Obama se suma a la presión para que Biden deje paso

El presidente, en la cuerda floja mientras el cerco de los demócratas continúa

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El presidente Joe Biden baja del Air Force en el aeropuerto de Dover.

MilwaukeeLa imagen de un Trump invicto tras el tiroteo ha debilitado a los demócratas. Pero mientras todo el mundo hablaba de Trump, nadie se fijaba en Biden, y parecía que el presidente había aprovechado la situación para volver a tomar impulso. Ahora se acabó la tregua y se reactivan las presiones dentro del partido para que deje paso. Y ahora Obama se ha apuntado a la presión. Biden estaría pensando dar un paso al lado este fin de semana, según avanza Axios este jueves, aunque el equipo del presidente ya ha salido a negarlo. El drama político que rodea a la candidatura de Biden va acumulando capítulos y Trump debe hacer su primer discurso como candidato republicano esta madrugada en la convención de Milwaukee, mientras su rival está en aislamiento por haber dado positivo de cóvido. La cuarentena que está pasando en su casa de la playa, en Rehoboth, escenifica el aislamiento que sufre dentro de su partido, una imagen que contrasta con la de un Trump siente abrazado por las masas republicanas en el Firsev Forum.

Biden ha continuado enrocado todos estos días pese a que los líderes demócratas le habían expresado en privado sus preocupaciones de cara a noviembre, con encuestas que mostraban que estaba perdiendo de forma clara en todos los estados decisivos y con la retirada de grandes donantes . La semana pasada, el empeño del presidente en seguir en el ticket electoral hizo que el principal super-PAC del partido, Future Forward, anunciara que habían paralizado una donación de 90 millones de dólares mientras Biden siguiera siendo el candidato.

Todo se ha precipitado en las últimas 24 horas, cuando medios estadounidenses aseguraban que Biden se mostraba abierto a reconsiderar su candidatura y preguntaba internamente qué posibilidades tenía su vicepresidenta Kamala Harris contra Trump. El miércoles, el senador de California Adam Schiff, un congresista cercano a la antigua speaker de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, se sumaba a la larga lista de legisladores del partido que habían pedido a Biden que renunciara. La semana pasada, Pelosi, una de las figuras del partido más cercanas a Biden y que siempre le había defendido, ya había cuestionado públicamente a la autoridad del presidente diciendo que había "poco tiempo" para que el presidente se decidiera. Dos días después Biden envió una carta a los congresistas demócratas reafirmándose en su "compromiso" de continuar en la carrera electoral. Según informó la CNN, Pelosi le dijo en privado a Biden que las encuestas demuestran que él no puede ganar a Trump y que empeñarse en un segundo mandato destruiría las posibilidades del partido de ganar las elecciones en la Cámara de Representantes. Ante la negativa del presidente a admitirlo, la líder demócrata le habría pedido que le pasara el teléfono a uno de sus asesores.

Obama se suma al corazón

El expresidente Barack Obama, que en público había defendido a Biden, y que se consideraba una especie de consejero del que había sido su vicepresidente, también habría reaccionado. Según publica el Washington Post, Obama ha compartido con sus compañeros de partido sus dudas. El demócrata cree que sus posibilidades de ganar han disminuido y que Biden debe repensar en serio si mantiene la candidatura. Puede ser la puntilla definitiva para Biden.

Durante la campaña Obama había acompañado al presidente en varios mítines y actos. De hecho, justo después de su desastrosa intervención en el debate de la CNN el expresidente salió al rescate de Biden y dijo que todo ello había sido sólo una "mala noche". Pero esa posición era cada vez más insostenible. La semana pasada ya se había filtrado que Pelosi y Obama habían compartido en privado sus dudas sobre las capacidades de Biden para remontar a las encuestas, en las que la brecha entre el demócrata y Trump era cada vez más profunda.

Una encuesta publicada por Associated Press y NORC, hecha tras el atentado contra Trump, muestra cómo 7 de cada 10 adultos, incluido el 65% de los demócratas, opinan que Biden debería dar un paso al lado. El sondeo es un espejo de lo que se está viendo estos días en Milwaukee, donde la fe ciega con el líder es inquebrantable: un 73% de los republicanos dicen que Trump debe ser el candidato. Biden sólo recauda un magro 35% de apoyo entre los votantes demócratas. Ahora bien, entre los que no se identifican con ninguno de los dos partidos, un 57% afirman que Trump es ya demasiado grande y que también debería retirarse.

Ante estos resultados, Biden habría empezado a interesarse ante sus asesores por las posibilidades electorales de su vicepresidenta Kamala Harris, según informan varios medios citando fuentes anónimas del entorno del presidente.

De Dios al médico

Este martes, en una entrevista televisada, el presidente ya decía que se plantearía retirarse de la carrera electoral si un médico le diagnosticara algún problema. "[Lo haría] si un médico me dijera que tengo tal o cual problema", decía Biden. Antes había dicho que sólo renunciaría si Dios se lo pedía. Al día siguiente daba positivo por cóvido.

La presión se ha incrementado ante la proximidad de la fecha para nominar a Biden como candidato oficial. Pese a que la convención demócrata no se celebrará hasta el 19 de agosto, se esperaba que se formalizara ya la candidatura la próxima semana en un encuentro telemático. Figuras como Pelosi y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (que también habría dicho en privado que hay que sacar a Biden del ticket electoral), han estado presionando para que se pueda ampliar el plazo de la nominación. Schumer se subió al carro cuando se dio cuenta de que Biden no solo podría hacer que los demócratas perdieran la Casa Blanca, sino que también sufran importantes derrotas dentro de las dos cámaras del Congreso. Y según los medios estadounidenses ha sido clave para retrasar la votación telemática al menos una semana, lo que da más tiempo para organizarse a quienes quieren que Biden se pliegue. El Comité Nacional Demócrata ha accedido a frenar el proceso al menos hasta principios de agosto, aunque su intención es aún que la nominación sea efectiva antes del día 7. El tiempo corre y el margen para poder reconducir la situación se va haciendo cada vez más estrecho.

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