Estados Unidos e Irán completan un polémico intercambio de prisioneros
Republicanos y disidentes del régimen critican el acuerdo, al que se ha llegado después de un año de conversaciones con la intermediación de Qatar
LondresControvertida y compleja operación entre Estados Unidos e Irán. Ambos países, que no tienen relaciones diplomáticas desde 1980, han intercambiado prisioneros con la intermediación de Qatar. Cinco ciudadanos estadounidenses, algunos de los cuales llevaban casi una década retenidos en Irán, han embarcado en un vuelo a Qatar, en el marco del polémico acuerdo. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó la semana pasada la liberación de 6.000 millones de dólares (5.623 millones de euros) de Teherán a cambio de la excarcelación de cinco ciudadanos estadounidenses, incluido un británico-americano.
La Casa Blanca emitió el pasado lunes la exención que ha permitido que hoy dos bancos internacionales muevan los fondos, congelados hasta ahora en Corea del Sur. Sin embargo, sólo podrá utilizarlos un país tercero –Qatar– para comprar ayuda humanitaria –alimentos y medicinas–, que enviará a Teherán. Irán en ningún caso tendrá acceso directo al dinero y es Qatar quien debe verificar que las partidas no se destinen, por ejemplo, a armas o tecnologías que permitan fabricarlas.
Los prisioneros occidentales, cuatro hombres y una mujer, también todos con pasaporte iraní, han estado encerrados en diferentes momentos de su secuestro en el centro penitenciario de Evin, conocido por las durísimas condiciones en las que mantiene a los prisioneros políticos del país, y donde estuvo encarcelada durante casi seis años la británico-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe, detenida entre 2016 y 2022, cuando finalmente pudo volver a Reino Unido. Por su parte, Estados Unidos pone en libertad a cinco ciudadanos iraníes encarcelados por haber violado las sanciones contra el régimen de Teherán.
Los cinco ciudadanos estadounidenses han llegado al aeropuerto internacional de Doha este lunes por la tarde, acompañados también de dos familiares y del embajador suizo en Irán, según informa Reuters. En cuanto a los cinco ciudadanos iraníes, todos fueron liberados y dos han vuelto a Teherán, mientras que los otros tres decidieron no regresar a Irán, según informaron fuentes oficiales de Estados Unidos a la agencia británica.
Las conversaciones para finalizar el acuerdo han tenido lugar en Doha y se han llevado a cabo durante aproximadamente un período de un año. Un grupo de intermediación qatarí ha actuado de puente entre una legación iraní y otra estadounidense, manteniendo contactos alternativos entre los dos equipos negociadores, que nunca se han encontrado directamente cara a cara, y que mientras estaban en Qatar hasta se han alojado en hoteles distintos.
Petróleo iraní
Los fondos bloqueados proceden, esencialmente, de la venta de petróleo iraní en Corea del Sur. Hasta ahora, las sanciones internacionales impedían a Teherán acceder, en parte también por las dificultades que tiene el régimen de los ayatolás de convertir divisas. Los 6.000 millones de dólares han sido, pues, enviados a Suiza para cambiarlos a 5.623 millones de euros del valor equivalente y después, una vez el dinero ha vuelto a Qatar, los prisioneros han sido embarcados en un vuelo hacia Doha, primera escala del regreso a la libertad.
Los críticos de la operación –figuras del Partido Republicano, así como disidentes iraníes en la diáspora, como la periodista y activista Masih Alinejad– indican que Washington legitima la diplomacia iraní de los secuestros, ofreciendo un balón de oxígeno al régimen al precio de más de mil millones de euros por rehén, lo que invita al régimen a detener aún más ciudadanos con doble pasaporte. Una forma, apuntan los republicanos, de patrocinar a un estado que financia el terrorismo internacional. Teherán utiliza habitualmente el cargo de espionaje, con pruebas más que dudosas, para retener a ciudadanos con doble nacionalidad, condición que los ayatolás no reconocen. Sin embargo, la Casa Blanca destaca que la cantidad de dinero liberada no pertenece a los contribuyentes estadounidenses, sino que son fondos originalmente iraníes.
Este lunes, tras el intercambio de presos, Estados Unidos ha anunciado un nuevo paquete de sanciones contra Irán, que incluye al expresidente Mahmud Ahmadineyad y al ministerio de Inteligencia Militar del país. En una entrevista en la CNN, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, indicó que las sanciones "están relacionadas con la detención injusta de ciudadanos estadounidenses en Irán".
Represión reforzada
El acuerdo se ha completado prácticamente un año después de la muerte a manos de la policía de la moral de los ayatolás de la chica de 22 años Mahsa Amini, acusada de no llevar correctamente el velo. Las protestas que se derivaron sirvieron de excusa al régimen para desatar una represión feroz, lo que ha provocado el intento de fuga del país de miles de personas, que intentan buscar refugio en Occidente. Es el caso, por ejemplo, de Mohamed Rahmatinia, un activista kurdo iraní que la semana pasada fue expulsado de España, después de que su petición de asilo político fuera rechazada por Madrid.
En cuanto a la identidad de los rehenes beneficiarios del presente intercambio, sólo se conoce la de tres de ellos: Morad Tahbaz, de 67 años, un emprendedor y conservacionista, detenido durante una represión contra activistas ecologistas en enero de 2018, y condenado a 10 años de cárcel; Siamak Namazi, de 51 años, jefe de planificación estratégica en Crescent Petroleum, con sede en Dubai, condenado también a 10 años; y Emad Shargi, de 58 años, detenido inicialmente por la Guardia Revolucionaria en abril del 2018, cuando trabajaba para un fondo de capital riesgo iraní, meses después de trasladarse, junto a su mujer, de Estados Unidos al Irán. Fue condenado también a 10 años de cárcel.
El acuerdo pone de nuevo en primer plano el papel relevante del pequeño estado de Qatar como actor internacional, en especial en el mundo multipolar que se está abriendo paso. Los qataríes –y también los saudíes– quieren ser considerados los pacificadores de la región. Qatar, por ejemplo, ya ejerció un activo papel en las discusiones entre los talibanes afganos y Estados Unidos, si bien el resultado final ha sido más bien decepcionante.