Los primeros nombramientos de Trump anticipan un gobierno más extremista

Un supremacista blanco, un "zar fronterizo" y una congresista crítica con la ONU son una declaración de intenciones de cara a la futura presidencia

Donald Trump en un cartel de felicitación por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en Tel Aviv.
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WashingtonUn supremacista blanco como asesor de políticas, un "zar fronterizo" para regular la entrada de migrantes en el muro y una congresista proisraelí y crítica con la ONU como embajadora de Estados Unidos en el organismo. La administración entrante de Donald Trump comienza a tomar forma bajo el goteo de nombres confirmados y que dibujan una presidencia mucho más conservadora y extremista. Trump está cumpliendo con su palabra y se está rodeando de figuras leales, alineadas con su visión, que ejecutarán lo que ordene.

Los nuevos nombres que se incorporarán al nuevo gobierno de Trump son: Stephen Miller, Thomas D. Homan y Elise Stefanik. Miller será asesor de políticas, un papel que ya había jugado de forma informal durante todo este tiempo. La idea de "la deportación masiva" con la que Trump se ha llenado la boca toda la campaña habría sido mérito de Miller. Durante la primera presidencia del republicano ya estuvo en la Casa Blanca como consejero de políticas migratorias y fue una figura central para muchas de sus medidas, como la de separar a las familias migrantes en la frontera.

En noviembre del 2019 se descubrió que Miller había estado presionando la web Breitbart para publicar artículos en los que se promovía el supremacismo blanco. Pese al escándalo, Miller no cayó en desgracia entonces y ahora volverá a la Casa Blanca. Este lunes el vicepresidente electo JD Vance felicitaba a Miller, al que considera un fichaje "fantástico".

El artífice de separar a familias migrantes

Trump ha elegido a otro soldado leal de su antiguo gobierno para que sea su "zar fronterizo", tal y como ha anunciado él. El regreso de Thomas D. Homan para gestionar la frontera confirma la voluntad de Trump por ir hasta el final con sus promesas sobre el muro y las deportaciones. Bajo la administración Trump, Homan fue uno de los artífices de la política que separaba a familias migrantes en la frontera. Más de 5.500 menores fueron separados de sus padres en la frontera con México bajo su política de "Tolerancia Cero".

"Thomas Homan estará a cargo de toda la deportación de extranjeros ilegales de regreso a su país de origen", ha escrito Trump en su perfil de Truth Social, quien considera que "no hay nadie mejor para vigilar y controlar nuestras fronteras".

Homan es un exagente de la Patrulla Fronteriza y ya había trabajado bajo seis presidencias. Durante el mandato de Obama fue el director ejecutivo asociado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) y fue durante esa época en la que el ICE llevó a cabo un número de deportaciones récord.

Horas antes de que Trump anunciara su fichaje, Homan explicaba a la cadena Fox cómo serían las deportaciones masivas que tanto ha prometido el republicano y aseguraba que sería una "operación bien dirigida y planificada, llevada a cabo por los hombres del ICE". Tres semanas antes de las elecciones, Tim Doherty, uno de los voluntarios que trabaja con los migrantes en la frontera de Arizona, explicaba el caso de un hombre en Tucson que había denunciado a la policía a su vecino, que era una persona migrante, por no tener los papeles en regla. "Este tipo de situaciones aumentarán con la llegada al poder de Trump, no tengo ninguna duda", explicaba a Doherty. Las organizaciones humanitarias que ayudan a las personas migrantes a lo largo de la frontera con México ya se preparaban para un endurecimiento de las políticas migratorias ganara Trump o ganara Kamala Harris.

Premios a la lealtad

El ascenso de Elise Stefanik como embajadora estadounidense en la ONU es otro ejemplo de cómo Trump premia la lealtad. La congresista de Nueva York dejó de ser una moderada dentro del Partido Republicano para convertirse en una de las grandes defensoras de Trump. Fue una de las personas que apoyó su regreso antes de que el propio magnate decidiera volver a presentarse como candidato para las elecciones de este año. Aunque se ganó la aprobación de Trump cuando derribó a la rectora de la Universidad Harvard, Claudine Gay, por las protestas propalestinas en los campus.

Stefanik, que desde 2021 preside la Conferencia Republicana de la Cámara de los Representantes, forma parte del Comité de Educación y Trabajo que ha hecho rendir cuentas a muchos de los rectores de las universidades donde la pasada primavera hubo acampadas contra la guerra de Gaza. Aparte de Gay, el órgano también ha propiciado la dimisión de la rectora de la Universidad de Pensilvania y la de Columbia, que justo presentó la renuncia al inicio del curso universitario.

El marcado perfil proisraelí de Stefanik es una muestra del compromiso de Trump de cara a Israel y su voluntad de cerrar filas con Tel-Aviv de cara a una comunidad internacional cada vez más crítica con la masacre de Gaza y el ataque sin precedentes sobre Líbano. Sin embargo, no supondrá un gran cambio respecto al papel que han jugado Estados Unidos en la ONU sobre el conflicto palestino. La administración de Joe Biden ha sido una de las más proisraelíes que se recuerdan y deja por el recuerdo haber vetado tres veces una resolución del alto el fuego para Gaza y haber impedido que Palestina se convirtiera en un miembro de pleno derecho al 'ONU.

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