La estrategia de Lukashenko: "Llegan en avión a Minsk con las mochilas y van hacia la frontera"

Rusia sugiere a la UE que pague a Bielorrusia para que deje de incentivar las entradas de migrantes

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Tiendas de campaña en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

MoscúLa temperatura máxima de estos días en los bosques que rodean la frontera entre Polonia y Bielorrusia no pasa de los tres grados. La mínima, este martes de madrugada, ha sido de cuatro bajo cero. En estas condiciones, miles de personas migrantes, llegadas sobre todo de Siria e Irak, han pasado la noche después del intento de entrar el lunes en territorio polaco con la ayuda de los policías bielorussos, que los acompañaron hasta el límite que separa ambos países. Pero no es la primera noche que pasan ahí. Ni la primera vez que intentan entrar en Polonia. Hace meses que el gobierno de Aleksandr Lukashenko está utilizando a las personas refugiadas como un arma política para amenazar y contestar a las sanciones de la Unión Europea: les facilita el acceso hasta las fronteras de su país con la UE para que puedan entrar en Polonia, Lituania o Letonia. Según los medios de comunicación de Bielorrusia, hay entre 10.000 y 15.000 personas en territorio bielorruso a la espera de poder cruzar.

Explica Natalya, una residente en Minsk, que los migrantes “llegan con sus mochilas, probablemente desde el aeropuerto, y prácticamente tan pronto llegan, se van”. “En el hotel que hay junto a mi casa duermen algunos, principalmente niños y mujeres, pero en la calle duermen muchos hombres en sacos de dormir”, añade. Las temperaturas en la capital bielorrussa también son bajas: por la noche pueden llegar hasta los -5 °C.

El peso del Kremlin

Los vuelos que cada semana llegan a Minsk para transportar a refugiados y migrantes suelen hacer escala en Moscú. Y esto es un punto interesante. Tal como recuerda al ARA el analista Alex Koktxarov, teniendo en cuenta la estrecha relación entre Lukashenko y Putin, “es muy poco probable que cualquier acción de las autoridades bielorrusas se lleve a cabo si el Kremlin no está de acuerdo”. El Kremlin, que precisamente no se encuentra en uno de los mejores momentos en cuanto a su relación con la UE, también está detrás de esto. De hecho, este martes el ministro de Asuntos Extranjeros ruso, Serguei Lavrov, ha querido comentar la situación. Lavrov se ha preguntado que si la Unión Europea paga a Turquía para que los refugiados se queden en territorio turco, “¿por qué no es posible ayudar a los bielorussos del mismo modo?”. Siguiendo la misma línea, pero desde Minsk, se ha pronunciado la presidenta del Consejo de la República de Bielorrusia, Natalia Kotxanova: “Nosotros no hemos invitado a esta gente a nuestro país. Están huyendo de guerras. (...) Quieren vivir en la Unión Europea. ¿Qué tiene que ver nuestro país con esto? Estamos indignados con lo que está pasando”. Según los medios estatales bielorussos, Vladimir Putin ha hablado por teléfono con Lukashenko para comentar la situación en la frontera con Polonia, y ambos ven con preocupación la alta presencia de militares regulares polacos.

En este sentido, la OTAN ya ha salido en defensa de Polonia, que forma parte. Su secretario general, Jens Stolenberg, ha dejado claro que Varsovia cuenta con “la solidaridad de la OTAN y todos sus aliados”. Mientras tanto, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, se ha desplazado a la zona fronteriza ante el miedo de que la situación que se vive –con miles de personas instalándose en los bosques y malviviendo en tiendas de campaña– se traduzca a una escalada violenta.

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