"Todo ha quedado calcinado": La gente de Los Ángeles medita si irse para siempre de la ciudad
El impacto de las llamas también afecta a la salud medioambiental de la ciudad y acentúa la problemática de la vivienda
Los AngelesLas llamas de Los Ángeles no sólo han calcinado bosques y edificios, también han devastado vidas enteras. En Pasadena, uno de los puntos más afectados del condado, Sandra Porras, una policía local de origen guatemalteco, lucha por mantener la calma mientras explica la tragedia familiar que la golpea. En una conversación con el ARA, relata que su padre, de 79 años, ha perdido el piso en el que vivía desde hacía más de dos décadas. "Todo ha quedado calcinado", dice con un tono sereno, pero con los ojos llenos de dolor. Ahora su padre está alojado en un hotel gracias a las ayudas federales, pero la familia ya está considerando la posibilidad de que vuelva a Guatemala por la imposibilidad de encontrar vivienda en la zona.
"Los precios han subido mucho. Los propietarios han casi duplicado los alquileres en la última semana, según alguna organización local", comenta Sandra evidenciando una realidad que se agrava día a día. La falta de vivienda asequible es una creciente crisis que los incendios han convertido en insostenible.
A unos kilómetros al noreste, el panorama es igualmente desolador. En Altadena, las iglesias históricas, tiendas y casas que habían dado vida al barrio son ahora ceniza y escombros. Otras zonas afectadas son producto del incendio de Eaton, que hasta ahora ha quemado más de 4.000 hectáreas y ha dejado 17 muertes. Las calles están cubiertas de ceniza y sólo el sonido de las máquinas que trabajan para retirar escombros interrumpen el silencio. Los residentes miran atónitos sus casas destruidas mientras intentan salvar algún objeto que haya sobrevivido a la devastación.
Lejos del fuego más mediático de Pacific Palisades, donde estrellas de Hollywood han perdido sus mansiones lujosas, Altadena se ha convertido en el epicentro de una tragedia humana. Comunidades enteras han sido desplazadas y muchas infraestructuras esenciales han quedado inutilizables. Restaurantes emblemáticos, como el Fox's, que llevaba más de 60 años en funcionamiento, han sido reducidos a ceniza, y la gente que integra los negocios familiares intentan encontrar alguna esperanza entre los restos calcinados. Uno de ellos es Ángel Lacaña, un mejicano de 47 años que ha perdido su restaurante, un negocio que había levantado con años de esfuerzo y sacrificios. Ahora hace cola en el centro Pasadena Community College para pedir ayuda al programa SBA (Administración de Pequeñas Empresas), que ofrece créditos con condiciones favorables para las víctimas de esta tragedia. "Estoy esperando una oportunidad para levantarme de nuevo", explica. Según Kevin Win, representante de la SBA, estos préstamos representan una herramienta clave para la recuperación. "Son créditos muy favorables con una respuesta entre 10 y 14 días, muy fáciles de aplicar", explica Win. "Los propietarios de negocios pueden acceder a un interés del 4%, pero no deben pagar durante el primer año. Además, son créditos a 30 años, con apoyo federal".
Riesgos para la salud
Las autoridades locales también están preocupadas por el largo impacto ambiental que estos incendios dejarán en la región. Los expertos alertan de que la destrucción de bosques y vegetación puede provocar inundaciones y deslizamientos de tierras en zonas montañosas durante las próximas lluvias. Según el Servicio Forestal de Estados Unidos, los suelos quemados pierden su capacidad de absorber agua, lo que puede desencadenar un efecto dominó de catástrofes naturales.
Para hacer frente a la magnitud de la tragedia, el condado de Los Ángeles ha establecido centros de ayuda en distintos puntos críticos. Mariela Galán, de la Oficina de Coordinación de Emergencias del condado, destaca la importancia de estos espacios para los damnificados: "Estamos abriendo este centro para ayudar a todos los afectados por el incendio. Son recursos estatales, locales y nacionales". Somos el primer paso hacia la recuperación para las personas afectadas", afirma en declaraciones al ARA.
Además de los desplazamientos forzados y la destrucción material, las autoridades sanitarias han alertado sobre los riesgos para la salud que conllevan la ceniza y el humo derivados de los incendios. Según el doctor Anish Mahajan, subdirector jefe del departamento de salud pública del condado de Los Ángeles, "las partículas finas presentes en la ceniza pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar graves problemas de salud". Por este motivo, se recomienda que los residentes de las zonas afectadas utilicen mascarillas respiratorias adecuadas, como las N95 o P100, diseñadas para proteger contra estas partículas nocivas.
Ante la crisis, varias organizaciones han intensificado sus esfuerzos por ofrecer apoyo a las víctimas. Nicole Wilson, portavoz de FEMA (Agencia Federal de Gestión de Emergencias), recuerda que más de 150.000 personas han sido evacuadas y que muchas no tienen adónde ir. "Hemos establecido refugios en distintos puntos de Los Ángeles, pero las necesidades siguen superando los recursos disponibles", afirma.
"No lo dudamos ni un momento"
Allí donde las autoridades no pueden llegar, los voluntarios toman el relevo. Una de las iniciativas más destacadas es la liderada por el chef Manny Ángel, miembro de World Central Kitchen, que encabeza un equipo comprometido con alimentar a las personas más afectadas. "Cuando nos pidieron ayuda, no lo dudamos ni un momento. Nos levantamos muy pronto para cocinar y distribuimos la comida con un food truck. Cada día preparamos alrededor de 2000 comidas. La necesidad es abrumadora, pero hacemos todo lo posible para contribuir", afirma con una sonrisa cansada pero llena de determinación.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad y las ayudas gubernamentales, la reconstrucción de las zonas afectadas se prevé larga y plena de dificultades. Muchos residentes, como Ángel Lacaña y el padre de Sandra Porras, se enfrentan a decisiones dolorosas sobre su futuro. levantar la vida en una ciudad que parece haber sido engullida por las llamas no será fácil. entrelazan como un reflejo de la resistencia humana ante la adversidad. Sandra, "pero todavía tenemos lo más importante: la vida".