Terrorismo

EE.UU., la maquinaria más potente de cazar yihadistas

El asesinato del líder de Al Qaeda se suma a una larga lista de dirigentes terroristas abatidos por Washington

Ricard G. Samaranch
5 min
Barack Obama y miembros del gobierno siguiendo la misión contra Bin Laden.

TúnezLas nuevas tecnologías están transformando la vida en todos sus ámbitos, también en la lucha antiterrorista. Cada vez más, Estados Unidos está confiando en los bombardeos por parte de aviones no tripulados para matar a líderes yihadistas en el contexto de lo que el expresidente norteamericano George Bush bautizó como "la guerra global contra el terrorismo" después de los atentados de la 11-S de 2001. Ayman al Zawahiri, hasta ahora líder de Al Qaeda y asesinado hace unos días en Kabul, es el último de una larga lista de responsables yihadistas que no han podido escapar de la venganza del ejército norteamericano, convertido en la maquinaria más potente y sofisticada a la hora de cazar radicales islamistas que han atentado contra soldados o civiles de EE.UU.

"Se ha hecho justicia con este líder terrorista que ahora ya no está... Hoy hemos dejado claro que no importa cuánto tiempo hace falta, no importa dónde te escondas, si eres un peligro para nuestro pueblo, EE.UU. te encontrará y te eliminará", declaró Joe Biden en un mensaje de siete minutos en el cual informó de la ejecución de Al Zawahiri. Sus predecesores, empezando por Bush y pasando por Barack Obama y Donald Trump, también protagonizaron operativos similares para acabar con la vida de líderes terroristas.

En el pasado, la labor de los servicios de inteligencia y la cooperación policial a escala internacional resultaban claves para poder neutralizar a los dirigentes de organizaciones terroristas que actuaban más allá de las fronteras de un solo estado. Aun así, muy entrado el siglo XXI, los adelantos tecnológicos han permitido al ejército norteamericano desarrollar los llamados drones, pequeños aviones no tripulados capaces de proporcionar imágenes de gran calidad sin ser detectados por el enemigo. Los modelos más sofisticados también son capaces de llevar a cabo bombardeos. Así pues, el cielo ha pasado a tener ojos y ha dejado caer a menudo una lluvia mortífera de proyectiles. Para los terroristas más buscados, se han acabado los santuarios. Estos son algunos de los nombres clave del terrorismo islámico que en los últimos años han sido aniquilados por Washington.

Abu Musab Zarqaui

Imagen del líder asesinado de Al Qaeda en Irak Abu Musab Zarqaui el 8 de junio del 2006 en Bagdad (Irak).

Como la mayoría de los líder yihadistas contemporáneos, el jordano Abu Musab Zarqaui se fogueó a la guerra de Afganistán contra la URSS. De vuelta a Jordania, fundó un grupo terrorista que se convertiría en la filial de Al Qaeda en Irak y él adquirió el título de "emir del país de los dos ríos". Después de la invasión norteamericana de Irak, Zarqaui se convirtió en uno de los terroristas más conocidos en el mundo entero. Entre 2003 y 2006, lideró la milicia insurgente más mortífera. Él fue el responsable de innumerables atentados suicidas, secuestros, decapitaciones, etc. Su brutalidad contra los civiles chiitas lo enfrentó a Al Zawahiri, menos sanguinario, y acabaría llevando a la escisión de la filial de Al Qaeda y a su conversión en el autodenominado Estado Islámico. Un bombardeo de EE.UU. puso fin a su vida en 2006.

Bin Laden

Bin Laden en una cueva de Jalalabad (Afganistán) en 1998.

Hijo de una mujer siria y de un empresario de origen yemení que se hizo multimillonario en Arabia Saudí, Ossama bin Laden vivió en el reino saudí hasta que viajó a Afganistán para participar en la yihad contra el Ejército Rojo. Allí utilizó su fortuna familiar para facilitar la llegada de centenares de voluntarios de los países árabes y la compra de armamento, lo cual lo hizo popular entre los combatientes. Acabada la guerra, fundó Al Qaeda, de la cual se convirtió en líder. Después de ver como Riad le retiraba la nacionalidad, se estableció en Sudán, donde empezó su campaña de atentados contra intereses de EE.UU. Recibiendo ya la protección de los talibanes en Afganistán, su carisma y la repercusión de los ataques del 11-S lo convirtieron en un icono mundial del antiamericanismo. EE.UU. lo mató en una espectacular operación de la unidad de élite del ejército en un pueblo de Pakistán en 2011. Icónica es la imagen de Barack Obama, entonces presidente norteamericano, y su equipo siguiendo la misión contra el terrorista.

Anwar al-Awlaki

Anwar al-Awalki, uno de los dirigentes de Al Qaeda .

Nacido en Nuevo México en el seno de una familia de origen yemení, el imam Anwar al-Awlaki se trasladó a Yemen en 2004 huyendo de una convulsa relación con las fuerzas de seguridad de EE.UU. y habiendo sido condenado para solicitar servicios de prostitución. En 2009 se hizo fundible para incorporarse a la potente filial de Al Qaeda en Yemen, donde destacó en las tareas de captación de militantes yihadistas en Occidente a través de internet. Su conocimiento de la vida en Occidente lo convirtió en un operativo muy útil y se cree que tuvo contactos o inspiró los responsables de varios atentados en EE.UU., como los de Fort Lahood o Times Square. En el año 2011 murió por el ataque de un dron, junto con varios de sus hijos. La acción fue muy polémica, al ser considerada por algunos activistas como una ejecución extrajudicial de un ciudadano norteamericano.

Abu Bakr al-Baghdadi

El exlíder del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi.

Habiendo cursado estudios superiores de teología islámica, Abu Bakr al-Baghdadi constituye una excepción entre los más conspicuos líder yihadistas, puesto que no suelen tener una profunda formación religiosa clásica. Nacido en Zamarra, se alistó en la insurgencia yihadista contra la ocupación norteamericana de Irak. Su paso por la prisión de Camp Bucca en 2004 le permitió establecer contactos con la flor y nata del yihadismo. Después de salir de la prisión, fue escalando en la jerarquía de la filial local de Al Qaeda, liderada por Zarqaui, hasta convertirse en su emir, en 2010. Cuatro años más tarde, el grupo rompió su alianza con Al Qaeda y se constituyó el autodenominado Estado Islámico, que declaró un califato en los territorios de Irak y Siria, con Al-Bagdhadi con el rol de presunto líder de la comunidad islámica global. Decenas de atentados en Occidente y en Oriente Próximo, así como un gobierno brutal en el califato, llevaron su sello. Después de que un esfuerzo internacional pusiera fin a su protoestado, en 2019 se suicidó haciendo estallar un chaleco lleno de explosivos en el transcurso de una operación militar liderada por Washington en su escondrijo, al nordeste de Siria.

Ayman al Zawahiri

Una imagen de archivo de Al Zawahiri, el líder de Al Qaeda asesinado esta semana por los EE.UU.

Hijo de una distinguida familia cairota, Ayman al Zawahiri entró de muy joven en contacto con la ideología yihadista. Influido por las lecturas de Sayid Qtub, a los 15 años entró a formar parte de una célula secreta. Juzgado por pertenecer a la organización que asesinó al presidente egipcio Anwar al-Sadat, al salir de la prisión fue a hacer la yihad a Afganistán, donde conoció a Bin Laden. Los dos hicieron un tándem terrible, con el egipcio aportando la doctrina religiosa y la organización operativa, y por eso se lo considera el cerebro de la 11-S. Al Zawahiri ascendió al liderazgo de Al Qaeda en 2011, después de la muerte de su compañero de armas. Consiguió esquivar la venganza de EE.UU. durante dos décadas, hasta que hace una semana un bombardeo con dron lo mató en Kabul, donde se había refugiado bajo la protección de sus antiguos aliados talibanes. 

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