Estados Unidos

Si condenan a Trump, ¿puede presentarse a las elecciones? Las consecuencias de la imputación, en tres claves

El expresidente saca rédito electoral de las imputaciones y sigue liderando las encuestas del Partido Republicano, con un 40% más de apoyo que DeSantis

Donald Trump
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WashingtonLos cuatro cargos de conspiración y obstrucción que enfrenta al expresidente de Estados Unidos Donald Trump tienen consecuencias que van más allá de su persona y de su candidatura para las elecciones presidenciales del próximo año: escriben una nueva página en el sistema democrático del país norteamericano y ponen a prueba la fortaleza de sus instituciones. Un presidente nunca había sido imputado ni una, ni dos, ni tres veces. La situación es inédita y plantea una serie de interrogantes de primer orden constitucional:

¿Puede un candidato encausado ser presidente?

Muchas democracias europeas, incluida la española, prohíben a cualquier candidato con una sentencia firme presentarse a las elecciones o acceder al cargo de presidente. No es el caso de Estados Unidos, donde la Constitución, con más de dos siglos de historia, permite que un candidato encausado se presente a las elecciones, incluso si ha sido condenado y se encuentra en prisión.

Sólo hay un precedente en el país norteamericano, que se remonta a hace poco más de un siglo: el caso del candidato Eugene Debs, que en 1920 hizo su campaña electoral entre rejas. Su condena: violar la Ley de espionaje por pronunciar discursos críticos con la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Pero el caso de Debs, que fue candidato por el Partido Socialista de América, es muy distinto al de Trump: él sólo obtuvo un millón de votos, mientras que el magnate republicano lidera ya diversas encuestas para acceder por segunda vez a la Casa Blanca.

El caso Trump genera dudas en Washington, más allá de los juicios morales de cada uno (su exvicepresidente, Mike Pence, por ejemplo, opina que "nadie que se ponga por delante de la Constitución debería ser nunca presidente de Estados Unidos") . Lo cierto es que la Constitución sólo prohíbe que un político opte a candidato por un motivo: la insurrección. En el caso de Trump, ninguna de las tres imputaciones que le han caído prevé este delito, y tampoco se espera que lo haga la cuarta. Por tanto, el camino del expresidente hacia las elecciones del año que viene parece bastante plano.

¿Qué causas pendientes tiene Trump con la justicia?

Al aspirante republicano, que ya pasó a la historia como el primer presidente en pasar por dos juicios políticos (impeachment) en el Congreso, ahora le acorralan tres juicios penales.

El primero tendrá lugar el próximo 25 de marzo, en plena campaña de primarias, en Nueva York por el caso de falsificación documental para ocultar la trama de sobornos que creó en plena campaña electoral con el objetivo de ocultar la relación extramatrimonial que había mantenido diez años antes con la actriz porno Stormy Daniels. En este caso, el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, le acusa de 34 delitos de falsificación.

El inicio del segundo está previsto para dos meses más tarde, el 20 de mayo, en Florida, donde el fiscal especial Jack Smith le ha imputado hasta 40 cargos, a él ya dos empleados, por el caso de los papeles de Mar-a-Lago. El FBI registró el verano del pasado año su residencia y club privado en Palm Beach (Florida), donde requisó cientos de documentos clasificados. De los 40 cargos, 32 tienen que ver con la apropiación intencionada de información de defensa nacional, tres con la ocultación de los documentos en las investigaciones federales, dos por hacer declaraciones falsas al FBI y tres por conspiración para obstruir la justicia.

El tercer juicio aún no tiene fecha y no está claro si se dará, también, en medio de la campaña electoral. El fiscal especial que lleva el caso, que, como en el anterior, es también Jack Smith, ya ha dicho que tiene argumentos legales para intentar que sea un "juicio rápido". Además de estos juicios penales, se espera que en las próximas semanas llegue una cuarta imputación al expresidente en Georgia, por intentar manipular en el 2020 las elecciones presidenciales en este estado.

¿Cómo afecta la campaña?

Para pagar las facturas de sus juicios, Trump está ardiendo el dinero de su campaña a un ritmo de récord. Según el New York Times, el comité de acción política (PAC, por sus siglas en inglés) del expresidente, Save America, la organización encargada de financiarlo, se encuentra cerca de la quiebra. Si empezó el pasado año con 105 millones de dólares, ahora sólo le quedan 4 millones, tras los inmensos gastos en abogados y honorarios legales que ha tenido que afrontar. Un dinero que debería ir destinado a pagar anuncios de televisión, propaganda en las redes sociales y mítines electorales se está invirtiendo en los costes derivados de las numerosas condenas e imputaciones históricas del expresidente.

Sin embargo, sus enredos judiciales se han convertido en su principal fuente de apoyo entre los votantes republicanos. Trump lidera las encuestas en solitario, con un 53,4%, frente al 15,6% del gobernador de Florida, Ron DeSantis, el único candidato que cuenta con alguna opción de arrebatarle la nominación. Hace cuatro meses, antes de que Trump fuera imputado por primera vez, tan sólo les separaban 14 puntos.

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