Encuentran restos de 215 niños en un antiguo internado para indígenas de Canadá
La violencia y los abusos eran habituales en estos centros, que funcionaron hasta 1996 e intentaban asimilar los niños a la cultura occidental
SabadellEl descubrimiento de una fosa común en la que hay enterrados 215 niños indígenas ha removido uno de los capítulos más oscuros de la historia de Canadá. Los restos han aparecido en los terrenos del antiguo internado para niños aborígenes de Kamloops, uno de los 139 centros de estas características que funcionaron en el país hasta los años 90 y donde los hijos de las comunidades autóctonas de Canadá, que llegaban ahí después de haber sido separados forzosamente de sus familias, sufrían a menudo todo tipo de abusos y vejaciones.
El hallazgo lo anunció jueves, en un comunicado, Rosanne Casimir, la jefe de la comunidad Tk’emlúps te Secwépemc, formada por miembros de la tribu shuswap. "En nuestra comunidad teníamos sospechas que hemos sido capaces de verificar", explica Casimir, y añade que el descubrimiento se hizo "el fin de semana pasado, con la ayuda de un especialista en radares de penetración terrestre". Algunos de los niños enterrados en la fosa común, asegura, tenían solo tres años.
De momento se desconoce la identidad de las víctimas, la época en la que fueron enterradas y las causas de las muertes, pero se espera que a mediados de junio un informe más detallado sobre el caso resuelva algunas de estas incógnitas. Mientras tanto, la comunidad Tk’emlúps te Secwépemc ha anunciado que colaborará con la investigación forense y que se pondrá en contacto con las familias que tuvieron hijos en aquel centro. "Hoy por hoy, tenemos más preguntas que respuestas", ha dicho Casimir.
Un sistema cruel
El internado de Kamloops, en Colúmbia Británica (al oeste de Canadá), estuvo en funcionamiento como escuela indígena entre 1890 y 1969 (después se convirtió en residencia de estudiantes, hasta que se clausuró en 1978) y fue el centro más grande de la red de internados indígenas de Canadá: llegó a tener unos 500 alumnos durante los años 50. En total, unos 150.000 niños de comunidades indígenas pasaron por alguno de estos internados, que funcionaron desde mediados de siglo XIX hasta 1996 y que, según un informe hecho público en 2015, después de seis años de investigaciones, constituyeron una forma de "genocidio cultural".
Los centros, de titularidad estatal pero gestionados a menudo por comunidades religiosas, forzaban a los alumnos a adoptar las formas de vida occidentales y les prohibían el uso de su lengua materna y las prácticas culturales aborígenes. Además, muchos de ellos sufrieron violencia física y emocional sistemática, torturas, violaciones, malnutrición y trabajos forzados, y se han documentado tasas de mortalidad mucho más elevadas que entre el resto de los niños canadienses, debido a enfermedades como la tuberculosis o la gripe, pero también por incendios, suicidios o ahogamientos. Según el informe de 2015, más de 4.100 niños murieron en estos internados, pero las cifras son incompletas: Rosanne Casimir señala, por ejemplo, que los 215 cadáveres encontrados en Kamloops no formaban parte de este recuento y que hasta ahora no habían sido documentados, ni siquiera por los responsables de la escuela.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha dicho que la noticia le ha "roto el corazón". "Es un doloroso recordatorio de este capítulo oscuro y vergonzoso de la historia de nuestro país", ha tuiteado. En 2008, el entonces primer ministro, Stephen Harper, se disculpó formalmente ante las comunidades indígenas por los daños causados por este sistema de internados, y el año pasado dos de las escuelas fueron convertidas en centros de memoria.