Los EE.UU. alertan de que China podría ayudar militarmente a Rusia
Moscú y Pekín niegan conversaciones o peticiones de entrega de ayuda militar
WashingtonLos Estados Unidos hasta ahora no han podido combatir con eficacia el papel de China en la situación en Ucrania, voluntariamente y expresamente situada en una especie de falsa neutralidad, un segundo plano lleno de equilibrios para esconder el apoyo intrínseco a Rusia, con quien tiene una relación firme. Por ejemplo, con las abstenciones en las Naciones Unidas en resoluciones de condena a Moscú por la agresión militar. Washington, con el paso de los días, parece que se ha cansado de la falsa neutralidad y por eso ha pasado a la acción para intentar colocar Pekín en un papel que tiene que ser clave. Y lo ha hecho con una advertencia sin filtros: cualquier apoyo a la agresión rusa, sea económica o militar, implicará graves consecuencias para China.
Un mensaje que la Casa Blanca ha transmitido personalmente a la reunión que Jake Sullivan, el principal asesor en seguridad del presidente Joe Biden, ha mantenido este lunes con su homólogo chino, Yang Jiechi, en Roma. "Hemos dejado claro no solo en Pekín, sino también en todos los países del mundo, que si creen que pueden rescatar Rusia, o le pueden dar una solución a las sanciones que hemos impuesto [...], nos aseguraremos que ni la China ni nadie más pueda compensar a Rusia por estas pérdidas", había dicho Sullivan la vigilia del encuentro, a pesar de que las "consecuencias" no se han detallado.
La preocupación de Washington no se centra, ni mucho menos, en la salida económica que China pueda dar a Rusia para "evadir las sanciones" impuestas por los países occidentales –se esperan más los próximos días–. Según funcionarios norteamericanos, Moscú ha contactado con los chinos para que les envíen equipación militar, que podría incluir drones. China es uno de los principales compradores de armamento y material de defensa rusos, y Washington ha compartido esta advertencia con sus aliados.
China y Rusia han negado esta posibilidad, y han acusado los Estados Unidos de propagar "desinformación" con "intenciones malignas". "Rusia tiene potencial propio e independiente para continuar la operación [en Ucrania]. Como ya dijimos, todo va de acuerdo con el plan establecido y se completará a tiempo y del todo", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
En la Casa Blanca crece el temor de una alianza entre Pekín y Moscú sobre la situación en Ucrania, porque cambiaría las reglas del juego sobre el terreno y supondría un contrapeso sólido al intento occidental de castigar económicamente a Rusia por la agresión. La neutralidad y la ambivalencia chinas en el escenario internacional tiene para muchos expertos una razón de ser: la voluntad de Pekín de erigirse en el momento oportuno como garante de estabilidad, cuando la lucha entre dos potencias desgastadas pida un nuevo liderazgo.
Situar Pekín en el centro
Estados Unidos quiere evitar a toda costa que China se sitúe en el centro del conflicto, y la presiona para que adopte una posición firme ante la situación. Una de las herramientas de presión norteamericanas, de hecho, es la insistencia en el hecho que el apoyo a Rusia podría comportar un aislamiento mundial, teniendo en cuenta la condena mayoritaria de la comunidad internacional que se demostró, por ejemplo, a las Naciones Unidas.
De momento, los chinos han gestionado la ambigüedad con la negativa de definir el ataque como una "invasión", centrarse exclusivamente en lanzar llamamientos al diálogo, oponerse a unas sanciones que según su parecer no sirven para avanzar hacia la paz e instar la necesidad de dar respuesta a las "legítimas demandas de seguridad" rusas.