ESTADOS UNIDOS

Donald Trump vuelve al banquillo de los acusados

El segundo ‘impeachment’ al ya expresidente arranca en el Senado el martes con pocas opciones de prosperar

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SÒNIA SÁNCHEZ
3 min
El expresidente Donald Trump se ha negado  a comparecer en el Senado  para atestiguar en su segundo impeachment, que arranca mañana.

BarcelonaEn el mismo lugar del crimen se hará el juicio. El hemiciclo del Senado, escenario principal del asalto que los seguidores de Donald Trump perpetraron al Capitolio el 6 de enero para tratar de impedir que se certificara la victoria de Joe Biden en las elecciones, será donde a partir de mañana los cien senadores norteamericanos juzgarán el papel que tuvo Donald Trump. Será su segundo impeachment -y el primero que afronta un presidente de los EE.UU. después de haber dejado el cargo-, esta vez acusado de “incitar a la insurrección” por haber instigado a los manifestantes de ese 6 de enero a “luchar” contra un supuesto fraude electoral inventado. Pero el resultado no diferirá mucho del del anterior impeachment: la absolución. Después de que hasta 45 senadores republicanos votaran en contra de la simple tramitación del impeachment en la cámara alta, el 26 de enero, quedó claro que los dos tercios que se necesitan para poder condenar al presidente, es decir, al menos 17 senadores republicanos que voten como los 50 demócratas, continúan siendo una utopía.

Es este convencimiento de que el nuevo impeachment tampoco saldrá adelante lo que hace que ninguno de los dos partidos quiera dedicar muchos días a rememorar el espectáculo trumpiano. Los demócratas tienen prisa por volver a la agenda política de Biden y a los republicanos tampoco les interesa profundizar más en los hechos del Capitolio y en las acusaciones falsas de fraude de su expresidente. Pero, cuando falta solo un día para que empiece todo, todavía no queda claro cuánto tiempo tiene que durar el proceso o si se llamarán a testigos a declarar. Parece que la intención era que durara splo una semana, pero la petición de última hora de uno de los abogados de Trump, judío practicante, para que se respete el descanso del sabbath, obligará a parar las sesiones el viernes por la tarde y hace muy difícil terminarlo tan deprisa.

Se espera que durante las sesiones que arrancan mañana los demócratas presenten imágenes y quizás nuevos datos sobre el asalto al Capitolio. El relato de los últimos días de congresistas como Alexandria Ocasio-Cortez, que explicó en Instagram los momentos de terror que pasó escondida en un lavabo cuando creyó que estaba a punto de morir, hacen prever una fuerte intensidad emocional en los testimonios que se expondrán para acusar a Donald Trump de incitar a la insurrección. El FBI todavía está inmerso en una ingente investigación para identificar a todos los implicados en el asalto al Capitolio, que dejó cinco muertos. Hasta ahora ha habido 235 detenidos.

Sin tuits de Trump

Pero entre las cosas que sí se saben del proceso que arranca mañana está que el acusado, Donald Trump, ha rechazado comparecer para atestiguar, tal como habían solicitado los demócratas. Su cuenta de Twitter continúa bloqueada por la red, de forma que esta vez ni siquiera podrá interferir en el proceso para comentar -despreciar o amenazar- a los testigos que puedan hablar, como hizo la otra vez. En ese impeachment, que arrancó en 2019 y que lo absolvió el 5 de febrero del 2020, Trump estaba acusado de abuso de poder y de obstrucción en el Congreso por la llamada al presidente de Ucrania en la que le pedía que sacara a la luz trapos sucios de su rival político, el actual presidente Joe Biden. Diplomáticos y extrabajadores de la Casa Blanca atestiguaron en la Cámara de Representantes, pero el Senado no llamó a ningún testigo por el bloqueo de los republicanos.

Esta vez el proceso en la cámara baja ha sido exprés: una semana exacta después del asalto al Capitolio, el 13 de enero, la Cámara de Representantes aprobó el artículo único del impeachment a Trump, que se envió al Senado el 25 de enero.

Dado que el acusado ya no es presidente, el juicio no estará presidido por el jefe del Tribunal Supremo, John Roberts, sino por el senador demócrata que más tiempo ha ocupado el cargo, el octogenario Patrick Leahy. Pero el demócrata Jamie Raskin será el gran protagonista, porque encabeza el grupo de congresistas que actúan como fiscales en el proceso.

En el primer impeachment, el senador republicano Mitt Romney fue el único que votó para echar a Donald Trump. Esta vez podrían ser al menos cinco, o incluso ocho, pero no los diecisiete que harían falta, ya no para echarlo, sino para evitar que nunca más pueda volver a ser presidente.

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