, precisamente, está llevando a cabo una investigación para conocer los motivos que empujan a la gente hacia Bielorrusia. “Migrar o convertirse en refugiado no es nada nuevo para el pueblo kurdo, porque con esto ha convivido durante los últimos 50 años. Ahora la gente tiene miedo de cruzar el mar Egeo o de pasar por Bulgaria, pero con la vía bielorrusa se ha abierto una ventana de oportunidad y, por lo tanto, se lanzan, puesto que a la mínima que puedan abandonar Kurdistán, lo hacen”, indica Chomani, que a la complicada situación económica añade la represión política que algunos activistas y periodistas están sufriendo en forma de detenciones y penas de prisión.

A pesar de que el gobierno iraquí ha anunciado vuelos de repatriación desde Minsk a partir de este jueves, el ARA ha podido saber que la embajada iraquí en Moscú solo ha recibido un centenar de peticiones de repatriación. “La gran mayoría de gente no se acogerá a repatriaciones de forma voluntaria. Muchos han vendido su casa por costearse el viaje porque en Kurdistán no ven una vida digna para sus hijos. Prefieren morir porque lo han dejado todo atrás”, sentencia Mera Bakr.

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