Detenido el nuevo líder del Daesh en Estambul

Ankara quiere reivindicar su papel en la OTAN y un día después de anunciar una nueva operación en el norte de Siria

Un agente de la división de operaciones especiales de la policía de Turquía guarda el exterior de la casa segura de un contrabandista durante un vareo
26/05/2022
3 min

EstambulAbu al Hasan al Qurashi, el líder del Daesh (acrónimo árabe del Estado Islámico), ha sido detenido en Estambul, según medios turcos, que precisan que la policía lo sorprendió en un piso. En la operación, según indican fuentes policiales a OdaTV, “no se disparó ni una vez” y el líder terrorista se rindió. Al Qurashi, que ahora mismo es interrogado por los servicios de inteligencia turcos, es de Irak y fue proclamado califa del Estado Islámico este mismo año, en el mes de marzo. Hasta entonces al Qurashi era el número tres del grupo. Si se confirma –cosa que, según la prensa turca, tiene que hacer personalmente Erdogan en los próximos días–, sería el primer líder de la organización yihadista –el más efímero de los que ha tenido– que sería capturado con vida.

Ahora que se anuncia esta detención, no confirmada por el propio gobierno y que, según apuntan periodistas próximos a Erdogan, se llevó a cabo la semana pasada, el grupo vuelve a quedarse sin líder. De hecho, su antecesor, Abu Ibrahim al Hashemi al Qurash, murió en una operación de fuerzas especiales de Estados Unidos en febrero en Siria, a pesar de que también se apuntaba a que se inmoló con un cinturón explosivo mientras el Daesh intentaba ganar territorio en la zona de Idlib, al noroeste del país. El fundador del Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, también murió en una operación de Estados Unidos en 2019, también en Idlib, que confirmó la decadencia del grupo que tomó el control de buena parte del territorio de Siria e Irak e inspiró numerosas matanzas en todo el mundo.

Antiterrorismo

Ankara ha sido criticada por tolerar el Daesh a pesar de que Erdogan siempre ha afirmado que Turquía ha hecho más que cabe otro país para combatirlo. En el año 2013 Turquía declaró el grupo como organización terrorista y también ha sufrido en la propia piel su violencia. La discoteca Reina y el aeropuerto de Estambul o la ciudad de Suruç, entre otros, son escenarios de atentados del Daesh donde fueron asesinadas más de 300 personas. Pero en medio de todo el ajetreo, un informe del Tesoro de Estados Unidos publicado en enero de 2021 informaba que el grupo continuaba teniendo varios “centros logísticos” para sus finanzas dentro del territorio turco. De hecho, ahora muchos se preguntan cómo uno de los terroristas más buscados del mundo pudo esconderse en Estambul.

El anuncio de la detención llega mientras Erdogan intenta dar relevo al papel de Turquía como miembro de la OTAN, después de la petición de incorporarse de Suecia y Finlandia, países a los que ha amenazado de vetar a la Alianza por su apoyo al movimiento kurdo. Y ahora mismo esto coge fuerza con las negociaciones que se llevan a cabo en Ankara, con Estocolmo y Helsinki para superar el no de Turquía, en una votación que requiere unanimidad. Mientras el Daesh no es motivo de discusión, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán es la línea roja donde se centra el debate y donde Turquía acusa a los dos países de encubrir “terroristas” por no haber aceptado varias extradiciones que les había reclamado. Erdogan quiere erigirse en el antiterrorista por antonomasia y, al mismo tiempo, ya ha anunciado una nueva operación militar en el norte de Siria contra los “terroristas” de las YPG, la milicia kurda.

El Daesh, por ahora, está presente en pequeños territorios de Siria e Irak, pero su fuerza es una caricatura de lo que fue a partir del año 2014, cuando controlaba grandes extensiones en los dos países. De hecho, ahora mismo ya no controlan ningún territorio gracias a las milicias kurdas, acusadas de terrorismo por Ankara y que contaron con apoyo militar de Estados Unidos. Muchos de los miembros destacados del Daesh han pasado de vivir como jefes de estado –dentro de los territorios que controlaban– a esconderse por las esquinas.

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