Aràbia Saudita

Empresaria y activista: quién es la princesa saudí Basma, liberada después de 3 años sin cargos

Sobrina del rey actual, fue detenida con su hija en 2019 cuando viajaban a Suiza

ARA
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La princesa saudí Basmah Bint Saud en una foto de archivo

BarcelonaLas autoridades saudíes han sorprendido este fin de semana con la liberación de la princesa Basma bint Saud, a la que mantenían entre rejas desde hacía casi tres años a pesar de no haber presentado nunca cargos contra ella. Empresaria y activista pro derechos humanos, la princesa Basma es prima del príncipe heredero Mohamed bin Salman, que hoy gobierna de facto el país. Es la hija más joven del rey Saud –hermano del actual monarca, Salman bin Abdulaziz–, que tuvo más de cien hijos y reinó entre el 1953 y el 1964. En marzo de 2019 fue detenida en Riad, junto con su hija Saud al Sharif, cuando se dirigía hacia Suiza para que la princesa, ahora de 57 años, recibiera un tratamiento médico.

La liberación tuvo lugar, sin ninguna explicación oficial, el pasado jueves, pero no se hizo público hasta que informó de ello la ONG saudí Alqst, con sede en Londres, a través de sus redes sociales. Según la organización, Basma bin Saud estuvo desaparecida un mes, durante el cual no se le permitió hablar con su familia. Además, asegura que durante el tiempo de reclusión, las autoridades le han denegado la atención médica que necesitaba por una enfermedad que suponía un riesgo para su vida.

"Las dos mujeres han sido liberadas de su encarcelamiento arbitrario", informó a Reuters su asesora, Henri Estramant, que confirmó que la princesa está bien. "Parece agotada, pero está de buen humor y agradecida de reunirse con sus hijos en persona", añadió. El gobierno saudí, que no ha hecho nunca ningún comentario sobre este caso, tampoco se ha manifestado sobre su liberación.

Un perfil poco habitual

Divorciada y madre de cinco hijos, Basma bint Saud tiene un perfil insólito en esta monarquía absoluta del golfo Pérsico, donde las mujeres tienen los derechos muy limitados tanto por una interpretación fundamentalista de los textos sagrados como por las tradiciones retrógradas de un país muy conservador. De acuerdo con el sistema de tutela masculino, las mujeres todavía necesitan el permiso del padre o marido para otras muchas actividades relativas a la más estricta libertad personal, como viajar al extranjero, casarse o divorciarse. Hasta hace cinco años, las mujeres no podían conducir ningún vehículo –una norma que no existía en ningún otro país islámico y que fue abolida por el príncipe heredero Bin Salman en 2017– y solo hace tres que no necesitan la autorización de un hombre para poder trabajar.

La princesa Basma pasó gran parte de la niñez en Beirut con su madre, y después se trasladó a Occidente, principalmente Londres. Es la fundadora de una cadena de restaurantes en Arabia Saudí, y también de una empresa mediática, y ha tenido una inusual presencia en los medios de comunicación. Sus ideas reformistas la han convertido en una figura incómoda para la familia real. Ha sido una de las voces críticas con la falta de derechos de las mujeres en su país de origen y también se ha mostrado en desacuerdo con algunas decisiones políticas, como por ejemplo la intervención en la guerra del Yemen.

La falta de información sobre su detención y encarcelamiento llevó a especular sobre los motivos que había detrás. En una petición presentada a las Naciones Unidas en marzo de 2020, la familia de la princesa apuntó que las autoridades la habían castigado por haber criticado los "abusos" del régimen y también por una disputa por la "fortuna congelada" de su padre, muerto en 1969 en Grecia, donde se había exiliado.

También ha habido otras voces que han sugerido que detrás de su detención están los estrechos vínculos con el ex príncipe heredero, Mohammed bin Naief, detenido en marzo de 2020 junto con su padre, Ahmed bin Abdulaziz, de 74 años. La detención la llevó a cabo Mohammed Bin Salman, gobernante de facto del reino saudí desde que fue escogido príncipe heredero en 2017 desbancando a su primo.

Bin Salman, el hombre fuerte del régimen saudí, se ha ganado elogios tanto dentro como fuera de sus fronteras por haber aflojado ciertas restricciones sociales y buscado diversificar la economía más allá del petróleo. Aún así, su imagen también ha quedado gravemente dañada después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi por agentes saudíes en el consulado en Estambul en 2018. Según un informe de la Casa Blanca hecho público ahora hace un año, el príncipe heredero fue quien aprobó la operación para capturar o matar al reportero, crítico con el régimen de Riad.

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